Pedro Sánchez entró exultante este miércoles al Parlamento y salió con la primera derrota parlamentaria bajo el brazo. El presidente del Gobierno fue recibido en la sesión de control con un sonoro y prolongado aplauso de los diputados de su grupo parlamentario, puestos en pie, que querían escenificar visualmente el agradecimiento del Hemiciclo a su trabajo en el fondo de reconstrucción europeo. La inyección de optimismo se diluyó en apenas unos minutos.
El líder de la oposición, Pablo Casado, pidió un poco de humildad al presidente del Gobierno y recordó que la base del acuerdo europeo la construyeron mujeres del Partido Popular Europeo, como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y la canciller alemana, Angela Merkel.
Antes de subrayarle que el pacto es "un rescate en toda regla" que España tendrá que devolver a Europa, le adelantó que el Partido Popular votaría a favor de dos de los cuatro dictámenes para la Reconstrucción que el Parlamento votaba a continuación. Sánchez aún no sabía que esos bloques serían los únicos que sería capaz de sacar adelante.
En ese momento, el equipo parlamentario del presidente peleaba todavía por llegar a un consenso en los cuatro dictámenes sobre los que se debe sustentar la recuperación del país. El bloque sanitario y de Unión Europea salieron sin dificultades, con holgada mayoría, precisamente por el voto a favor de los 89 diputados del Partido Popular.
El bloque de reactivación económica se aprobó por los pelos, con un solo voto de diferencia. Sin embargo, el voto nulo de una diputada de Unidas Podemos que pidió votar telemáticamente pero finalmente lo hizo de forma presencial provocó un empate técnico que obligó a los servicios jurídicos de la Cámara a pedir a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, que la votación debe volver a repetirse para resolver el empate.
En una resolución exprés, Batet concluyó que la nueva votación sobre el dictamen económico se celebrará en un pleno extraordinario, previsiblemente la semana que viene, si la presidenta convoca el pleno en el que Sánchez explicará la letra pequeña del Consejo Europeo en el que se cerró la cuantía europea para la reconstrucción. El error de la parlamentaria del partido morado dejó al descubierto los endebles apoyos con los que cuenta Sánchez en el Congreso, que cada vez se siente más obligado a mirar a izquierda y a derecha para alargar la legislatura.
Primera derrota
Este no era el primer varapalo que recibía el Gobierno en la aprobación de los dictámenes de la comisión de Reconstrucción. Por la mañana, PSOE y Unidas Podemos certificaban su primera gran derrota parlamentaria en la votación de las conclusiones de uno de sus buques insignia, políticas sociales, por tres votos de diferencia.
Además de socialistas y morados, el Gobierno consiguió el respaldo de los diputados de Mas País y ERC. El partido de Gabriel Rufián mantuvo en secreto su voto hasta la votación, pero finalmente se decantó por arrimar sus votos al bloque gubernamental.
Cambio de guion
Sin embargo, Sánchez se encontró de frente a antiguos socios de investidura como PNV, Nueva Canarias, BNG, y Bildu, un cambio en el guion que preocupa en Moncloa, que busca apoyos a la desesperada para aprobar los Presupuestos Generales del Estado a la vuelta del verano.
Los votos en contra de Vox, que no participaron en la comisión, fueron decisivos para la derrota definitiva. Hasta apenas unas horas antes de la votación, PSOE y Unidas Podemos intentaron amarrar un pacto con una enmienda transaccional, pero no fructificó. Partido Popular y Ciudadanos votaron en contra porque el Gobierno quería circunscribir las ayudas únicamente a la escuela pública y excluir a los alumnos de colegios concertados. Un punto inadmisible para el bloque de derechas.