La primera reunión oficial para hablar de Presupuestos entre los dos partidos que conforman el Gobierno ha tenido lugar este miércoles en el ministerio de Hacienda. La ministra responsable del ramo, María Jesús Montero, ha mantenido un encuentro con el secretario de Estado de Derechos Sociales, Nacho Álvarez, los dos interlocutores que ha señalado Moncloa para pactar los Presupuestos con el resto de grupos.
Con este movimiento, Moncloa aleja la idea de que el Partido Popular apoye las cuentas públicas: Pablo Casado puso como condición para empezar a hablar de Presupuestos que Unidas Podemos no esté presente en esta ecuación. El primer objetivo que tienen encomendados Montero y Álvarez es blindar la batería de propuestas que PSOE y Podemos quieren incorporar en el proyecto de Ley de Presupuestos.
Después, negociarán mano a mano, como un mismo equipo, todos los encuentros -formales e informales- con el resto de formaciones políticas. Con este movimiento, Pablo Iglesias ha conseguido sentar a su mano derecha al lado de la ministra de Hacienda para conocer al detalle y sin intermediarios las demandas del resto de partidos a cambio de su voto afirmativo a las cuentas públicas.
Álvarez ha sido el encargado de diseñar la parte económica de los programas electorales de la formación morada desde 2015, en las primeras generales a las que se presentó Podemos. Dialogante y pausado, Iglesias lo nombró secretario de Estado de su vicepresidencia cuando pactó el Gobierno de coalición con Sánchez.
Miembros del Gobierno engloban este primer encuentro en la primera toma de contacto, "una foto" de familia para escenificar unión en un Gobierno de coalición con muchas diferencias ideológicas. Con este movimiento, Iglesias se ha querido asegurar que el PSOE no negocie a sus espaldas con ningún partido materias que puedan herir la sensibilidad de su electorado.
"Incompatibles"
La formación morada se siente muy incómoda ante la necesidad de sacar las cuentas públicas con el apoyo de Ciudadanos, un partido con el que Pablo Iglesias se siente "incompatible". En la reunión que Sánchez mantuvo el lunes con su vicepresidente, le hizo entender que la mayoría de la investidura, con la que Iglesias tiene más sintonía, está en vía muerta.
Con estos mimbres y la imperiosa necesidad de aprobar los Presupuestos, prorrogados desde 2018, Podemos se abrió a negociar con Arrimadas siempre que Ciudadanos no se empeñe en incorporar en la ley de Presupuestos propuestas que sean líneas rojas para Podemos. Sacar adelante los presupuestos de 2021 es, para el jefe del Ejecutivo, la "máxima prioridad" en un contexto de crisis sanitaria, económica y social sin precedentes en la historia reciente. Y así se lo hizo saber Sánchez a su vicepresidente en el encuentro que ambos mantuvieron el lunes.
Presupuestos "progresistas"
Socialistas y morados están de acuerdo en que tienen que plasmar en un documento unos Presupuestos "progresistas", pero los dos han entendido que "no pueden ser excluyentes" si quieren su convalidación definitiva, la única esperanza a la que fían que esta legislatura pueda alargarse al menos dos años más.
El calendario que maneja el ministerio de Hacienda es, en un principio, aprobar la senda de estabilidad y el techo de gasto en el próximo consejo de ministros ordinario para convalidarlo en el Parlamento durante la segunda semana de septiembre. Para que la Ley de Presupuestos entre en vigor el 1 de enero de 2021, el proyecto de ley debería recibir el visto bueno del consejo de ministros antes de que empiece octubre para dedicar el último trimestre del año a amarrar los apoyos que PSOE y Unidas Podemos necesitan hasta llegar a los 176 votos a favor.
La ronda de contactos del presidente con todos los líderes políticos con representación en el Parlamento arranca este miércoles con la visita de Pablo Casado e Inés Arrimadas. Sánchez se verá con el resto de portavoces para tomar el pulso a todas las formaciones y certificar si finalmente PSOE y Unidas Podemos pueden transitar por la mayoría de la izquierda o, por el contrario, deben recurrir a la vía de las derechas para seguir un tiempo más en Moncloa.