El Partido Popular mide al milímetro el coste o el rédito electoral que obtendrá con un acercamiento de mínimos hacia el Gobierno de Pedro Sánchez. De momento, Pablo Casado ha dado la orden a su equipo de cerrar "acuerdos económicos puntuales" con Moncloa que sirva para trasladar a los ciudadanos el mensaje de que el PP es un partido de Estado, capaz de pactar siempre en beneficio de los españoles. De cara a una futura negociación para aprobar los Presupuestos de 2021, los conservadores ven muy complicado llegar a un acuerdo, pero ya no lo ven como un escenario imposible.
"No estamos todavía pensando en presupuestos, pero el horizonte político es muy diferente ahora que el que teníamos hace cuatro meses". En el equipo económico del presidente del PP hacen ver que todavía es muy prematuro hablar de si el partido de la oposición negociará las cuentas públicas con el Gobierno, pero ya no mantienen echada la llave a la puerta: "No estamos cerrados a nada".
El presidente del PP diseñó con su gobierno en la sombra un programa titulado Activemos España en el que incluía una batería de medidas en el ámbito económico, sanitario y social para recuperar el empleo, impulsar la competitividad y la flexibilidad y proteger a los más afectados por la crisis. Lo anunció en rueda de prensa y se lo ha ofrecido al presidente del Gobierno en el Parlamento, pero Moncloa ha hecho caso omiso a la oferta del principal partido de la oposición. De hecho, en Génova lamentan que Sánchez no contacte con el líder del PP desde el 4 de mayo. "Un mes y medio sin levantar el teléfono en mitad de la crisis más grave del último siglo", subrayan.
Casado no se ha quedado quieto ante el vacío Sánchez y ha optado por reunirse directamente con los sectores afectados por esta crisis sobrevenida, ha escuchado sus preocupaciones y ha aportado propuestas. Quiere, en definitiva, ser parte de la solución. Este jueves presentó su plan de choque ante los comisarios, jefes de gobierno y líderes de la oposición del PP europeo. En él incluía la reducción de costes fiscales, laborales y burocráticos, la extensión de los ERTE y programas de liquidez empresarial hasta fin de año, una tarifa plana para autónomos y acciones específicas para los sectores más afectados como la industria, el turismo, el comercio y el sector exportador. En Génova, además, se oponen frontalmente a la derogación de la reforma laboral que puso en marcha un Gobierno conservador y son partidarios de no subir impuestos a los ciudadanos.
Moncloa ha mantenido una comunicación fluida y constante con los presidentes de las diecisiete comunidades autónomas que a partir de este domingo tendrán competencias exclusivas para gestionar la nueva normalidad y evitar posibles rebrotes en sus respectivas regiones. De hecho, durante esta crisis sanitaria, los barones del PP han hecho muchas veces de intermediarios entre el Gobierno y Casado para hacer entender que el partido de la oposición debía apoyar al Gobierno en la convalidación de aquellas medidas que indiscutiblemente benefician a los ciudadanos, como el ingreso mínimo vital.
Comunicación
El ministro de Sanidad, Salvador Illa, y la expresidenta del Congreso, Ana Pastor, son los delegados de Sánchez y Casado en busca de pactos puntuales que fijen los cimientos de la nueva España tras el devastador paso del coronavirus por el país. La expresidenta de la CNMV y vicesecretaria de Acción Sectorial del PP, Elvira Rodríguez, también mantiene contactos informales con miembros del Ejecutivo central para buscar los puntos de entendimiento.
En la sesión de la comisión de reconstrucción de este jueves, Ana Pastor repitió en varias ocasiones que su partido "estará por los pactos de Estado en las reformas estructurales de la sanidad que sean buenas". La oferta es "por lealtad a los españoles", subrayó la expresidenta del Congreso. En el PP no descartan que, tras esta, lleguen otras.
El ministro tomó la palabra a su rival política y le agradeció el ofrecimiento y las formas: "Es una magnífica noticia que el PP se abra a hablar de las reformas estructurales que necesita la sanidad pública". Y dejó ver que, por parte del Gobierno, la puerta también está abierta para retomar la senda del diálogo con el principal partido de la oposición: "Vamos a hacer todos los esfuerzos para llegar a consensos".
Sánchez, abierto a la posibilidad
En este sentido, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se manifestó ayer en el Palacio de la Moncloa pidiendo "unidad": "La unidad puede y debe salvar empresas, puede y debe salvar empleos".
Sánchez pidió centrar los esfuerzos en garantizar una reconstrucción social y económica de España "lo más rápida posible" que debe aprovecharse para superar las "debilidades" del modelo anterior y sentar "las bases de una nueva economía" más "inclusiva" y "sostenible", con un impulso a la digitalización y con apoyo a los sectores más dañados como el turismo y la automoción.
La unidad, sostuvo Sánchez, es necesaria para construir entre todos un país "más justo y vivible", porque éste sería en su opinión "el mejor homenaje" a las más de 28.000 víctimas oficiales que deja hasta el momento la pandemia en España.
Una muestra más de que el entendimiento entre las PSOE y PP de cara a la reconstrucción económica del país podría no ser una quimera.