El cierre del restaurante Zalacaín el primer gran restaurante de España, el primero en conseguir las tres estrellas Michelín, máximo galardón entregado por la mítica guía que premia la calidad de las elaboraciones gastronómicas, ha provocado todo tipo de reacciones, casi todas de lamento tras echar el telón uno de los establecimientos históricos de la ciudad de Madrid. Pero algunos comentarios han llegado incluso a celebrar la caída de este tótem de la hostelería patria. Ello ha provocado la ira y el cabreo de muchos.
El cierre afecta a un buen número de familias, cuyos sueldos dependían del local, pero eso no ha parecido importarle a la vicepresidenta tercera del Congreso de los Diputados, la diputada de Unidas Podemos, Gloria Elizo.
La dirigente de la formación morada publicó hace unas horas un mensaje en su cuenta personal de Twitter en el que de algún modo celebraba el desmoronamiento de ese emblemático local, sin tener en cuenta el drama que subyace a todo ello, con el salario de muchas personas en juego.
"Se desmoronan las trastiendas del régimen del 78. Los manteles donde se negociaron los votos obtenidos con reyes y banqueros, los que ponen a raya a la política. Donde se acaba la tramoya y se paga en metálico. Tampoco es que ahora sea tan diferente. Aunque se come peor seguro", afirmaba la diputada.
Posteriormente, Elizo pidió disculpas ante la avalancha de mensajes que suscitó su comentario sobre la clausura de Zalacaín. Pero muchos empresarios y trabajadores le respondieron con evidente enfado ante tal afirmación.
Histórico cierre
Tras el cierre provisional de marzo que comenzó con el estado de alarma, Zalacaín tenía la esperanza de poder reabrir sus puertas, pero no ha podido ser. Zalacaín no se ha podido recuperar de un batacazo tan grande en un momento tan complicado para la hostelería española. La pérdida del turismo y la bajada del consumo acelerada cada vez más por el miedo a una recesión económica han llevado al cliente a consumir cada vez menos en restaurantes de alta cocina.
Zalacaín, perteneciente a Grupo LaFinca, nació en 1973 y trabajó para alcanzar cotas de excepcionalidad y elegancia en cada uno de sus servicios. Tras su renovación en 2017, el restaurante situado en el centro de Madrid se convirtió en el lugar de encuentro y acuerdo en el mundo empresarial, político y social y de referencia gastronómica en España.
Su equipo de profesionales consiguió cumplir a la perfección los objetivos de cada evento, así como atender a sus clientes de manera única y exclusiva. La alta calidad en sus productos es otra de sus señas de identidad.
En junio de 2017 Zalacaín cerró cuatro meses el restaurante para realizar una reforma que le haría entrar en su tercera etapa de vida. El chef Julio Miralles y la directora de operaciones Carmen González desarrollaron un proyecto que se presentó ante sus clientes en un perfecto equilibrio entre lo tradicional y lo actual, entre la cocina y la sala, entre la experiencia de su equipo de siempre y el empuje de sus nuevas incorporaciones. Ahora el telón cae ya para siempre.
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