Buena parte de los huéspedes del convite decidieron instalarse en el Parador Nacional de Cuenca el día anterior. Como la celebración era por la tarde, muchos aprovecharon la mañana de la boda para pasear de manera apacible por las calles de la localidad manchega. Los presentes, enfundados en sus camisetas de color rojo, dispuestos a armar jaleo, ya estaban merodeando por allí.
Marcos de Quinto no olvida lo desagradable que fue la situación para todos aquella jornada. "A los invitados llegaron a acosarles horas antes de la celebración", cuenta a EL ESPAÑOL. Cuando echaron a andar hasta la catedral los invitados se los volvieron a encontrar. Dice de Quinto que comenzaron a insultarles y acosarles en aquel mismo momento. "De todo".
El exdiputado y expresidente ejecutivo de Coca-Cola esperaba para el día de su boda una concentración. No tenía duda de ello. Sabía que iban a estar allí durante la ceremonia en la que se enlazaría con la soprano brasileña Angélica de la Riva. Días antes anunció en redes sociales que aguardaba algún tipo de escrache.
La celebración tuvo lugar a las ocho de la tarde del 30 de septiembre de 2017. Los manifestantes se echaron a la calle, fletaron un autobús y se plantaron a las puertas del convite para protestar contra los despidos en Coca-Cola, donde de Quinto llegó a ser el vicepresidente a nivel mundial. Resonaron toda clase de canciones.
Portaban banderas de Comisiones obreras. Mientras se iban pasando el megáfono, llegaron a golpear el vehículo de los novios e incluso llegaron a proferir, según los escritos de acusación, los siguientes mensajes contra la mujer del ya exdiputado: "¡La brasileña tiene mucha nuez!", "Pobre chica, no sabe dónde se está metiendo", "¡Te va a dar boleto rápido".
La boda siguió su curso durante aquella jornada, pero de Quinto no se olvidó de nada y acabó por denunciarles. Es precisamente este miércoles cuando se celebra el juicio contra tres de los protagonistas del escrache. La Fiscalía Provincial de Cuenca exige para cada uno de ellos una multa de 4.500 euros por un delito de coacciones.
Tres horas de escrache
Los trabajadores de Coca-Cola llegaron a las puertas de la catedral mucho antes de que comenzara la ceremonia, y se marcharon mucho después. Mientras los más distinguidos invitados iban accediendo al interior del templo religioso, los gritos de quienes permanecían en la entrada accedían sin descanso al interior. No pararon.
Entre ellos se encontraban Sol Daurella, el piloto Manolo Plaza, Risto Mejide y Pilar García de la Granja. Algunos de ellos, como el presentador de televisión, también recibió sonoros y despectivos insultos cuando entraba a la iglesia.
A la salida de la catedral, de camino al parador de la localidad, donde se celebró el banquete, de Quinto tuvo que eludir el cordón que le habían levantado todas aquellas personas. "Yo me metí en el coche con una de mis sobrinas, y entonces empezaron a golpearlo y siguieron gritando. Ella no pudo evitarlo y se echó a llorar".
Los manifestantes estropearon, en parte, el enlace. Se plantaron frente a la puerta de la catedral de Cuenca, donde se celebraba la boda a las 8 de la tarde. "Espero que la vida les trate la mitad de mal que ellos trataron de tratarme", ha escrito Marcos de Quinto en Twitter un día después de su boda.
Una boda de tres días
Tras nueve meses de intenso idilio, Marcos de Quinto (58 años) había decidido pasar por el altar de nuevo. Por todo lo alto, la boda se alargó durante tres días. En Cuenca, ese paraje en el que suele refugiarse a menudo. Allí posee, incluso, una finca en la que disfruta de los rallies, uno de sus hobbies predilectos.
Dice Marcos de Quinto que llevaba ya tres años siendo acosado. Sufriendo continuos escraches. Desde, por lo menos, 2014. "Iglesias se queja de que le digan coleta rata. A mí me han empapelado la urbanización llamándome asesino y terrorista empresarial. El día de mi boda se plantan allí con un megáfono. Y él se queja por eso".
Su mujer lo pasó mal, pero ya habían vivido juntos cosas similares. "Es una persona muy valiente -dice de Quinto-, tuvimos un asalto en casa, con gente armada. Hemos vivido de todo".
El 9 de diciembre de 2016 los caminos de Marcos de Quinto y Angélica de la Riva se cruzaron. Coincidieron en Nueva York. La soprano cantaba una de sus óperas y el exvicepresidente ejecutivo de Coca-Cola acudió a ver a un amigo de la infancia y compañero de colegio. Fue éste el que presentó a la pareja, que desde ese día se volvió inseparable.
Tiempo después del escrache en el festejo, el 26 de enero del año siguiente, dice el ex diputado que detectó cómo algunos de los que habían participado en la protesta se habían puesto a "calentar las redes" al constatar que su mujer tenía una actuación en el Teatro Boulevar en Torrelodones. "Empezaron a decir: 'Tu churri en Madrid, estamos deseando verla, que desde tu boda no la veíamos'. Y así todo. Fue un agobio y un acoso absoluto".
El momento más dramático del día de la boda, tal y como consta en los documentos del caso que se juzga esta misma semana, se vivió a la salida de los novios. La pareja aguardó a que los invitados abandonasen el recinto y se adelantaran hasta el restaurante.
Luego se marcharon ellos. Nada más pasar el arco de entrada del edificio, al subir al coche nupcial, al "los acusados se abalanzaron sobre el vehículo golpeando fuertemente las ventanillas y colocando en el mismo pegatinas, impidiendo que el vehículo pudiera avanzar”.