La exjefa de ETA Soledad Iparragirre ha negado este martes ante el tribunal de la Audiencia Nacional haber usado en la organización terrorista el alias 'Anboto' y ha afirmado que en un momento dado sin saber por qué comienza a "aparecer" su nombre en el organigrama. Así, ha negado haber entregado material explosivo y dado instrucciones para cometer un atentado contra una comisaría de Policía en Oviedo en la "campaña de verano" de 1997.
Iparragirre ha respondido así a preguntas de su abogado en el segundo juicio que afronta en la Audiencia Nacional desde que fue entregada por Francia el año pasado tras cumplir allí casi 20 años de prisión y responder a los procedimientos judiciales que tiene pendientes en España. La defensa ha explicado la "cuestión clave" en el juicio que ha comenzado este martes es saber si la acusada "utilizó el sobrenombre de 'Anboto' en ETA".
"No, nunca", ha dicho Iparragirre, que a diferencia del primer juicio, que se celebró el pasado mes de julio, ha declarado frente al tribunal y no desde una sala blindada. Ha continuado su respuesta explicando que puede hacer "conjeturas" de por qué se le atribuye pero que no sabe por qué su nombre aparece en la cúpula de la banda terrorista: "Es en el tiempo en el que ETA era el centro mediático español y donde todo el tiempo el organigrama de la organización se sacaba y mi nombre empieza a aparecer. No sé ni cómo".
"Era el clima general de la época. Decían: 'según fuente policiales' y decías: 'pues hostias, qué fuentes tienen estos' y hacían un nuevo organigrama de ETA y me empezaron a poner", ha ironizado. La estrategia de defensa se basa en desvincular a Iparragirre con el comando 'Katu', que atentó en julio de 1997 contra la comisaría de Policía de Buenavista de Oviedo, sin ocasionar ninguna víctima mortal.
Fiscalía pude 71 años
Según relata el escrito de acusación provisional de la Fiscalía, 'Anboto', para quien pide 71 años de prisión, entregó en una fecha indeterminada de 1997 a los etarras Kepa Arronategi y Eneko Gogesascoechea -condenados por estos hechos-, integrantes del 'comando Katu', material explosivo, detonadores, temporizadores, granadas, dos pistolas y un subfusil "con indicación expresa de que las granadas fueran usadas de forma inmediata en la campaña de atentados" de ese verano.
No obstante, Iparragirre, que sólo ha contestado a las preguntas de su abogado, ha negado haber entregado este material y ser la responsable del citado comando 'legal' y ha señalado que no conoce a sus integrantes.
Asimismo, ha aprovechado su declaración para relatar cómo fue su primera detención en 1981, junto a su familia, y cómo ésta le llevó a "cruzar la frontera" debido a las "secuelas". Con todo ello, ha concluido que incluso en Francia la vida para los "refugiados vascos" era difícil porque "había dos maneras de desaparecer: o te mata el GAL o te coge el Gobierno francés y te pone en manos de la policía española", ha dicho.
Nadie conoce a 'Anboto'
Por su parte, el fiscal ha intentando desmontar la versión de la acusada y para ello ha preguntado a los policías que han comparecido como testigo si tenían sospechas de que 'Anboto' pudiera ser otra persona, algo que han negado. Es más, han recordado que Arronategi y Gogesascoechea, en sus declaraciones tras sus detenciones, indicaron y reconocieron a Iparragirre como la responsable del comando 'Katu' y la persona que les entregó el material explosivo.
Sin embargo, los que fueran los integrantes del comando, que han comparecido en la vista oral también como testigos a través de videoconferencia, han asegurado que fueron "dos hombres" quienes les entregaron el material y que estos fueron su contacto con la banda terrorista. Han añadido que conocen a Iparragirre por la "prensa".
Kepa Arronategi ha llegado a decir ante el tribunal de la Audiencia Nacional que la declaración que se transcribe en el atestado policial de su detención es "falsa", ya que firmó lo que los agentes escribieron en él bajo "presión" y "chantaje".
122 años
'Anboto' fue juzgada el pasado mes de julio por el asesinato del comandante del Ejército del Tierra Luciano Cortizo mediante la colocación de una bomba en su coche el 22 de diciembre de 1995 en León, por el que ha sido condenada a 122 años de prisión.
Entre la decena de causas que le quedan pendientes, está procesada por el crimen de dos agentes en Vitoria el 6 de agosto de 1987 o el del cartero Estanislao Galíndez en 1985. También se le relaciona con las instrucciones para atentar contra el Rey Juan Carlos en la inauguración del Museo Guggenheim de Bilbao o por facilitar armamento para una acción criminal contra la oficina del DNI de esta misma ciudad el 13 de enero de 1995, causando la muerte de una persona y dejando herida grave a otra.
En mayo de 2018, y mientras estaba presa en Francia, fue una de los dos terroristas que puso voz al vídeo en el que ETA anunció su disolución definitiva. El otro terrorista fue José Antonio Urrutikoetxea, alias 'Josu Ternera', quien fue arrestado en Francia el año pasado y también está reclamado por la Audiencia Nacional.