El Rey Felipe VI ha hecho este lunes un llamamiento a "seguir apreciando y valorando" el Tribunal Constitucional, "como bien se merece, con toda consideración y respeto", por considerar que se ha convertido en "un defensor eficaz de las garantías democráticas" y, por tanto, en el "garante por antonomasia" de la democracia española.
En su discurso en el acto que se ha celebrado con motivo del 40 aniversario del alto tribunal, el jefe del Estado ha destacado la "enorme y valiosa aportación" del alto tribunal al "desarrollo y consolidación" de la democracia española, "al velar por la supremacía constitucional" que es la base de la democracia.
El jefe del Estado ha querido celebrar con "la solemnidad y gratitud debidas" el aniversario de una institución que ha calificado de "clave", "piedra angular" de la democracia española, "guardián" e "intérprete supremo" de la Constitución.
Además, ha querido expresar su admiración a los 63 magistrados que han formado parte de este órgano y a sus expresidentes, y muy especialmente a su "querido profesor" Francisco José Tomás y Valiente, "víctima del terrorismo de ETA, precisamente por defender la libertad, la democracia y el Estado de Derecho".
El Tribunal Constitucional, ha recordado, es "la suprema garantía del Estado de Derecho, en el que todos los poderes públicos han de estar sometidos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico" y en el que esa misma Constitución reconoce a todos los ciudadanos derechos y libertades "que los poderes públicos han de respetar".
El 40 aniversario del TC se ha celebrado con limitaciones y medidas de distanciamiento por la pandemia de Covid-19, y el Rey también se ha referido brevemente a ella, para reconocer que las consecuencias aún se prolongarán en el tiempo. Eso sí, ha confiado en que la sociedad española "continuará afrontándola con prudencia, solidaridad y responsabilidad".
Felipe VI ha subrayado la labor esencial del TC "en el reconocimiento y protección de los derechos y libertades de los ciudadanos" y "su contribución decisiva y determinante en la articulación territorial del Estado conciliando su unidad y su diversidad".
Todos los poderes están sometidos a la ley
El TC, ha proseguido, también ha defendido el principio de "sometimiento de todos los poderes a la Constitución y a la Ley", garantizando que las controversias en la "vida política se resuelvan a través de los procedimientos legales previstos".
Don Felipe ha aprovechado para brindar una "justa valoración del periodo más largo de desarrollo social, político y económico de la historia de España", una democracia que "ha hecho posible la convivencia en libertad entre los españoles, basada en principios democráticos garantizados por el respeto a la ley como expresión de la voluntad general de los ciudadanos".
En democracia, ha dicho, el TC ha desempeñado una labor esencial como intérprete y defensor jurisdiccional de la Constitución, "no solo de su letra sino también de su espíritu" y ha recordado sus funciones: el control de la constitucionalidad de la Ley y de los Tratados, el enjuiciamiento de los conflictos entre Poderes y entre Territorios, y ser garante último de los derechos de los ciudadanos.
Seguridad jurídica
El Rey ha subrayado que los "hitos y logros concretos" del Tribunal "que están en la memoria de todos" han ido "construyendo y fortaleciendo" el Estado de Derecho. Y además, que "detrás de cada sentencia, auto y providencia" lo que hay es, "con mucho discernimiento y mucha laboriosidad, una solución jurídica a un conflicto", de manera que el TC es un "instrumento de seguridad jurídica" para la convivencia.
A modo de ejemplo, ha mencionado varias materias: las distintas sentencias sobre la organización territorial del Estado, sobre la autonomía financiera de las Comunidades Autónomas y sobre la constitucionalidad de la Ley de Partidos Políticos.
También ha mencionado la tributación separada de los cónyuges, sobre la función social de la propiedad privada, sobre el derecho de asistencia letrada del detenido, sobre los derechos a la propia imagen, a la intimidad, al secreto de las comunicaciones, a la presunción de inocencia, a las libertades de expresión e información y a la inviolabilidad del domicilio, o sobre la violencia de género y la representación política equilibrada entre mujeres y hombres