La intensidad de la borrasca Filomena "ha desbordado las previsiones más pesimistas" de las autoridades y ha provocado el temporal más intenso de los últimos 50 años. Así lo han constatado en una rueda de prensa conjunta los ministros de Interior y Transportes, que han advertido además de que "quedan por delante horas difíciles" y, por ello, han pedido a la población que permanezcan en sus domicilios y extremen la precaución. "La situación es grave", ha resumido José Luis Ábalos.
Las prioridades del Gobierno pasan, por una parte, por atender a las miles de personas que han quedado atrapadas en diferentes carreteras del país, sobre todo madrileñas. En esta comunidad, han sido rescatadas casi 1.500 personas, el 70% de los vehículos afectados ya están desocupados "y sus ocupantes en situación de seguridad" y el 30% restante están siendo atendidos por las fuerzas de seguridad y los servicios de emergencia, ha precisado Fernando Grande-Marlaska.
En paralelo, las administraciones trabajan para despejar las vías en más de 21.000 kilómetros de la red viaria, algunas de las cuales siguen bloqueadas -principalmente en Madrid, Cuenca y Castellón- y para "para garantizar la movilidad del personal crítico, los servicios esenciales y el abastecimiento", ha subrayado Ábalos.
El ministro ha detallado que se han movilizado 1.305 equipos de quitanieves y se han consumido "en solo dos días" 220.000 toneladas de fundente, lo que supone el 30% de todo lo que usó el año pasado.
Los ministros ha subrayado que el desplegado desde este viernes ha sido "el dispositivo más ambicioso, mejor dotado y de mayor coordinación hasta la fecha", aunque la magnitud de la borrasca ha sido mayor de la esperada.
Ábalos ha asegurado que "no es el tiempo de la autocrítica" sino de "remar juntos". "Si alguien observa que se han podido hacer las cosas mejor, habrá tiempo", ha dicho, sin dejar de subrayar que las diferentes administraciones están "trabajando coordinadamente para revertir una situación difícil".
Ola de frío
En las previsiones de Gobierno, las grandes lluvias y nevadas que han azotado gran parte de la península desde este viernes son solo la antesala de un temporal que, lejos de desaparecer, permanecerá la próxima semana, al menos hasta el jueves.
Según ha alertado también la Aemet, una ola de frío propiciará un "acusado descenso" de las temperaturas a partir de este lunes, con mínimas inferiores a 10 grados bajo cero en zonas de montaña y áreas llanas nevadas, lo que puede provocar, en palabras de Ábalos, una situación incluso más complicada que la que ha causado la borrasca.
"En los próximos días, las nevadas pasará a ser heladas, con la incidencia y la importancia que eso tendrá", ha anticipado el ministro de Transportes, que ha reiterado que "hay que aplazar cualquier desplazamiento por carretera".
Este cambio en las circunstancias meteorológicas dificultará la vuelta a la normalidad, sobre todo en carreteras. "Volver a la normalidad es también retirar la nieve, minimizar cualquier evento o circunstancia. Vamos a trabajar de forma precisa las 24 horas del día", ha subrayado Marlaska.
El titular de Interior ha asegurado que el servicio de Protección Civil está preparado para apoyar los servicios esenciales, entre los que ha destacado el reparto de vacunas, los trasplantes de órganos o las diálisis, en "situaciones tan extraordinarias como estas".