El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha descartado este lunes decretar confinamientos domiciliarios en los próximos días y ha confiado en que con las medidas incluidas en el nuevo estado de alarma se podrá controlar la evolución de la pandemia.



Las declaraciones del ministro, que ha pedido "no entrar en una especie de competición para ver quien toma la medida más dura", coinciden con la solicitud del Gobierno de Asturias, que ha pedido al Ejecutivo central un confinamiento domiciliario durante 15 días. Sanidad se reunirá este martes por videoconferencia con el Gobierno del Principado para abordar esta situación. Por el momento, la región cerrará toda la actividad económica no esencial y ha adelantado el toque de queda desde este miércoles, de 22:00 a 6:00 horas. 



"Ahora no lo prevemos. Ni estamos trabajando en ello ni lo prevemos. Pensamos que con el abanico de medidas que están a disposición de las autoridades de las comunidades autónomas para poder actuar es suficiente", ha asegurado el ministro en un conferencia telemática.

"Rotundo no"

Illa ha negado "rotundamente" que el Gobierno se esté planteando decretar el confinamiento domiciliario esta semana y ha insistido que con las medidas disponibles actualmente -toque de queda, limitación de reuniones sociales o confinamientos perimetrales- se podrá controlar la pandemia.



"Así se ha hecho, por ejemplo, en Cataluña, donde, sea dicho con toda la prudencia, estamos viendo una cierta estabilización de casos. O en Madrid, donde aplicamos medidas del mismo tipo hace ya unas semanas y hemos visto cómo se ha estabilizado y va bajando", ha señalado Illa. Al respecto, el ministro ha pedido "templanza" y "saber esperar el tiempo necesario" para poder ver los efectos de las medidas.

"Con esta pandemia hemos visto que las cosas no son de un día para otro. Cuando uno toma medidas se tarda entre 10 y 15 días en ver los resultados. Por lo tanto, debemos tener un punto de templanza y saber esperar el tiempo necesario para poder ver los efectos de una medidas muy drásticas, y no entrar en una especie de competición para ver quién toma la medida más dura", ha enfatizado.



El ministro ha confiado en que, con "una actitud correcta de la ciudadanía" y una "contundencia proporcionada a la realidad epidemiológica", las medidas actuales serán "suficientes" para controlar la pandemia

Melilla, Andalucía, CyL...

La petición de confinamiento domiliciario de Asturias no es la única en España. Melilla ya lo ha solicitado formalmente al Ministerio de Sanidad y comunidades como Andalucía, Castilla y León y País Vasco ya tienen esta opción sobre la mesa, a la espera de los datos de los próximos días.

El vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín, ha opinado este lunes que España "va por el camino" que están siguiendo países de su entorno como Francia, Alemania o Portugal, que ya han anunciado confinamientos entre su población, por eso teme que "en los próximos días, esas decisiones pueden llegar" al país.

En una entrevista en TVE, Marín se ha mostrado convencido de que cualquier decisión que se pueda tomar para frenar el Covid-19 "va a ser entendida por la ciudadanía", de modo que "si siguen aumentando los contagios de Covid-19 y la presión hospitalaria, no descartaría ningún escenario".

Desde Castilla y León, el vicepresidente a la Junta, Francisco Igea, ha afirmado este fin de semana que la situación en la comunidad es de "riesgo extremo"Por su parte, el presidente Alfonso Fernández Mañueco, ha anunciado nuevas medidas restrictivas en breve si la curva no baja. De hecho, la Junta pidió al Gobierno central hace ya varios días que habilite las herramientas legales necesarias para que las autonomía soliciten el confinamiento domiciliario de los ciudadanos si los datos no mejoran.

Castilla y León se ha puesto como horizonte temporal el próximo 15 de noviembre. Si en esa fecha las cifras no dan un leve respiro solicitarán el confinamiento domiciliario. "Castilla y León tiene un plan y estamos trabajando para la peor de las hipótesis (...) y queremos estar mejor preparados para adoptar más medidas", ha dejado claro. Muñueco.

También Castilla-La Mancha, cuyo presidente, Emiliano García-Page, ha dicho este lunes que no descarta que con el actual escenario de avance del coronavirus sea necesario optar por "modelos más duras o confinamientos".

"Fatiga pandémica"

El ministro de Sanidad también se ha referido a los incidentes de este fin de semana en diversas ciudades españolas en protestas contra el toque de queda y las medidas del Gobierno para frenar los contagios por coronavirus. Illa los ha condenado y ha explicado que responden a una "fatiga pandémica".

En un encuentro telemático con empresarios catalanes organizado este lunes por la consultora Intermèdia Comunicació, el titular de Sanidad ha reconocido "el cansancio de la población, que lleva a no seguir las medidas, a subestimar los riesgos e incluso a protestas violentas", y ha pedido a la ciudadanía un esfuerzo solidario.

El ministro ha reconocido el civismo de la mayoría de la población, pero ha declarado que los altercados de este fin de semana "están fuera de lugar" y ha pedido una actitud firme y contundente ante los negacionistas, en sus propias palabras.

Sobre la vacuna

Salvador Illa ha insistido este lunes en que el Gobierno calcula que a principios del año que viene, "o a finales de este si las cosas van muy bien", España dispondrá de una primera tanda de vacunas contra la Covid-19, si bien habrá que seguir "conviviendo" con el virus hasta mayo.

El ministro ha augurado que las próximas cuatro semanas de noviembre serán "muy complicadas", y ha dibujado un horizonte de unos seis meses más, hasta mayo, de "convivencia" con el virus, hasta que la vacuna se haya suministrado a un grueso de la población.

En este sentido, ha apuntado que una vez que se empiecen a administrar las vacunas, aún se tardará entre tres y cuatro meses en lograr un conjunto de población inmunizada suficientemente grande que permita "entrar en una fase distinta".

Según Illa, en el segundo trimestre del año que viene "la situación habrá cambiado sustancialmente", aunque ha reconocido la dificultad para hacer pronósticos y la "inestabilidad" que genera el virus y su capacidad de contagio.

El ministro ha destacado el esfuerzo de cooperación europeo para negociar y repartir equitativamente las vacunas, así como el compromiso de no administrar ninguna si no cumple estrictamente las condiciones de seguridad y eficacia.

"No se administrará una vacuna si no es segura y eficaz. Tenemos un marco regulatorio muy estricto y muy preciso. Es verdad que se ha ido muy rápido pero también es verdad que se han movilizado recursos como nunca hasta ahora se había hecho para lograr una vacuna", ha enfatizado Illa.

Sobre los contrarios a la vacuna, el ministro ha llamado a tener "una actitud firme contra los negacionistas y las personas con actitudes anticientíficas".

"En este caso no estamos hablando de discusiones más o menos entretenidas sobre si el hombre llegó a la luna o si la tierra es plana. Estamos hablando de cuestiones que deben ser creídas y que afectan a la vida de las personas", ha subrayado.

Durante su intervención, el ministro ha reconocido el déficit de médicos que sufre el sistema sanitario español y ha señalado que durante los últimos 10 años no se han incrementado los recursos, una situación que, ha indicado, "debe corregirse".

Preguntado sobre la coordinación con las comunidades autónomas, Illa ha aseverado que no existen correlación entre sistemas políticos y una mejor o peor gestión de la pandemia, y ha defendido que el marco institucional español "ha funcionado razonablemente bien", aunque ha reconocido que ha habido "algunos episodios evitables".

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