La tensión entre el Gobierno central y el Ejecutivo madrileño escala más veloz que el propio coronavirus. Moncloa ya contempla el escenario de intervenir Madrid si la comunidad que preside Isabel Díaz Ayuso no dinamita sus planes para hacer frente a la segunda oleada de la pandemia y aplica de forma inmediata las recomendaciones que le hizo llegar el miércoles a través del ministerio de Sanidad. El ministro Salvador Illa redobló la presión sobre la dirigente madrileña este sábado, cuando la emplazó a "revisar sus decisiones. Hay un riesgo serio para sus habitantes".
La comparecencia del ministro se produjo una vez que Moncloa ya ha empezado a esbozar el camino para "tomar el control" de la capital si el Ejecutivo madrileño opta por no endurecer sus medidas. Es "una guerra epidemiológica, no ideológica", remarcó Illa durante su intervención.
Sánchez dio la opción a todos los líderes territoriales de solicitar un estado de alarma a la carta si la evolución epidemiológica no les dejaba otro remedio, pero Madrid busca una salida para combatir los malos datos epidemiológicos que no pase por volver otra vez a un estado de excepcionalidad. El ministro evitó reconocer públicamente que el Ejecutivo esté pensando en un estado de alarma exclusivo para la capital, pero subrayó que el Gobierno "sabe lo que tiene que hacer" porque "acumula experiencia desde la primera ola".
Sin cooperación
Con el final del verano, la región más sacudida por el Covid vuelve a ser Madrid. Sánchez intentó trasladar un mensaje de "cooperación" a la ciudadanía yendo este lunes a la sede de la Real Casa de Correos para mantener una reunión y dejarse fotografiar con Ayuso, la presidenta autonómica que más criticó la gestión del Gobierno central durante los tres meses que duró el estado de alarma.
La buena sintonía entre Administraciones apenas duró unos días. El jueves, el ministerio de Sanidad emplazó a los dirigentes madrileños a cerrar la capital y a tomar medidas muy severas para controlar la expansión del virus, como el cierre total de las barras de los bares y reducir los aforos de las terrazas al 50% en toda la región.
Ayuso optó por el camino intermedio, buscó "un equilibrio" entre la sanidad y la economía, decidió extender las medidas a ocho áreas sanitarias más y darse de margen una semana para comprobar si funciona la primera cuarentena por zonas decretada en esta segunda oleada. La reacción del Gobierno fue contraprogramar la comparecencia del viceconsejero madrileño, Antonio Zapatero, para dejar claro que no compartía las medidas que iba a anunciar la Comunidad de Madrid.
Tensión "máxima"
Desde ese momento, la tensión entre las dos administraciones es "máxima". En la Comunidad de Madrid ven con mucho "estupor" la evolución de los hechos y lamentan que el Gobierno central "utilice la pandemia de una forma partidista para desacreditar a este Gobierno". Fuentes del Ejecutivo regional presente en las reuniones entre los dos ejecutivos hablan de que Moncloa "ha roto las reglas del juego" y piden "respetarlas, porque lo único que genera es confusión a la ciudadanía".
La sensación que pervive en la Real Casa de Correos es que el Gobierno ha decidido instalarse en "los ataques constantes" y "ha dinamitado los grupos de trabajo. ¿Con qué cara nos sentamos el lunes a trabajar de nuevo por el bien común?", se preguntan.
En Madrid se lamentan de que Moncloa traslade una imagen de dejación de funciones cuando, aseguran, no es así. Como ejemplo ponen la reunión de trabajo del miércoles, donde el consejero de Justicia, Enrique López, pidió al delegado del Gobierno, José Manuel Franco, el refuerzo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para Madrid.
Carta para solicitar efectivos
El consejero de Justicia envió el jueves, 24 de septiembre, la solicitud formal a través de una carta dirigida al delegado del Gobierno. En la misiva, de dos páginas, se pide el dispositivo exacto que necesita Madrid para controlar que los ciudadanos con covid cumplen las cuarentenas y para establecer controles de entrada y salida en las zonas de salud afectadas. En esa misiva, Madrid pide también la participación de la UME para montar las instalaciones provisionales donde se harán los test masivos a la población y desinfectar centros públicos o instalaciones de especial vulnerabilidad.
Los líderes madrileños se echaron las manos a la cabeza cuando escucharon el viernes a la ministra de Defensa, Margarita Robles, que afirmó que la Comunidad que dirige Ayuso no había emitido aún ninguna petición formal para solicitar la colaboración de las Fuerzas Armadas en la contención del covid. "Aún no ha formalizado la petición al ministerio de Defensa", alegó. "¿No hablan entre ellos? ¿José Manuel Franco no es el representante del Gobierno en la región?", se preguntan.
El Gobierno dará unos días a Madrid para que reconsidere su postura mientras el equipo de Ayuso mantiene que es necesario cumplir la cuarentena antes de evaluar los resultados. "Es una situación muy peligrosa porque genera mucha desconfianza pero, a la vez, tenemos que ser conscientes de que estamos ante una crisis sanitaria histórica", lamentan en Madrid, que no puede "romper la baraja" aunque es consciente de que "nos tienen entre la espada y la pared".