Madrid. Al menos 19 detenidos. Al menos 35 policías heridos.
Barcelona. Al menos 29 detenidos. Al menos 25 mossos heridos.
Las noches del martes y el miércoles han sido calientes tanto en la capital como en la Ciudad Condal. La detención el pasado lunes en la Universidad de Lérida de Pablo Hasèl se convirtió en pistoletazo de salida para una violencia que España no conocía desde la sentencia del procés el ya lejano 14 de octubre de 2019. La sentencia al rapero de 9 meses de prisión, que suponía su ingreso en la cárcel al sumarse a otras condenas, estimuló unas algaradas callejeras que también han encontrado respaldo político.
Mientras José Luis Martínez Almeida y Ada Colau, alcaldes de Madrid y Barcelona, rechazaban cualquier tipo de violencia, llamaban a la calma y secundaban la actuación de las fuerzas del orden en sus ciudades, Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos en el Congreso y portavoz de uno de los dos partidos del actual Gobierno de coalición, alentaba desde su cuenta de Twitter a los manifestantes "antifascistas que están pidiendo justicia y libertad de expresión en las calles".
Además, el portavoz de Podemos, en un segundo tuit, se enorgullecía de haber "alborotado" a la "(ultra)derecha política y mediática de la Plaza de Colón con mi tuit". Nada nuevo, decía, comparando sus reacciones en la noche de este miércoles con las que, según él, se produjeron tiempo atrás ante las manifestaciones "por la sanidad pública, con los taxistas o con los mineros asturianos".
"Es una grave irresponsabilidad que partidos del Gobierno alienten estos actos violentos, que deberían tener consecuencias políticas", había defendido Casado. En la misma línea se mostró Inés Arrimadas, que aspuntó que es "vergonzoso que estos vándalos cuenten con el aliento de un partido que está en el Gobierno".
Las declaraciones de Echenique se enmarcan, sin embargo, en la línea de actuación de Podemos en las últimas semana en referencia a la ausencia de "normalidad democrática" de España, tal y como lo definió Pablo Iglesias.
Sin "normalidad democrática"
“Como vicepresidente del Gobierno español debo reconocer que no hay una situación de plena normalidad política y democrática en España cuando los líderes de los dos partidos que gobiernan Cataluña, uno está en prisión y el otro en Bruselas”, afirmó Iglesias en una entrevista con el diario ARA. E insistió: “¿Cómo puede haber normalidad democrática en nuestro país si un conflicto político ha dejado de poder gestionarse por vías políticas y ha acabado gestionado por vías policiales y judiciales?”.
Las reacciones por parte de la mitad socialista del Gobierno al desafío de su otra mitad no se hicieron esperar y tanto Carmen Calvo como José Luis Abalos o Arancha González Laya salieron rápidamente al paso de las palabras del vicepresidente segundo para afirmar que España es una de las "23 democracias plenas del mundo". Algo que, por cierto ni mucho menos amedrentó a Iglesias y compañía.
Después de que la Audiencia Nacional decretará el ingreso en prisión de Pablo Hasèl, el rapero, condenado previamente también por un delito de injurias a la Corona y enaltecimiento del terrorismo y castigado también a seis meses de cárcel por agredir a un periodista, decidió no presentarse antes de la fecha límite. Además, se encerró en el claustro de la Universidad de Lérida el pasado sábado, de donde lo sacaron los Mossos el lunes a las 06.30 de la mañana.
En ese mismo momento, Alberto Garzón, ministro de Consumo, tuiteó que "un cantante" era detenido "por unos tuits", lo que considera "un síntoma de déficits democráticos graves". También Victoria Rosell, la jueza que hoy ejerce como Delegada de Gobierno contra la violencia de género, expresó su desacuerdo con la entrada en prisión de Hasèl "por delitos de expresión que el Gobierno ha anunciado que va a derogar/reformar".
Una línea de actuación por parte de la formación morada que se ha encontrado con el rechazo frontal de PSOE, PP, Ciudadanos y Vox, pero que sin embargo no ha tenido aún respuesta tras los graves altercados de Madrid y Barcelona.
El mensaje de Echenique tuvo su respuesta también en José Francisco Horcajo, Secretario General del Sindicato de Policía Local Asociada, que aseguró a EL ESPAÑOL que les "da vergüenza que un dirigente político haga este tipo de declaraciones".
"¡Basta ya!, un poco de responsabilidad, parece que vale todo, ¿no se dan cuenta del daño que hacen? ¿No tiene palabras para los propietarios de los establecimientos destrozados? ¿No sabe que los destrozos realizados salen de las arcas públicas?", han manifestado.
Y añaden: "Este país es una gran democracia, pero tiene sus defectos, como que tengamos un irresponsable político, por llamarle de alguna manera a este personaje".
Escalada de violencia
El segundo día consecutivo de altercados y cargas policiales dejó al menos 44 detenidos entre Madrid, Barcelona, Lleida, Gerona, Vigo y Granada, ciudades donde se produjeron concentraciones en apoyo al rapero. Además, hubo varias decenas de heridos. Entre ellos, una treintena de agentes de la Policía Nacional en Madrid, por el lanzamiento de piedras y distintos objetos contra los efectivos policiales desplegados.
El acto de Madrid tuvo lugar en la Puerta del Sol y derivó en cargas de los agentes una vez los congregados empezaron a lanzar objetos contundentes y destrozar mobiliario urbano. Entre los heridos por los altercados hubo cinco policías. Los manfiestantes quemaron mobiliario urbano y saquearon tiendas de ropa en las calles aledañas
En Cataluña las protestas tuvieron como resultado 29 detenidos. Los manifestantes de Barcelona levantaron y quemaron barricadas en la plaza Urquinaona, y lanzaron objetos como botellas y piedras contra las furgonetas de Mossos d'Esquadra.
Tras ello, la protesta se ha extendido hacia la plaza Catalunya y el resto del centro de la ciudad, ante lo que los efectivos de la Brigada Móvil (Brimo) de Mossos bajaron de las furgonetas y dispararon balas de foam.
En la ciudad natal del rapero, Lleida, los manifestantes quemaron contenedores en las inmediaciones y ante la cárcel de Ponent en Lleida, en la que se encuentra el cantante, además de destrozar mobiliario en el centro de la ciudad. Algo que también sucedió en Gerona.
En Granada y Vigo también se registraron también incidentes, aunque menores, con quema de contenedores y ataques a coches de la Policía Local.
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