Aunque a muchos se lo pueda parecer, no hay actitudes repentinas en las posturas públicas de Podemos que tanta polvareda levantan y que tanto tensan la relación en el seno del Gobierno de coalición. Sino, por el contrario, una medida y, según los de Pablo Iglesias, "coherente" actitud.

"Decimos lo de siempre" aseguran, atónitos ante las polémicas generadas esta semana, la última en la que aparece la Princesa Leonor como inédito centro de las críticas, por la decisión de los Reyes de que curse el Bachillerato en un centro de élite en Gales.

Consideran que es un gasto excesivo, al tiempo que aprovechan para reivindicar la "calidad educativa extraordinaria" de España, tal y como hacía la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz.

En ese ambiente, en el que queda abierta la veda contra la heredera al Trono, el portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, publicaba un duro tuit tirando de sarcasmo para hablar del nuevo colegio de la Princesa Leonor: "Hoy la Casa Real ha anunciado que la princesa Leonor va a estudiar el bachillerato en el UWC Atlantic College en Gales. Han elegido un cole modesto y barato: 76500€ al año. 6375€ al mes. Casi 6 veces el SMI".

Echenique concluía, con ironía, que estamos ante otra prueba de la "normalidad democrática" que viene poniendo en entredicho Pablo Iglesias. 

"Horizonte republicano"

Que la Princesa de Asturias forme parte de la crítica de Podemos es nuevo, pero no su fijación por la Monarquía y su idea de trabajar por un "horizonte republicano", como repite Iglesias.

En 2020 el vicepresidente segundo espoleó las caceroladas contra el Rey durante una rueda de prensa en la Moncloa, en pleno confinamiento. Más tarde acusó al Rey Emérito de haberse "fugado" de la Justicia e incluso Podemos realizó un polémico vídeo comparando a la Familia Real con la serie Narcos, algo que criticó severamente el ministro de Transportes y número tres del PSOE, José Luis Ábalos. 

Se trata, insisten, de ser "coherentes" con sus postulados, al margen de su pertenencia al Gobierno o a las funciones que tengan dentro del mismo, y sin importarles que sus posiciones desagraden e incomoden a su socio, el PSOE.

Por eso Iglesias no duda en inmiscuirse en cuestiones que le son ajenas -por ejemplo, la política internacional-, como cuando solicitó un referéndum para el Sáhara condicionando la postura española ante Marruecos.

Pero también apreta el vicepresidente del Gobierno todo lo posible en otros entierros donde sí tiene vela. Bien lo sabe José Luis Ábalos, en plena negociación sobre la Ley de Vivienda que le provoca más de un quebradero de cabeza; el último, la intención de los podemitas de rebajar el criterio para definir lo que es un "gran tenedor" de viviendas. 

Roces con Justicia

Podemos seguirá con esa actitud y áun tiene que poner peros a su socio, el PSOE, en materias sensibles incluidas en el acuerdo de coalición. Es el caso de la reforma sobre los llamados "delitos de opinión", que Podemos registró este martes en el Congreso apenas horas después de que la noche anterior, en un escueto comunicado a la prensa, el Ministerio de Justicia que dirige el socialista Juan Carlos Campo tratara de apuntarse el tanto de esa modificación legal. 

Por lo demás, y como vienen manifestando en público, en Podemos creen ser víctimas de una actuación coordinada de los medios de comunicación en su contra. Algo que denuncia sin descanso la web La Última Hora, un medio que Podemos anima a sus inscritos o afiliados a financiar y que dirige Dina Bousselham, quien da nombre al caso por el que el Tribunal Supremo rechazó recientemente abrir un proceso contra Iglesias. 

El secretario general de Podemos ocultó durante medio año a su colaboradora una tarjeta de móvil con material comprometedor, fruto según el vicepresidente de una turbia actuación de las cloacas del Estado, que estarían, con el comisario Villarejo al frente, detrás del robo del móvil de Bousselham, que llegó a ser diputada sde Podemos.  

De la enemistad con los medios hay pruebas casi a diario. Iglesias tan pronto puede reprochar una viñeta desde su cuenta de Twitter como decir en una entrevista, tratando de justificar sus palabras en las que comparaba a Carles Puigdemont con los exiliados republicanos, que no iba a decir "lo que quieran La Sexta o la Ser". Sobre esta última emisora, incluso determinadas cuñas publicitarias han sido objeto de reproche. 

Aun a riesgo de que le tilden de "cabezón", como llegó a hacer en reciente ocasión la ministra portavoz Montero, Iglesias seguirá con una estrategia clara de choque y de no callar una. Está por ver si la estabilidad del Gobierno de coalición no se resiente más de lo esperado. 

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