La declaración del estado de alarma y el crecimiento de la curva de contagios han acelerado los planes autonómicos 'a la carta' para proteger a los ciudadanos de la escalada imparable de la segunda oleada del coronavirus. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, forzó el real decreto de la alarma pidiendo un cierre perimetral por días, no por semanas: "Solo los días imprescindibles". Una nueva manera de interpretar la norma a la que el Gobierno central ha terminado dándole la razón.
Madrid copió la idea de Ceuta, una ciudad autónoma que procedió a cerrar sus fronteras única y exclusivamente los días de puente. El Gobierno no puso ningún reparo y, ahora, se ha visto obligado a permitir a Ayuso aplicar exactamente la misma medida. El Ejecutivo, sin embargo, ha avisado de que revisará las medidas que adopte cada comunidad en el Consejo Interterritorial que se celebrará el próximo miércoles.
La cogobernanza que ha impuesto Pedro Sánchez en el nuevo estado de alarma que se prorrogará hasta el 9 de mayo ha dado pie a que cada presidente autonómico tome unilateralmente las medidas que considere oportunas para frenar la curva. Un caos que se traslada a la ciudadanía, que observan cómo se les aplica unas restricciones u otras dependiendo del perímetro autonómico en el que vivan.
Javier Lambán fue el primer presidente en blindar Aragón desde el martes 27 de octubre. Desde que tomó la delantera, le han copiado todas las regiones excepto Extremadura, Galicia y Baleares. Los buenos datos epidemiológicos que disfrutan en las Islas Canarias le permiten estar ajenos a cualquier restricción.
No cierre
El socialista Guillermo Fernández Vara se resiste a prohibir a los extremeños salir de su autonomía alegando que "se puede cerrar un país porque cierras fronteras, pero no puedes perimetrar una región como Extremadura de 42.000 kilómetros cuadrados. Donde necesitamos a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad no es contando coches en las autovías, es vigilando las ciudades para que la gente a las 00:00 esté en casa".
A otras, como Cataluña, el cierre perimetral les parece insuficiente para contener el virus y han añadido una restricción especial de la movilidad a nivel municipal los fines de semana. Ningún ciudadano que habite en la región podrá salir de su municipio entre las 6:00 horas del viernes hasta las 6:00 horas del lunes siguiente. Además, se ha cerrado el ocio, la cultura y los gimnasios y se han anulado las clases extraescolares de los más jóvenes.
El decreto del estado de alarma también da margen a las autonomías a que regulen el toque de queda impuesto hasta el 9 de noviembre. A partir de ese día, serán los líderes regionales los que decidirán si mantienen o no esta restricción de la movilidad nocturna: el decreto tampoco recoge en qué circunstancias debería establecerse un confinamiento domiciliario durante la madrugada. Ahora, la norma deja a las comunidades adelantar o retrasar una hora, tanto en el inicio como en el final de las restricciones.