Miles de integrantes de la Policía Nacional exigen a la dirección general del cuerpo mayor protección ante las nuevas y preocupantes noticias de la nueva cepa de la Covid-19 detectada en el Reino Unido y que ha provocado que España y otros países europeos hayan cerrado sus aeropuertos a la llegada de aviones procedentes de las islas británicas.
Los integrantes del Sindicato Unificado de Policía (SUP) acaban de remitir una carta en la que solicitan la adopción de "medidas urgentes en materia de riesgos laborales" para proteger a los agentes que prestan servicio en los puestos fronterizos.
"Ante el peligro sanitario que representa la propagación de una nueva mutación del virus" detectada en el Reino Unido los agentes reclaman la implementación "inmediata" de medidas de refuerzo de los medios de protección: piden guantes, mascarillas FFP2, gel hidroalcohólico, gafas y buzos para aquellos efectivos destinados en las fronteras.
Justifican la solicitud "debido a la intensidad de los intercambios turísticos y comerciales que mantiene nuestro país con Reino Unido". Los integrantes del SUP demandan que la Administración refuerce los controles sanitarios de medición de temperatura y exigencia de pruebas PCR.
Ese refuerzo, indican debe producirse "a la entrada de nuestras fronteras para estos vuelos de alto riesgo" o también "para cualquier transporte de mercancías o personas" que llegue a España por las fronteras aéreas, terrestres y marítimas.
Mayor tasa de contagio
La principal característica de la cepa localizada en el Reino Unido es que posee una tasa de contagio mucho mayor que la cepa original, pese a que produciría un nivel de mortalidad similar al ya visto a lo largo del último año.
La única información disponible hasta el momento sobre esta mutación ha sido la transmitida por el Ejecutivo de Reino Unido y su gabinete asesor. Los expertos consultados coinciden en señalar que todavía es mucho más lo que se desconoce que lo que se conoce y que únicamente el tiempo permitirá dilucidar sobre cómo funciona esta variante y las consecuencias que traerá.
Se cree que esta variación del virus debió producirse en algún momento del mes de septiembre en Londres o en Kent.
También se piensa que esta desviación del virus es sustancialmente más infecciosa, algo evidenciado por el hecho de que en noviembre se le atribuyen el 28% de las infecciones detectadas en Londres y que en la semana del final del 9 de diciembre era responsable del 68% de los casos.
El primer ministro británico señaló en su comparecencia que las primeras investigaciones sugieren que la nueva variante del virus acelera hasta un 70% su transmisión y ha incrementado su resistencia térmica en 0,4 décimas o más.
Pruebas de oficio
Los agentes exigen que haya para los efectivos destinados en la frontera "disponibilidad prioritaria de pruebas de detección del virus". El fin último es que se practiquen "de oficio para quienes reciban los vuelos o transportes que lleguen desde ese país".
Se haría, en ese caso "una vez finalizado el servicio, como medida preventiva para reforzar la protección de la salud".
En este sentido, AENA ha informado que hoy tiene programados 201 vuelos con origen o destino en el Reino Unido. Esa cifra, explican las fuentes consultadas, supone "un potencial riesgo para policías y el conjunto de la ciudadanía que se debe gestionar con los principios de anticipación, inmediatez y coordinación".