Madrid guarda luto y estrena libertad. El himno de Nino Bravo y los lazos negros dibujan un panorama contradictorio en la Plaza de Cibeles: están quienes se han acercado a homenajear a las víctimas y quienes han elegido disfrutar de la recién estrenada "nueva normalidad", que miran la escena con curiosidad, en la lejanía.
Este domingo, el mismo día en que se pone fin al estado de alarma, decenas de personas han tomado las calles para despedir a los fallecidos y rendir homenaje a los héroes. Sin símbolos divisorios, sin cacerolas, sin eslóganes políticos.
La convocatoria ha resultado ser menos concurrida de lo esperado, pero aún así la consigna era clara: homenajear a los muertos y a todos los héroes que han sobresalido entre la zozobra. A los sanitarios, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, trabajadores que han tenido que continuar su labor para abastecer el país, autónomos que han cerrado sus negocios. A todos ellos.
El primer acto público en honor a las víctimas por el coronavirus ha llegado con el final del estado de alarma, tras 98 jornadas de confinamiento y una cifra de muertos imponente, aunque dudosa: el Gobierno de España defiende que son 27.000, frente a los 52.500 que calcula el grupo de matemáticos Inverence.
Son las 12 del mediodía, cae sobre la capital un sol de justicia que saluda al verano y el himno de Nino Bravo deja paso a un silencio que toma las calles, desde Cibeles hasta Nuevos Ministerios. Es una concentración atípica. Estática, con puntos de colocación prefijados, distancia de seguridad de cuatro metros, flujos de movimiento y uso obligatorio de mascarillas. Pero, ante todo, destaca por la escasa afluencia.
No hay sombra sobre la que buscar refugio, pero eso no frena a quienes se han acercado para despedir a sus familiares: "Ahora me acuerdo de mi hermana, murió hace un mes", cuenta Javier, jubilado.
En la plaza de Cibeles, sigue encendido el fuego en homenaje a los fallecidos. "Vuestra llama nunca se apagará en nuestro corazón", reza la inscripción.
La plataforma "Sólo Unidos", organizadora del acto con el apoyo de decenas de asociaciones y movimientos cívicos, ha manifestado que el objetivo de la concentración era rendir "un merecido homenaje a todas las víctimas del Covid-19, tanto fallecidos como perjudicados por el coronavirus, y los héroes que han luchado sin descanso por la pandemia".
Indignado por "la gestión"
María Eugenia, en primera línea entre los asistentes, tiene 26 años y pasó el coronavirus: "Me cogí una neumonía, me hospitalizaron y me echaron porque no había camillas".
"Esperaba más gente. A la sociedad le gusta más movilizarse para quejarse que para presentar nuestros respetos a la gente y a los héroes. Es una pena", lamenta María Eugenia.
La joven ha acudido al homenaje porque considera que "es importante presentar nuestro respeto a toda la gente que ha luchado tanto por España".
Rafa, otro de los asistentes, ha acudido con su perro para quejarse por la "gestión que ha hecho el Gobierno de la crisis del coronavirus", que ha sido "criminal". Dice estar "indignado" y haber sufrido el Covid-19 en sus propias carnes.
"Yo también esperaba una mayor afluencia. Al parecer, ha habido confusión con el lugar del homenaje. Había dos convocatorias distintas: una en Colón y otra aquí, aunque en ninguna había mucha gente", confiesa.