Eran las diez de la noche del pasado viernes cuando un centenar de jóvenes cortaron la calle Vitoria en Gamonal (Burgos). Emprendieron entonces la quema sucesiva de contenedores, destrozaron las marquesinas de autobús, arrancaron piedras y adoquines del asfalto para después arrojarlas a modo de proyectiles a los agentes que acudieron a la zona. Varias patrullas de la Policía Nacional y otras integradas por agentes municipales trataban de contenerlos.
Se teme que estas escenas de protestas y disturbios en las calles vayan a más en las próximas jornadas, y por eso en la comandancia de la Guardia Civil en Burgos se ha ordenado dotar a las patrullas de Seguridad Ciudadana de los Cuarteles de la Provincia, de medios y material antidisturbios. Esas unidades tendrán que estar pertrechadas de ese tipo de instrumentos -gas lacrimógeno, escopetas de pistolas de goma, etc.- a modo de prevención.
Los agentes se muestran en gran medida conformes, pero también recelosos ya que ninguno de ellos sabe manipular esos instrumentos. Ninguno tiene la formación necesaria para ello, que poseen los agentes antidisturbios del cuerpo. Dicen algunos de los efectivos del lugar a El ESPAÑOL que no quieren esos medios a cualquier precio.
"Se trata de un material y de unas actuaciones, delicadas y un tanto peligrosas -explican las mismas fuentes-. Nos encontramos con la paradoja de que puede resultar peligroso no solo para los propios efectivos en el uso de los medios y del material, si no para la propia masa que se quiere o se tiene que controlar".
En los últimos tiempos, estos agentes en la Guardia Civil han constatado que los grupos que ocasionan disturbios son cada vez más organizados. Y ellos, sin esa instrucción que se hace tan crucial como necesaria para manejar esas herramientas de trabajo, exponen una cierta cautela ante lo que pudiera ocurrir.
Miedo a actuar sin formación
Recuerdan el caso de un manifestante que perdió el ojo tras una pelota lanzada por los Mossos d'Esquadra hace unos pocos años. "Nos podemos encontrar ante una situación legal que puede traer problemas a los propios agentes que hacen uso de esos medios sin la debida formación. Se debe de actuar de acuerdo a unos protocolos, e instrucciones, que si no las imparten a los Guardias Civiles, no se deberían de utilizar esos medios y mucho menos, encomendar esas actuaciones".
Los efectivos recuerdan también el episodio de Tarajal, en Ceuta, en el año 2014, cuando con la muerte de aquel grupo de migrantes que se ahogaron cuando trataban de llegar nadando a España desde Marruecos.
La Benemérita disparó pelotas de goma contra ellos y 15 jamás llegaron vivos a la orilla. Fueron acusados de homicidio por imprudencia grave con resultado de muerte, lesiones y de denegación de auxilio, pero finalmente se les absolvió por falta de pruebas.
Aunque en principio solamente tendrán que llevarlos en los vehículos, a modo de prevención, el temor de muchos efectivos es tener que pasar a la acción sin haber recibido la formación correspondiente para actuar en esas situaciones. Encontrarse con una de esas protestas incendiarias en la calle y tener que utilizar ese material sin tener muy claro el modo de hacerlo.
Dicho material ordenado para su dotación a las unidades de Seguridad Ciudadana consta de: casco, chaleco anti-trauma, escudos, defensas de antidisturbios, arma lagar con acople para lanzar pelotas de goma, granadas de humo y gas lacrimógeno.
Los disturbios en Burgos traían el eco de aquella otra furibunda revuelta que emergió hace casi siete años, en enero de 2014, solo que en esta ocasión reproducían lo que estaba sucediendo en torno a esa misma hora en otras capitales de provincia en toda España: las protestas de muchos jóvenes que salieron a 'incendiar' las calles de sus ciudades contra las medidas decretas por las respectivas comunidades bajo el paraguas jurídico del nuevo Decreto del Estado de Alarma.
El balance de daños fue de cien contenedores quemados, cuantiosos daños en el mobiliario urbano, dos detenidos un agente herido. Los vecinos, al advertir el griterío que provenía de unos poco alzados en rebeldía para hacer mucho ruido en el asfalto, comenzaron a increparles desde los balcones, gritando: "Esto no es Gamonal", mientras la virulencia de los disturbios hacía replegarse a la policía local y nacional en las calles de la ciudad.
Control de masas
Por ello, desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), denuncian que se doten de material y medios que en general solo están capacitados para utilizar unidades específicamente formadas para ello. Es el ejemplo de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) o a nivel provincial las Unidades de Seguridad Ciudadana (USECIC).
Si dotan a los Guardias Civiles, exigen desde la AUGC, piden que se les forme en materia de control de masas, con una instrucción adecuada a la hora de actuar en situaciones de altercados o disturbios, una materia policial que tan solo controlan las unidades que realizan esa especialización en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
También exigen que, en ese caso, se les instruya sobre el uso de dichos medios y materiales. "No vale con enviar a 3-4 patrullas, que no tienen ni conocimientos en funciones de tal calado, ni en uso de los medios y material, que puede resultar demasiado peligroso para los Guardias Civiles".
Explican además que los medios que les han proporcionado irán rotando entre las patrullas, con el riesgo de contagio en los actuales tiempos de pandemia que ello conlleva. "Al iniciar el servicio y al finalizar, se las darán a otra patrulla, donde no será posible realizar una desinfección acorde a la situación actual de pandemia ocasionada por la Covid-19". Es, para ellos, un gran riesgo de contagio realizar ese intercambio de materiales sin que medie ningún tipo de desinfección.