Cuesta digerir la derrota en el Partido Popular, una formación que fijó su suelo electoral en los 185.000 votos que sacó en Cataluña en 2017. La realidad ha sido mucho más dura que los peores presagios: el PP ha perdido 80.000 papeletas este 14 de febrero y se quedó con tres diputados en el Parlament de los que solo uno, Alejandro Fernández, tiene carné de partido. Lorena Roldán y Eva Parera, número dos y tres en la lista por Barcelona, entran como independientes.
"No hemos sido capaces de quedarnos con ningún voto del millón que ha perdido Ciudadanos y Vox nos cuadruplica en escaños. El panorama es demoledor", resume un presidente autonómico del PP, que confía en que este martes "sí haya menos lamentos y más autocrítica".
El desastre electoral ha despertado al sector crítico, a los que reprochan que Pablo Casado "no es capaz de mostrar un proyecto creíble de país". La queja, siempre amparada en el anonimato, fue dando paso a lo largo de este lunes al desasosiego y a la frustración: "Cataluña es tierra quemada para el PP", piensa un alto cargo del partido que empatiza con Casado y su candidato, Alejandro Fernández: "Los dos han pagado el precio del naufragio que empezó muchos años atrás. No es justo que carguen con esto: este fracaso es el resultado de un proceso agónico".
El presidente del PP marcó una nueva hoja de ruta en octubre, cuando decidió enfrentarse a Vox y tratarle como un rival, no como un posible socio de Gobierno. En Génova consideran que el revolcón electoral en Cataluña es "circunstancial" porque Vox "es el partido nuevo que ha conseguido canalizar el voto del catalán desencantado con el independentismo".
La decisión de la dirección nacional es seguir por el mismo camino, por muchas piedras más que se le pongan delante. "No caben tres marcas de centroderecha en España. La fragmentación de voto garantiza la permanencia de Sánchez". El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, adelantó este lunes la respuesta que dará Casado el martes a su partido: para que el PP vuelva un día a la Moncloa, Vox tiene que volver a ser un partido residual. "Para Sánchez es una buena noticia que Vox tenga 11 diputados y el PP tres", remató el portavoz nacional de los conservadores.
La herencia recibida
Las mejores expectativas electorales de los conservadores pasaban por duplicar su presencia en el Parlament pero, sobre todo, por tener grupo parlamentario propio, lo que les permitiría tener más recursos y menos ahogos económicos. La apertura del juicio contra el extesorero Luis Bárcenas en plena campaña electoral provocó, según sus cálculos, que en un día se esfumaran la mitad de los potenciales electores.
El peso de la herencia recibida es, a juicio de la dirección nacional del PP, la razón por la que los conservadores no han sido capaces de seducir a los votantes de centroderecha. "Los catalanes tienen muy presente que fue un gobierno del PP el que intervino Cataluña y disolvió el Parlament. No se pasa página tan rápido", justifica un destacado miembro del partido.
Consumado el desastre, la vista está puesta en blindar y proteger la figura de Pablo Casado, un líder que ha pisado Cataluña durante los últimos meses todas las semanas. "No ha fallado ni una", subrayan desde su entorno que, insisten, su permanencia en la presidencia del partido "está fuera de toda duda".
El presidente del Partido Popular reúne este martes a su Comité Ejecutivo Nacional para analizar con detalle las causas del desastre electoral "y mirar con optimismo hacia el futuro". Le acompañará el candidato catalán, Alejandro Fernández, que reconoció sin disfraces que su resultado era "muy malo".
Reflexión
Los presidentes autonómicos, de momento, han optado por guardar silencio y esperan escuchar la intervención de Pablo Casado para después decidir si toman o no la palabra. "Esperamos que haya de verdad una reflexión sobre qué hemos fallado y no le cargue la debacle a Bárcenas. Vox ha conseguido convertirse en el partido de los desencantados... algo habrán hecho bien ellos y, nosotros, algo mal", cita un destacado miembro del Comité Ejecutivo Nacional.
Alberto Núñez-Feijóo, el único presidente autonómico que puede presumir de que en las últimas elecciones autonómicas dejó a Vox sin representación parlamentaria, tomó la palabra este lunes. El presidente gallego reconoció que cada cita electoral es distinta y, por lo tanto, los datos "no son extrapolables": Galicia no es lo mismo que Cataluña ni viceversa.
Tras hacer esta anotación, Feijóo invitó a su partido a "hacer una reflexión" para "ser capaces de transmitir a la sociedad catalana" que su presencia es "útil". Si Pablo Casado debe cargar con la responsabilidad de la derrota, el presidente gallego comparó al líder nacional de su partido con el presidente del Gobierno: "Casado es tan responsable del resultado catalán como lo fue Pedro Sánchez en el descalabro del PSOE en las elecciones gallegas". En aquella cita electoral, Unidas Podemos tuvo más votos que los socialistas.