Dos de los tres yihadistas detenidos este pasado fin de semana por la Comisaría General de Información (CGI) de la Policía Nacional llegaron a España en patera a través del Estrecho. Según confirman a EL ESPAÑOL fuentes de la Audiencia Nacional, ambos habrían desembarcado en Almería para después dirigirse a Barcelona. Allí les esperaba un tercero, encargado de la logística. El cometido de este último consistía en proporcionarles cobijo, instalarles en la ciudad y darles cobertura.
Los tres, vinculados a DAESH, el autodenominado Estado Islámico, eran de nacionalidad argelina. Los detenidos fueron puestos este lunes a disposición del titular del Juzgado Central de Instrucción nº6 de la Audiencia Nacional. El magistrado decretó a lo largo de la mañana el ingreso en prisión de todos los integrantes de este presunto comando.
Antes de entrar en España, en vísperas de Navidad, el líder de la célula yihadista había expresado su intención de cometer un atentado en Europa. Su paradigma, el modelo a seguir a la hora de llevar a cabo un nuevo ataque, era el del lobo solitario de origen macedonio que provocó la masacre de Viena, Austria, a principios del pasado mes de noviembre.
El primer lunes de ese mes, aquel hombre, armado con un fusil de asalto y un machete, acabó con la vida de 4 personas y dejó heridas a otras 23. Se había fijado en aquel atentado individual, con los medios justos, adquiridos en el mercado negro, y lo había manifestado en mensajes que luego detectaron los investigadores. Eso lo comprobaron más tarde, cuando supieron de la llegada a territorio nacional de ese yihadista "potencialmente peligroso" y de otro hombre, uno de sus adláteres, también radicalizado en el ideario propio de esta organización.
Ambos estaban en el punto de mira de la Policía Nacional y de los servicios de inteligencia de otros países por su integración en una de las filiales de DAESH. A que el operativo llegase a buen puerto han contribuido también, junto a la CGI y la Brigada Provincial de Información de Barcelona, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), los Servicios de Inteligencia Argelinos, el Federal Bureau of Investigation (FBI) de Estados Unidos y la Oficina Europea de Policía (EUROPOL)
Combatiendo con Daesh
Fuentes de la investigación aseguran a EL ESPAÑOL que saben ahora a la perfección que este hombre, el cabecilla de la presunta célula, había estado combatiendo dos años en las filas del Estado Islámico en Iraq. Los agentes se encuentran ahora recorriendo el camino inverso: su objetivo es tirar del hilo para trazar el historial y la vida que habían llevado a lo largo de los últimos años todos los arrestados en la operación.
Por eso saben ahora que este individuo, en el año 2018, intentó entrar de manera clandestina en Europa a través de Turquía después de haber luchado junto al ISIS. Allí fue detectado, y Turquía lo expulsó a Senegal. Desde ese país fue moviéndose para retornar a su tierra natal. El hombre se ve obligado a transitar también por Mauritania, hasta alcanzar territorio argelino.
Tras ese periplo continuó su actividad pro-DAESH. Una vez regresó a Argelia el cabecilla de la célula desmantelada en Barcelona se habría vinculado a la organización Al Katibet Ghoraba, la franquicia del mencionado grupo terrorista en el norte de África, contra la cual, apuntan fuentes policiales, se han realizado importantes operaciones precisamente a lo largo de los últimos días.
Cuando supieron que había logrado acceder junto al otro yihadista a la península, los expertos en la lucha contra el terrorismo yihadista de la Comisaría General de Información comenzaron una intensa búsqueda para localizarle de manera inmediata.
Vigilancia 24 horas al día
La investigación les llevó hasta Barcelona, y allí descubrieron que este individuo se encontraba residiendo en un inmueble okupado del barrio de la Barceloneta de la Ciudad Condal. No estaba solo. Los agentes establecieron un dispositivo de férrea vigilancia alrededor del apartamento. Durante dos semanas, un nutrido contingente de investigadores de la Policía Nacional les ha controlado sin descanso. Les tuvieron sometidos a vigilancia las 24 horas del día. En el argot futbolístico, un marcaje al hombre en toda regla.
No les quitaron el ojo de encima hasta este fin de semana, el momento en el que decidieron detenerles. Los yihadistas estaban siendo muy cuidadosos con con sus movimientos, y habían adoptado "fuertes medidas de seguridad" para que nadie pudiera detectarles.
Con la cercanía del temporal Filomena, que ha cubierto a España de nieve este pasado fin de semana, los agentes estimaron que se podía dificultar su localización permanente. Por eso decidieron proceder a su inmediata detención, neutralizando así "una amenaza para la seguridad pública".
Los agentes no hallaron ningún arma tras registrar el inmueble. Tampoco elementos o dispositivos precursores que pudieran servir para fabricar explosivos con los que atentar. Apenas acababan de llegar y no les había dado tiempo a adquirir ninguno de esos elementos. Sí que se incautaron de diverso material electrónico, que todavía tiene que ser analizado por los especialistas en la lucha contra el terrorismo yihadista.