"Este es un paso importante para Cataluña, pero también para el conjunto del Estado, que da pasos firmes en el reconocimiento del plurilingüismo y de la plurinacionalidad". El portavoz de Educación de Podemos, Joan Mena, no ocultaba este jueves su "ilusión" por la aprobación, en la ponencia de Educación del Congreso de los Diputados, de la enmienda transaccionada con el PSOE y ERC que elimina la consideración del castellano como lengua vehicular, afianzando así la degradación del español en la escuela catalana.
El texto, además, elimina la referencia al castellano como lengua oficial en todo el territorio nacional, algo de lo que presume ERC pero que Mena trataba de justificar por la necesidad de no hacer textos legales "redundantes".
El dirigente morado tenía palabras de agradecimiento para socialistas y republicanos mientras arremetía contra las "tres derechas" que ya han anunciado recursos contra la norma. La mayoría que sostiene al Gobierno ha acelerado todo lo posible los plazos de la Ley Celaá de Educación, que según fuentes parlamentarias podría llegar al pleno parlamentario el próximo día 26 para ser posterioremnte remitida al Senado, con el objetivo final de que la norma sea de aplicación en el próximo curso escolar.
La oposición considera abusiva la prisa del Gobierno, hasta el punto de que el PP -cuya portavoz Cuca Gamarra hacía acto de presencia en la ponencia parlamentaria, que se celebraba a puerta cerrada- pedía la votación separada de las enmiendas. Fuentes de los partidos del centroderecha denuncian como prueba de el apremio que el Ejecutivo está aplicando sobre la reforma el hecho de que por cada una de las sesiones de la ponencia se hayan discutido hasta 250 enmiendas. O también, como denunciaba la portavoz de Educación de Ciudadanos, Marta Martín, que no se haya escuchado a los representantes de la comunidad educativa.
Abstención del PNV
La enmienda lingüística contaba con la abstención del PNV mientras que Junts Per Catalunya, sin representación en esa ponencia, volvía a insistir en su oposición a un texto que a juicio de los ex convergentes no solo no blinda la inmersión lingüística, sino que incluso podría ponerla en peligro.
El diputado del PdeCat Ferrán Bel aseguraba que habían ofrecido modificar el texto, para que quedase claro que sólo las comunidades autónomas puedan tomar decisiones en materia lingüística. Una cautela en defensa del vigente sistema de inmersión en catalán que ERC y Podemos consideran infundado.
La eliminación de la mención al castellano como lengua vehicular colisiona con la doctrina del Tribunal Constitucional y del Tribunal Supremo, que en 2010 establecieron que la lengua común en toda España sí debería tener esa consideración. Preguntado por ello, el podemita Mena afirmaba que la manera de casar la enmienda con esa doctrina, a la que apelarán los partidos del centroderecha en sus recursos, es "reconocer que todos los alumnos y las alumnas que salgan del sistema educativo catalán tienen que tener competencia lingüística en lengua castellana".
Para Podemos, el único problema con el modelo de inmersión surgió a partir de la irrupción de Ciudadanos en la política catalana la década pasada y, posteriormente, con la Ley Wert. Una reforma de la Educación que ahora se reforma en profundidad en ese y otros aspectos.