Agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil han logrado asestar el mayor golpe en la historia al tráfico de drogas sintéticas en España. Los investigadores han desarticulado la principal organización criminal internacional encargada de elaborar y suministrar la mayor parte de este tipo de drogas que se consumen en territorio nacional. La trama tenía establecida su base de operaciones en Barcelona, pero también utilizaba Andalucía e Ibiza como centros neurálgicos para la distribución y producción de estas sustancias.
La investigación ha concluido con la mayor aprehensión de drogas sintéticas en la historia y ha permitido desmantelar dos laboratorios clandestinos donde las fabricaban para su posterior tráfico y distribución, que se realizaba tanto a nivel nacional como internacional.
En el marco de la operación "Latrans-Girasol-Muhlberg", los investigadores han logrado intervenir 827.000 pastillas de MDMA (200 kilogramos), 76 kilogramos de sulfato de anfetamina, 39,5 kilogramos de cristal, 217 litros de anfetamina líquida -con una capacidad de producción de 738 kilogramos de sulfato de anfetamina-, 310 kilogramos de hachís, 89 kilogramos de marihuana, 2.000 dosis de LSD y 1,65 kilogramos de cocaína rosa.
Con esta operación, se ha desarticulado al completo la organización criminal más importante dedicada a la fabricación y tráfico de drogas sintéticas que ha operado en la historia del narcotráfico en España. Era considerada también una de las más activas en Europa.
Han sido detenidas once personas de nacionalidades holandesa, española, rumana, colombiana e italiana, por la presunta comisión de los delitos de tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal y tenencia ilícita de armas; ocho de ellas han ingresado en prisión.
También se han incautado de 126 litros de ácido sulfúrico, seis litros de ácido clorhídrico, tres litros de acetona, 20 kilogramos de sustancia de corte y 25 litros de diversos líquidos precursores. Todos ellos eran empleados en la fabricación de diversas drogas sintéticas.
Modus operandi
Ambos cuerpos policiales tenían coincidencias con investigaciones en torno al tráfico de drogas sintéticas. Se decidió entonces fusionar las informaciones de los dos equipos formando una sola investigación en la que participaron agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de la Comandancia de la Guardia Civil de Barcelona, agentes del Equipo de Crimen Organizado (ECO) de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil con base en Málaga, agentes del Grupo I de la Sección de Estupefacientes de la Jefatura Superior de la Policía Nacional de Cataluña, y de la Sección de Estupefacientes de la Comisaría General de Policía Judicial de la Policía Nacional. Todas las unidades policiales han sido coordinadas por el CITCO (Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y Crimen Organizado).
El clan poseía su sede central en Barcelona, donde contaba también con dos laboratorios en los que fabricaba estas drogas en cantidades industriales. Desde la ciudad Condal almacenaban las diversas sustancias que les llegaban desde Holanda. Allí comenzaba después el proceso de distribución por la península.
Para financiar o sufragar el MDMA, el cristal y la anfetamina líquida el clan enviaban a cambio grandes cantidades de hachís y marihuana, procedentes de Málaga y de Barcelona, para su posterior venta en Holanda y en el Reino Unido. Ambos estupefacientes eran transportados en transformadores eléctricos trifásicos que ellos habían manipulado previamente.
De ese modo, la mercancía viajaba bajo la apariencia de un producto completamente legal junto a lujosos coches clásicos. Estos transformadores disponían en su interior de un doble fondo con capacidad para trasladar cientos de kilogramos de droga en cada viaje. Estaban dotados de un sofisticado sistema de apertura eléctrico-hidráulico ideado para que resultara imposible descubrir la droga y así ocultarla a la perfección.
Una vez entregados en Holanda, los fardos de hachís o las bolsas envasadas al vacío con marihuana, aprovechaban el viaje de vuelta de esos mismos transformadores para transportar la droga sintética a España.
El papel de los cocineros
Sus redes principales para el tráfico de las diferentes sustancias se localizaban en Ibiza, Málaga y Barcelona. Allí la organización contaba con viviendas logísticas desde las que distribuían la droga por España. Usaban para ello coches de alquiler y vehículos con doble fondo, con los cuales podían mover la sustancia estupefaciente sintética sin ser detectados.
La organización empleaba terminales móviles de mensajería cifrada para comunicarse entre sí. Todos los dispositivos poseían un sistema de bloqueo/borrado/cifrado del teléfono y un botón del pánico ante la adversidad que les supondría que sus terminales móviles fueran intervenidos.
Tras múltiples registros e incautaciones lograron acceder al núcleo principal del organigrama criminal, localizado en Barcelona, donde intervinieron 651.000 pastillas de MDMA (éxtasis), y una ingente cantidad de las otras sustancias ya descritas.
Los investigadores tuvieron que bloquear 23 cuentas bancarias -en torno a 100.000 euros en ellas- vinculadas a todos los miembros de la organización detenidos. Además de la gran cantidad de sustancias, en los registros hallaron dos pistolas, dos granadas de mortero, un machete, tres yates de recreo, nueve vehículos y 267.000 euros (entre el dinero bloqueado de las cuentas y el intervenido en metálico).