El Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Miguel Ángel Villarroya.

El Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Miguel Ángel Villarroya. Ministerio de Defensa

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Dimite el JEMAD, Miguel Ángel Villarroya, tras la polémica por vacunarse contra la Covid-19

Recalca que "nunca ha pretendido aprovecharse de privilegios" y lamenta que su acto pueda haber "deteriorado la imagen de las Fuerzas Armadas".

23 enero, 2021 16:37

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El Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), Miguel Ángel Villarroya, ha solicitado su cese a la ministra de Defensa, Margarita Robles -que lo ha aceptado-, tras conocerse este viernes que tanto él como otros cargos militares recibieron la primera dosis de la vacuna contra la Covid-19.

En plena ola de indigación por la prematura e irregular vacunación de políticos de PSOE y PP, desde alcaldes a consejeros autonómicos, saltó la noticia del JEMAD, que Robles supo por los medios de comunicación. De inmediato, pidió un informe a Villarroya para conocer de primera mano a cuántas personas se había suministrado la vacuna y cuál era la justificación.

En su carta a la ministra, el ya exJEMAD destaca que su actuación al frente del Estado Mayor de la Defensa, "y al igual que durante sus 45 años de carrera militar, ha procurado ser honesta y dominada por el espíritu de servicio y de amor a España", que "siempre se ha esforzado en servir de ejemplo a sus subordinados y en hacer lo correcto".

Los motivos

En relación con el hecho concreto que ha derivado en su renuncia, Villarroya expone que, "en el cumplimiento de sus obligaciones, de acuerdo a los protocolos establecidos y con la única finalidad de preservar la integridad, continuidad y eficacia de la cadena operativa de las Fuerzas Armadas, ha tomado decisiones que considera acertadas y que nunca han pretendido aprovecharse de privilegios no justificables", pero que, comprende, "están deteriorando la imagen pública de las Fuerzas Armadas y poniendo en duda" su propia "honradez".

El general Villarroya fue nombrado jefe de la cúpula militar hace poco más de un año, el 14 de enero de 2020, en una de sus primeras decisiones tras la investidura del Gobierno de coalición.

Nacido en Tarragona en 1957, casado y con dos hijos, llegó al cargo avalado por una amplia trayectoria en destinos nacionales e internacionales. Antes que JEMAD fue director del Gabinete Técnico de la ministra, donde llegó de la mano no de Robles sino de su antecesora en Defensa, María Dolores de Cospedal.

Su expediente, un largo historial de medallas y condecoraciones, detalla 9.800 horas de vuelo, la mayoría de ellas a bordo del avión de transporte T-10. Ha operado en escenarios complicados como Kuwait, Ruanda o los Balcanes. Además, fue jefe del mando aéreo en Canarias y del 45 Grupo del Ejército del Aire.

Pero, si por algo va a recordar la opinión pública al general en su etapa como JEMAD es por la 'Operación Balmis', que sacó a las Fuerzas Armadas a las calles de toda España para proteger del nuevo coronavirus, cooperando en residencias de ancianos, en el cumplimiento de las restricciones o montando hospitales de campaña para reforzar los saturados hospitales.

Cronología

Robles no quiso hacer mayor valoración este viernes, más allá de pedir el informe, hasta conocer en detalle el protocolo seguido para establecer las prioridades de vacunación en el seno del Estado Mayor de la Defensa, que cuenta con su propio cupo dentro del reparto del Ministerio de Sanidad.

El propio Estado Mayor explicó que el protocolo establece la prioridad del personal sanitario, miembros de las misiones internacionales y la cadena de mando, siguiendo un criterio de edad.

Este sábado, consecuencia de esta controvertida vacunación, el Ministerio del Interior, que dirige Fernando Grande-Marlaska, ha cesado al oficial de la Guardia Civil que hacía de enlace precisamente en el Estado Mayor por vacunarse junto al JEMAD y el resto de cargos que ya han iniciado la inmunización frente al virus.

Este no ha sido el único movimiento en la Guardia Civil. El jefe del Estado Mayor del cuerpo, José Manuel Santiago Marín, ha remitido una instrucción en la que advierte a su personal de que nadie deberá ser vacunado contra el nuevo coronavirus antes de que le corresponda según el colectivo al que pertenezca ni podrá aceptar ofrecimientos, incluso en situaciones de vacunas sobrantes.