Sin grandes cifras en cuanto a la gente congregada en la Calle, la Diada marcada por el coronavirus ha sido también la de la racionalización de las protestas. Especialmente, por el vandalismo que ha afectado a más de 8.000 viajeros en Cataluña y por la quema de fotos con la cara del Rey y su familia.
Además del pinchazo en números (59.500 asistentes a un centenar de actos, según la ANC) y los cortes de calles y vías de transporte, este 11-S ha destacado por evidenciar la división política entre los independentistas. Los propios ANC y Òmnium Cultural han reprochado a JxCat y ERC, socios del Govern, sus confrontaciones. La presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, en el acto central de ambas entidades con Associació de Municipis per la Independència (AMI) en la plaza Letamendi de Barcelona, ha asegurado que están "hartos de la división y de la táctica". "Exigimos ya una estrategia", ha sentenciado.
Y no se ha cortado a la hora de dar nombre y apellidos: "Vicepresidente legítimo Oriol Junqueras, presidente legítimo Carles Puigdemont: Por favor, leed cada uno el libro del otro. Reflexionad, hablad y haced una propuesta conjunta". Marcel Mauri, vicepresidente de Òmnium, por su parte, ha pedido "no dejarse llevar por intereses de partido y centrarse en los intereses de país".
Fesividad "patrimonializada"
La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha asegurado en una entrevista en RNE que Cataluña, requiere un "plan constitucionalista" frente al nacionalismo. Además, ha lamentado que el independentismo ha "patrimonializado" esta festividad.
En esa misma dirección se ha manifestado el líder de la oposición en Cataluña, Carlos Carrizosa (Cs), que ha criticado al Govern por "excluir a más de media Cataluña de un día que debería ser de todos". El propio Carles Puigdemont, en un vídeo emitido desde el autodenominado Consell per la República, ha instado a "trabajar de forma incansable para conseguir la unidad estratégica".
Las críticas a la Generalitat han llegado también desde la CUP. La diputada en el Parlament Maria Sirvent les ha acusado de una "ofensiva represiva" al independentismo, a raíz de la detención de un militante de Endavant en Barcelona por parte de los Mossos d'Esquadra.
Fuego contra la Casa Real
Las cifras de manifestantes quedan lejos de los 1,8 millones de personas que acudieron en 2014, según la Guardia Urbana. Algo normal dado que las protestas han estado restringidas, al igual que los perímetros y los aforos, retransmitir las protestas. Como habían anunciado, ningún miembro del Govern asistió. A pesar de todo ello, el vandalismo si ha acudido a la cita.
Desde primera hora diferentes actos vandálicos fueron dirigidos a la red ferroviaria. La quema de neumáticos en la vía entre Girona y Figueres (Girona) afectó al AVE Barcelona-París y el AVE Barcelona-Lyon.
La Guardia Civil detuvo en Balaguer (Lleida) a cuatro personas de los CDR que intentaban sabotear las instalaciones del AVE. En el centro de Barcelona, una manifestación de Arran, ligada a la CUP, ha concluido con la quema de una fotografía de los miembros de la familia real.
Algo similar a lo que ha ocurrido a última hora de la tarde en un acto de los CDR en Barcelona. Allí, los activistas han quemado un muñeco que simulaba a Felipe V y a Felipe VI en sus dos caras. Detrás del muñeco habían dispuesto cajas con nombres de grandes instituciones, empresas y bancos.
Se trataba de un juicio simulado contra 'el régimen del 78', protagonizado por Roger Español, el manifestante que perdió un ojo durante los altercados del 1-O. La sentencia ficticia dictaba así: 'El pueblo de Catalunya decide: Declaramos al Estado español represor del pueblo de Catalunya y lo condenamos a quemar en la hoguera'.