Un centenar de soldados del Ejército del Aire ha sido desplegado en los últimos días en Rumanía sin haber recibido la vacuna contra la Covid-19 antes de su partida, contraviniendo así el protocolo establecido por el Ministerio de Defensa.
Las normas del Ministerio imponen que el personal destinado a operaciones internacionales es grupo prioritario a la hora de recibir inmunidad frente al coronavirus.
Tal y como describe el documento oficial titulado Estrategia de vacunación frente a la Covid-19 en las Fuerzas Armadas, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, el personal “que tenga previsto el despliegue a Zona de Operaciones (ZO)” es considerado preferente. En concreto, se trata del segundo de los “grupos diana” -después del personal sanitario- a la hora de administrar las dosis en los distintos ejércitos.
El propio Ministerio de Defensa asegura en el documento que para ejecutar con normalidad las misiones, y “garantizar su cumplimiento”, “resulta fundamental la protección de la salud individual y colectiva del personal de las Fuerzas Armadas (FAS)”.
Según ha podido conocer EL ESPAÑOL a través de distintas fuentes militares, los efectivos llegaron en dos tandas a la base Mihail Kogălniceanu, a unos 30 kilómetros de la ciudad rumana de Constanza. Los primeros aterrizaron el pasado 20 de enero y el segundo partió este mismo lunes.
El destacamento al completo está formado por 130 efectivos y seis cazas Eurofighter del Ala 11 procedentes de la base aérea de Morón de la Frontera (Sevilla).
En otro apartado del documento, el protocolo remarca que la estrategia de vacunación frente a la Covid-19 en las Fuerzas Armadas "constituye una de las medidas preventivas más eficaces para evitar la aparición de la enfermedad".
Consultadas en repetidas ocasiones fuentes oficiales del Estado Mayor de la Defensa (EMAD), indican a EL ESPAÑOL que el personal de la misión se le envió a su destino sin que hubieran recibido ni la primera ni la segunda dosis de la vacuna de Pfizer.
La obtención de la inmunidad y la administración de las dosis de la vacuna, subraya el texto más adelante, es lo que ayudará a mantener "la operatividad de nuestros efectivos tanto en Territorio Nacional (TN), como en Zona de Operaciones (ZO)".
Las diversas fuentes consultadas difieren en sus versiones sobre la situación de este destacamento: la mayoría de ellas, de origen militar, confirman que ninguno de los efectivos han sido vacunados.
Sin embargo, el protocolo es claro: todos deberían haber recibido la vacuna antes de viajar a la zona de operaciones en Rumanía.
Polémica vacunación
Esta información se conoce en medio de la polémica por las vacunaciones irregulares en el seno de las Fuerzas Armadas y pocas horas después de que la ministra de Defensa designara como Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad) al Almirante General Teodoro López Calderón, hasta ahora Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada (AJEMA).
Calderón sustituye a Miguel Ángel Villarroya, quien dimitió el pasado sábado tras salir a la luz que tanto él como otros mandos del Estado Mayor recibieron la primera dosis de la vacuna contra la Covid-19 sin pertenecer a los grupos prioritarios de vacunación.
En la misiva con la que Villarroya renunciaba a su cargo, el general mencionaba que "en el cumplimiento de sus obligaciones, de acuerdo a los protocolos establecidos (...)” tomó “recientemente decisiones que considera acertadas”, pero que están “deteriorando la imagen pública” de los Cuerpos y “poniendo en duda” su “propia honradez".
Sin embargo, el protocolo al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL establece como grupos prioritarios, en primer lugar, al "personal que tenga previsto el despliegue a Zona de Operaciones” y en segundo, al “personal alertado, cuya disponibilidad para desplegar a ZO sea inferior al intervalo necesario para que la vacuna disponible confiera la protección".
En tercer lugar señala que "en el caso de activación del Plan de Contingencia frente a una crisis sanitaria provocada por una pandemia o epidemia durante la campaña de vacunación, se incluirá al personal desplegable en la operación en función de las misiones asignadas y en coordinación con el IMPDEF".
El cuarto punto del documento se refiere al "personal destinado o en Comisión de Servicio en la Unidad Militar de Emergencia (UME)" y solo detrás de ellos apunta a que deben recibir la vacuna contra la Covid-19 el “personal de las Unidades que a criterio del Mando sea considerado como crítico”, apartado en el que cabría contextualizar la vacunación del Jemad.
Misión en el Mar Negro
La misión en la que participan, que oficialmente se inicia el próximo 1 de febrero y se extenderá dos meses, hasta el 31 de marzo, es la primera con cazas que España envía en el marco de la OTAN al Mar Negro, un territorio especialmente sensible después de que Rusia se anexionara hace ahora siete años Crimea.
La misión defensiva en Rumanía fue diseñada por la OTAN en 2014 para demostrar la determinación colectiva de los aliados, para subrayar la naturaleza defensiva de la OTAN y disuadir cualquier agresión o amenaza contra miembros de la Alianza Atlántica.
España se unió por primera vez a dicha misión en el año 2006 y, desde 2015, participa de manera continua durante dos o tres meses al año. Sin embargo, esta es la primera vez que envía cazas Eurofighter, algo que sí ha hecho en una misión similar de la OTAN en la zona del mar Báltico.
El objetivo de la operación es establecer relaciones de entrenamiento y operativas con las Fuerzas Aéreas rumanas y proteger conjuntamente el espacio aéreo en la región.
Los choques aéreos entre los aliados y los rusos en el mar Negro son frecuentes. El pasado mes de mayo, el Ministerio de Defensa ruso informó de que sus cazas habían interceptado a bombarderos estadounidenses en la zona y les habían seguido hasta alejarlos de la frontera rusa.
Polémica en Letonia
La polémica en torno a la misión en Rumanía no es la única en la que se han visto envueltos los efectivos desplegados en el extranjero. Un contingente de soldados españoles trasladados a Letonia en el marco de otra operación de la OTAN se ha visto afectado en las últimas semanas por un brote de coronavirus que ha obligado a cancelar su regreso, previsto para el pasado 15 de enero.
Según denunció la Asociación de Tropa y Marinería del Ejército (ATME) el pasado jueves, habría hasta 40 militares españoles contagiados y un centenar más aislados por contacto estrecho.
Desde esa asociación inciden en que "todo el personal militar que esté desplegado en zona de operaciones y los futuros despliegues debe ser una prioridad en la vacunación para Defensa. La seguridad de los militares desplegados debe primar por los motivos obvios de medios y para evitar brotes que afecten a la salud y la misión operativa del despliegue".
Desde la Asociación de Militares y Red45+ señalan también su descontento con la situación: "Vergonzoso, que dejen una vez más abandonados a los militares en el exterior".