La evolución de la pandemia en España hace prever que las próximas semanas serán complicadas en el país y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no lo encubre sino que reconoce que es motivo de "preocupación". Aún así, este sábado ha afirmado que no contempla "un confinamiento de país" y ha ahondando en la idea que viene exprimiendo desde que cayera el estado de alarma: la responsabilidad de articular la respuesta para frenar el virus ahora es de las autonomías.
A pocas horas de la cita con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, Sánchez ha querido resaltar que irá a ayudar, no a juzgar ni a evaluar su gestión, porque su objetivo es "doblegar la curva de contagios" y eso solo será posible con "unidad".
"Mi mensaje es que el Gobierno de España va a ir el lunes a la Puerta del Sol a ayudar", ha dicho, sosteniendo su argumento en que "cree en el estado de las autonomías" y, según este, son las regiones quienes tienen las competencias en el ámbito sanitario. El papel del Ejecutivo, según defiende el presidente, es poner a disposición de las regiones "todos los recursos que tiene el Estado para resolver y doblegar la curva".
El objetivo de la cita es, por tanto, "trasladar un mensaje de proximidad, de empatía y de absoluta colaboración" frente a los reproches que "algunos gobiernos autonómicos" han lanzado al Ejecutivo central. "Creo que tenemos que apartar la lucha partidista de la lucha contra el virus. Tenemos un enemigo común. La gente no se contagia en función de la ideología, hay que arrimar el hombro", ha insistido Sánchez.
En una entrevista en La Sexta, el jefe del Ejecutivo ha querido marcar distancia con lo que ya vivió España a mediados de marzo. "Esta ola es distinta", ha asegurado. "El sistema está mucho más preparado, pero los datos invitan a la preocupación y hay que reforzar la colaboración del Gobierno central con las comunidades", ha redundado.
Presupuestos sin vetos
Sobre los próximos Presupuestos Generales del Estado, Sánchez ha vuelto a defender que no haya "vetos cruzados", distanciándose así de la posición de su socio de coalición. El líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, ha manifestado en varias ocasiones su oposición a las nuevas cuentas tengan el sello de Ciudadanos y ha apostado por que sean negociados únicamente con los partidos que apoyaron la investidura.
Sánchez no renuncia a lograr el apoyo de todas las fuerzas parlamentarias, excepto PP y Vox, porque, ha alegado, la situación actual es "tan inédita" y necesita "acuerdos inéditos". Según el presidente, es indudable que los presupestos serán progresistas, pero también han de ser "de país".
Para Sánchez, es imperativo que en los próximos meses haya unas nuevas cuentas. "No me cabe en la cabeza que no haya unos presupuestos", ha dicho, alegando que los actuales son de 2017, "que es como la prehistoria". "La política tiene que dar una muestra de responsabilidad", ha sentenciado.
Pese a estas distancias retóricas con el socio de coalición, el jefe del Ejecutivo ha querido dejar claro que las "salud" del Gobierno es "buena" y, como muestra, ha alagado la lealtad de Unidas Podemos. "Para ser la primera experiencia de gobierno que tiene el partido, está cumpliendo con creces", ha dicho.
Otro de los temas que los separan es el modelo de Estado, en la picota después de la salida del rey emérito del país bajo la sombra de la Justicia. Iglesias ha abogado este mismo sábado por un "horizonte republicano", algo que Sánchez considera lógico porque la república "forma parte de la tradición de Unidas Podemos".
Al tiempo, ha reconocido que esta forma de Estado también está en el ADN del PSOE, pero que la formación asumió "todo el pacto constitucional", la monarquía parlamentaria inclusive.
Respecto a la posibilidad de que Juan Carlos I regrese a España ha asegurado que no tiene información y ha defendido que lo importante es que el emérito dejó claro enla carta en la que anunció la salidad del país que estará en todo momento a disposición de la Justicia.
Otro de los choques frontales de la hoja de ruta del PSOE y Unidas Podemos está siendo la posibilidad de subir los impuestos. En la entrevista, el presidente se ha excusado en la dificultad del momento actual para alejar esta horizonte.
"Hay que ensanchar la base fiscal", "pero no ahora, sino en el futuro, cuando se haya superado la crisis", ha dicho. Para el socialista, la prioridad ahora debe ser apostar por "políticas anticíclicas". "El objetivo es la recuperación, la creación de empleo, ayudar a sostener las empresas competitivas", ha añadido.
Para quien sí ha tenido reproches Sánchez ha sido para el líder del PP, Pablo Casado. El presidente lo ha acusado de estar "muy acostumbrado a la hipérbole y el insulto", al tiempo que lo ha instado de nuevo a cumplir con la Constitución y renovar el Consejo General del Poder Judicial.
"Cataluña merece pasar página"
En la entrevista, Sánchez ha responsabilizado al independentismo y, en concreto, a Quim Torra, de la judicialización del conflicto catalán que se está produciendo en estos momentos, en referencia a la condena por inhabilitación a la que se enfrenta el presidente de la Generalitat.
Sánchez ha defendido que esto se podría haber evitado ya que "era absolutamente innecesaria si hubiera cumplido con la ley" y hubiera atendido a los requerimientos de la Junta Electoral Central para que retirara la pancarta sobre la libertad de los presos del 1-O durante periodo electoral de la fachada del Palau de la Generalitat.
"Me llama mucho la atención que sea el independentismo el que judicializa el conflicto. Las leyes están para cumplirlas. La igualdad ante la ley es uno de los principios fundamentales", ha dicho, al tiempo de lamentar "el deterioro de la situación". "Cataluña se merece pasar página", ha afirmado