La renovación del Partido Popular en las cincuenta provincias de España ha elevado la tensión entre la dirección nacional del partido y los barones autonómicos, que pelean a conciencia por mantener a los suyos en sus respectivas provincias para que cuando se celebren los congresos autonómicos nadie les mueva la silla.
La dirección nacional, con Teodoro García Egea a la cabeza, se ha lanzado a hacer una renovación integral, "de arriba abajo", para "reconectar" las organizaciones regionales con la dirección nacional.
Con estos cambios orientados desde Madrid, el mensaje que llega a las autonomías es que Génova quiere "intervenirles" para "restar poder" a los presidentes autonómicos, sobre todo a aquellos que gobiernan.
La dirección nacional, sin embargo, ha dejado pasar dos años desde que Pablo Casado ganó la Presidencia para "poner el partido a punto" y acometer unos cambios que consideran "imprescindibles".
El objetivo final que persigue el núcleo duro de Casado es que haya "unanimidad" interna cuando se tomen decisiones estratégicas a medio y largo plazo sobre decisiones que afecten a todo el Partido Popular.
Andalucía y Castilla y León
Los choques más sonoros se viven en Andalucía y en Castilla y León, donde sus respectivos presidentes, Juanma Moreno y Alfonso Fernández Mañueco, se resisten a que la dirección nacional les "imponga" el nombre de candidatos en algunas provincias y en su entorno advierten de que "si hay que ir a la guerra se irá".
Los dos territorios miran con cierta envidia hacia Galicia, donde Alberto Núñez Feijóo gobierna con mayoría absoluta y es "intocable". "Teodoro no es capaz de mover un peón en el PP gallego", aseguran.
El primer tren ha chocado en Andalucía, un territorio donde este fin de semana se celebran dos congresos provinciales: el de Málaga y el de Granada. El PP andaluz quería retrasar todos los cónclaves por la pandemia, pero Madrid ha impuesto que las renovaciones tenían que celebrarse ya, para tener la puesta a punto hecha antes de verano y, en otoño, comenzar con los congresos autonómicos, "donde se librará la verdadera batalla entre Génova y los presidentes", vaticinan fuentes internas de la formación.
Hasta ahora, con más o menos acuerdo, se han negociado las candidaturas en Granada, con Francisco Rodríguez; en Córdoba, con Adolfo Molina; y en Málaga, con Elías Bendodo.
La negociación ha encallado en Sevilla, hasta tal punto de que ha saltado por los aires. El equipo de Casado ha respaldado expresamente a la actual presidenta, Virginia Pérez, con la oposición nada discreta de la dirección regional andaluza, que propone al actual alcalde de Carmona, Juan Ávila.
Desde Génova niegan cualquier intromisión y subrayan que Málaga, Granada y Córdoba van a celebrar congresos con un único candidato. Reconocen, eso sí, que la pugna existe por controlar el partido en la provincia de Sevilla.
En el PP andaluz no están dispuestos a aceptar que la dirección nacional controle el territorio, cuya situación ha cambiado mucho respecto a los últimos congresos: Moreno gobierna ahora Andalucía, antes no. No obstante, el presidente andaluz muestra públicamente su apoyo y su buena sintonía con el presidente de su partido, Pablo Casado, cada vez que tiene oportunidad.
Según han señalado fuentes del PP andaluz a EL ESPAÑOL, Virginia Pérez, que ya ha presentado más de 3.000 avales, se ha sentido respaldada por Génova y ha iniciado el proceso para convocar el cónclave sin comunicarlo al PP regional, al que "se ha saltado por completo". Ella dijo lo contrario en una junta directiva, según estas mismas fuentes. Tampoco se descarta que al final se llegue a alcanzar algún tipo de pacto.
Tras el polvorín de Sevilla pueden darse dos escenarios. Que se apacigüen las aguas y se negocie con más ahínco para tener una sola convocatoria en las provincias restantes, o que se agiten aún más y haya más de un candidato.
Los estatutos
Otra cuestión son los estatutos del partido y la incompatibilidad existente a la hora de ocupar las presidencias y secretarías generales provinciales con los gobiernos autonómicos. "Estos cargos solo son compatibles con aquellos de representación institucional en corporaciones locales y provinciales, en Parlamentos autonómicos y en el Senado”, recoge un escrito enviado el pasado miércoles firmado por la vicesecretaria de Organización del PP nacional, Ana Beltrán.
Es el caso de Elías Bendodo, que es el consejero de la Presidencia en la Junta de Andalucía. No obstante, para Génova su situación será una excepción y podrá seguir compaginando ambas responsabilidades, pero este escrito supone una advertencia para el malagueño, según publica el diario Málaga Hoy.
En esta misma situación se encontraría la actual presidenta del PP de Cádiz, Ana Mestre. Mestre es delegada del Gobierno andaluz en la provincia y, salvo una nueva autorización de Génova, no podría seguir en el cargo orgánico. En su momento sonó con fuerza el nombre del exalcalde de Vejer y actual diputado en el Congreso para presentar su candidatura, pero él mismo lo desmintió hace unos días en su cuenta de Twitter.
Jaén, Huelva y Almería tampoco son plazas seguras. En el PP jiennense su presidente actual, Juan Diego Requena, se encuentra también en una situación de incompatibilidad al ser diputado nacional. En Huelva puede ser que solo haya un candidato, el actual presidente Manuel Andrés González, a falta de un referente afín a Casado.
Por último, en Almería el presidente provincial, Gabriel Amat, manifestó hace unas semanas que se sentía con "ganas y con fuerzas" para optar de nuevo a la reelección. Ostenta el cargo desde 2004 y lo renovó en 2017 por última vez con un extenso apoyo de la formación. No obstante, es la primera vez que señala que esta decisión aún no está tomada en firme.