El presidente de la Xunta de Galicia y candidato a la reelección, Alberto Núñez Feijóo, dice sentirse "bastante decepcionado" por la polémica en torno al brote de A Mariña, en Lugo. La oposición sigue cuestionando que deban celebrarse allí las elecciones por riesgo de contagio. El confinamiento concluye este sábado, jornada de reflexión.
"Se ha hecho un daño innecesario a nuestra reputación como destino seguro y se ha politizado un brote, que es una cuestión sanitaria. Hay en torno a 70 brotes en toda España y el de A Mariña son cinco personas hospitalizadas y unas 200 positivas. En 2016 votaron 55.000 personas en A Mariña. Decir que el hecho de que no puedan votar 200 atenta contra la democracia es de una desproporción y una insensatez que me entristece".
A Núñez Feijóo le parece "grave" porque "lo que hay detrás", la intención, defiende, es "provocar la abstención, sobre todo del electorado mayor". "Euskadi y Galicia -ha zanjado-, con fuentes distintas pero con la misma ciencia, hemos llegado a la conclusión de que es mejor celebrar elecciones inmediatamente después del confinamiento porque el virus se habrá movido menos".
El presidente gallego lamenta haber pedido "moderación y responsabilidad durante esta campaña electoral" y que "no se haya conseguido" y confiesa que le duele "especialmente" la postura PSOE: "Creo que después de haber gestionado el mando único con la lealtad de todas las comunidades, que usen estas formas ahora en Galicia me parece inadecuado".
Ya estrictamente sobre los comicios del domingo, no ha aclarado si será su última legislatura, pero ha defendido que su "objetivo" es ser solamente presidente de Galicia. "Mi objetivo y mi vocación es ser el presidente de Galicia (...) Quiero volver a ser el presidente de la comunidad autónoma, que es donde tengo mi capital político. Si dejo de ser presidente de la Xunta, no tendré capital político".