Un informe de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional apunta a que el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, estaba al tanto de las labores de espionaje presuntamente orquestada desde las altas instancias del Ministerio del Interior para obtener documentos comprometedores que estaban en poder del extesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, y su esposa, Rosalía Iglesias.
Según este documento, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, los investigadores de la operación Kitchen afirman que esta actuación policial coordinada por el entonces secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, contaría "con conocimiento del 'Asturiano'", el apodo que el excomisario Villarejo y su camarilla en la cúpula policial empleaban para referirse al expresidente del Gobierno y del PP.
Este documento se encuentra integrado en la pieza separada de la trama Gürtel dedicada a la investigación de los papeles de Bárcenas, unos estadillos en los que el extesorero del PP habría ido anotando la caja B del partido. El caso está siendo investigado por el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional. Su titular, José de la Mata, levantó este mismo miércoles el secreto de sumario.
En él aparecen diversas pruebas de los ingentes pagos tanto al chófer del extesorero del PP, Sergio Ríos Esgueva, como a los comisarios que participaron en el espionaje a Bárcenas y a su mujer para lograr acceder a los lugares que frecuentaban habitualmente y así apoderarse de la información que pudiera comprometer al PP.
"He hablado con El Barbas"
La Policía cree que existen serios indicios que involucrarían a altos cargos gubernamentales en la operación Kitchen, que investiga otro órgano, el Juzgado Central de Instrucción número 6. Parte del material encontrado por los investigadores de la pieza Kitchen ha sido incorporado a las pesquisas sobre los papeles de Bárcenas.
Así, en el domicilio del comisario jubilado José Manuel Villarejo se encontró la grabación de una conversación suya con el también comisario Enrique García Castaño, alias 'El Gordo', ambos implicados en la maniobra de captación del chófer de los Bárcenas para espiarles.
Villarejo y García Castaño valoran la estrategia de continuar "callados" ante la aparición en la prensa de las primeras noticias sobre la existencia de la operación Kitchen. Los dos expresan su malestar con la reacción del entonces ministro del Interior, Jorge Fernández, desentendiéndose del asunto.
- A mí ahora me mandan mensajitos -dice Villarejo-. Oye tú, claro, joder, tranquilo, no sé qué... Yo hablo con Paco mucho, y Paco está indignado.
El excomisario se refiere al secretario de Estado de Interior, Francisco Martínez, también imputado con ellos en la pieza Kitchen.
- Yo también hablo con él y le digo, macho, con lo que tú sabes y con las gestiones que tú has hecho tan directa, tan directamente en las alturas máximas, y con tal, ¿cómo coño estás permitiendo eso?
Más adelante, en la misma conversación, Villarejo acelera. Y realiza una revelación que puede conllevar, por lo menos, que Mariano Rajoy tenga que comparecer como testigo en la causa. Villarejo asegura haber hablado en diversas ocasiones con él.
- A mí me dan caña y tal y cual. Pero la gente me dice: pero este tío, hijo de puta, que está loco, que no se qué, o sea, yo tengo, yo tengo todas mis cosas, yo tengo un notario digo, si me pasa algo, me muero de una forma extraña y tal, que no me fío de estos mierdas. Bahhh, en general estos no tienen cojones, son unos mierdas, pero bueno, digo si me pasa algo, inmediatamente POM! Y tengo mucha chicha. Mucha chicha. Porque yo he hablado con enlaces, con el "Barbas"...
25 pagos de 2.000 euros
Villarejo y García Castaño captaron al chófer del matrimonio Bárcenas para que les ayudara a conseguir la información que pudiera comprometer al PP. El sumario contiene centenares de recibís firmados por Sergio Ríos, arazón de 2.000 euros mensuales. El dinero provenía de los fondos reservados.
Solo los pagos a este personaje de la trama ascenderían a los 53.266,22 euros, fraccionados en 25 pagos de algo más de 2.000 cada uno de ellos. Hay facturas de cafeterías, de restaurantes caros, de taxis por toda la capital.
Los seguimientos
También hubo equipos policiales encargados de seguir a Rosalía Iglesias después de que su marido fuera encarcelado. "Rubia viste con pantalón corto de color rosa, camiseta de color gris y zapatillas de deporte de color oscuro. Porta una bolsa de deportes de color oscuro". Esta anotación, realizada el martes 20 de agosto de 2013, es una entre centenares de notas de los seguimientos.
Durante los meses siguientes a que se desvelasen los SMS que Mariano Rajoy intercambió con el que fuera su tesorero -el célebre "Luis, sé fuerte"-, los seguimientos se intensificaron.
Bárcenas ya estaba entonces en prisión tras destaparse la financiación irregular del Partido Popular y el dinero que ocultaba en Suiza. No se escatiman detalles en todos los seguimientos. Hay incluso imágenes de Rosalía, en cafeterías a las que acude, abandonando algún inmueble, así como de su hijo, el cantante Willy Bárcenas, en plena calle, en sus quehaceres cotidianos.
La mayoría de las anotaciones son extraordinariamente específicas. Casi como vivir un minuto a minuto, en directo, de aquellos días en los movimientos de la mujer de Bárcenas, a la que se refieren como "La Rubia", y a sus familiares y allegados cuando no estaban en el interior de la casa. "Rubia se levanta y sale del Corte Inglés por puerta de la calle Ortega y Gasset. Cruza el semáforo. Se la pierde. Dos de la tarde: Alfa, conducido por el Gitano, se detiene a la altura del número 34 de la calle Príncipe de Vergara. Rubia sale del coche y se mete en el portal de interés".
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