El coqueteo político entre Pedro Sánchez e Inés Arrimadas tiene un claro reflejo autonómico en la Comunidad Valenciana, donde cada vez es mayor el acercamiento entre Ximo Puig y Toni Cantó. La disciplina estatal de Ciudadanos llevó al exactor a mimetizarse desde el principio con el viraje hacia el centro de la nueva líder de su partido, y los socialistas valencianos parecen querer aprovechar esta circunstancia para jugar a dos bandas frente a sus socios de Gobierno -Compromís y Unides Podem-.
La última muestra de ello ha sido la reunión trascendida entre Puig y Cantó a petición del segundo. Fuentes de Ciudadanos explican que solicitaron el encuentro, celebrado este lunes en el Palau de la Generalitat, para hacer seguimiento del pacto valenciano para la reconstrucción -en el que participó la formación naranja-.
En concreto, la intención del partido es que los presupuestos autonómicos de 2021 atiendan a lo acordado en este gran acuerdo para dar respuesta a los efectos de la pandemia.
El planteamiento responde a la lógica: de nada sirve un pacto para la reconstrucción si después el gasto público ignora lo acordado y solo se centra en la hoja de ruta ideológica previa a la Covid-19. Pero no es menos cierto que esta decisión, que implicaría de facto a Ciudadanos en la elaboración de los presupuestos, se aleja del proceder seguido desde 2015.
Desde entonces las cuentas autonómicas han atendido prácticamente en exclusiva a lo acordado en Les Corts Valencianes entre el PSPV y sus aliados a la izquierda.
Los aspavientos del portavoz de Compromís en el parlamento valenciano, Fran Ferri, son la prueba más evidente de que algo se está moviendo. El diputado remarcó que la hoja de ruta de las nuevas cuentas ha de ser la del Acord del Botànic II “actualizado en algunos puntos y mejorado por otros pactos” -dijo en alusión al acuerdo de reconstrucción-.
“Debemos coger lo que mejor acople de todos ellos a la situación actual de la pandemia, las cosas van cambiando”, admitió Ferri, si bien agregó que “no es necesario que se sume la oposición para contemplar esas medidas”. En otras palabras: Compromís no quiere ninguna injerencia política de Ciudadanos.
Por su parte, el portavoz socialista, Manolo Mata, sí abogó por buscar “aliados”, y pidió huir de “lecturas viejas, sospechosas y paranoicas de lo que es una relación normalizada” -la que mantienen Puig y Cantó-.
“No hay ningún pacto ni secreto, ni abierto, ni cerrado”, aseguró sobre la negociación de los presupuestos con Cs, y subrayó que si Ciudadanos participa finalmente en su elaboración tendrá que entenderse “con el gobierno botánico” al completo -también con Compromís y Unides Podem-.
Disparo al aire
Más allá de la versión oficial de los socialistas, fuentes de las negociaciones entre ambas formaciones interpretan el acercamiento de Puig a Cantó como un preventivo disparo al aire del socialista ante las iniciativas con las que tienden a incomodarle sus socios de gobierno a la hora de negociar los presupuestos, tales como la introducción de la tasa turística, la tasa del azúcar o gravar la actividad industrial con una tasa de residuos -por citar algunos ejemplos de negociaciones de ejercicios anteriores-.
El giro hacia el centro de Ciudadanos tras la marcha de Albert Rivera y el posicionamiento del partido ante la pandemia, que tanto a nivel nacional como en la Comunidad Valenciana ha adoptado una actitud colaboradora con sendos gobiernos liderados por el PSOE, coincide además con la ruptura este año de pactos de gobierno de izquierdas en importantes municipios como Torrent y Xixona, donde los socialistas han terminado aliándose con los ‘naranjas’.
“Se trata de pactos accidentales”, replican los socialistas, que recalcan su fidelidad al gran acuerdo autonómico de izquierdas. Pero la suspicacia está servida, y tiene en Alicante un foco de especial tensión, pues los gobiernos tanto de la ciudad como de la Diputación, liderados en ambos casos por el PP con el apoyo de Ciudadanos, podrían toparse con una mayoría alternativa si prolifera el entendimiento entre PSPV y el partido de Cantó. “Eso son ensoñaciones”, insisten -por el momento- en la formación del puño y la rosa.