El pasado 14 de abril, Pedro Sánchez rechazaba de forma contundente la posible liberalización de las patentes de vacunas y medicamentos contra la Covid-19. Un "no" que esta misma semana ha dejado de serlo.
"Tenemos que considerar todas las opciones para el acceso universal a la vacuna": así explicaban fuentes socialistas este mismo jueves las palabras del presidente del Gobierno el miércoles, en la Cumbre Iberoamericana, en las que se alineaba con la postura de su socio de Gobierno, Unidas Podemos.
El viraje de 180º del presidente, que se explica por las concusiones de la propia cumbre, las presiones de su socio de coalición y demás apoyos parlamentarios, y que se ha reflejado en una reunión informal de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
En esa cita también se han suavizado los discursos de algunos países sobre este asunto. Sánchez ha empezado a defender la posible expropiación de patentes afirmando que "los derechos de propiedad intelectual" no pueden "poner freno" a la lucha contra la Covid-19.
La propia OMC ha ido variando de posición, acercándose a los planteamientos de la líder de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, que ha influido en el presidente, Joe Biden.
De licencias a patentes
El eurodiputado socialista Nicolás González explica, en contacto con EL ESPAÑOL, que "los acuerdos de colaboración entre laboratorios" servirían para acelerar la producción mundial de vacunas. "Pero aportan poca expansión geográfica", es decir, menos cobertura planetaria que la liberalización de las patentes, "aunque este proceso es mucho más lento".
Entre otras cosas, hay que negociar "un precio justo", patente por patente, con cada uno de los titulares de la propiedad intelectual. Es decir, que cada opción tendría "su escenario" en el tiempo, "y pueden ser complementarias".
Así lo ve el Gobierno español, comprometido el acceso universal a la vacuna, en el que las donaciones también desempeñan un papel importante, "aunque como solución de emergencia". Porque las dosis que entregará nuestro país unilateralmente son muchas... pero casi testimoniales, dada la magnitud del desafío.
Sánchez prometió en la Cumbre Iberoamericana que España entregará entre el 5% y el 10% de las vacunas que compre -es decir, unas 7,5 millones de dosis- a los países más necesitados de la región "cuando hayamos cruzado el umbral del 50% de la población vacunada" en nuestro territorio. Es decir, no antes del 15 de julio, si se cumple su calendario de vacunación.
Quién paga
Pero aún quedaría el problema de quién paga la fiesta. Es decir, quién indemniza al dueño de cada patente y quién paga la producción y distribución de cada vacuna en esos países "de medios y bajos ingresos". En ese sentido, el europarlamentario plantea que "si se hace pagar a los destinatarios, al final sería lo mismo... no podrían abordarlo", explica, "así que alguien se habrá de hacer cargo".
El presidente español apuesta por que sea en el seno de la OMC donde se impulse la apertura de las patentes. Pero en este foro multilateral, España está representada bajo el paraguas de la Unión Europea, que hasta ahora tampoco ha apostado por esta vía.
Aparte de la iniciativa Covax que pretende movilizar cientos de millones de dosis en 2021, ya existe una entidad público-privada a nivel global que está impulsando la investigación y la producción de compuestos para la vacunación en todos los rincones del globo.
La Coalición para las Innovaciones en la Prevención de Pandemias (CEPI, por sus siglas en inglés) reúne a la Fundación Bill y Melinda Gates con más de una decena de países y entidades -entre ellas, la UE-.
La CEPI, nacida tras la epidemia de ébola en al África Occidental, ya anticipó en 2020 cientos de millones de dólares a la industria farmacéutica. "Y en los contratos se incluyeron salvaguardas", apunta González, para obligar a los laboratorios a facilitar la vacuna a quien la necesite, cuando la necesite y al precio que pueda pagar.
"Ésta será la solución final", explica el eurodiputado. "Se puso mucho dinero público para ayudar a investigar, para financiar la producción antes siquiera de que hubiese seguridad de que funcionarían los trabajos... ahora toca el esfuerzo de vuelta".
Liderar distinto
El discurso de Sánchez choca directamente con sus palabras hace apenas unas semanas cuando hablaba de que una posible liberalización "desincentivaba la investigación". En unas declaraciones en el Congreso de los Diputados, el presidente aseguraba que esta iniciativa podía poner "trabas" a la campaña de vacunación "que se está llevando a cabo a nivel mundial".
Ahora, el presidente pretende liderar el debate en foros internacionales y habla de "accesibilidad equitativa y universal a la vacuna". Un mensaje muy similar al de Unidas Podemos y que se ha manifestado, incluso, en el seno Congreso de los Diputados en forma de propuesta.
Fue durante el debate de una moción consecuencia de interpelación urgente de Foro Asturias cuando ambos socios de Gobierno se enfrentaron por este aspecto. Rosa Mendel, portavoz sanitaria de los morados, denunciaba que la industria farmacéutica había "secuestrado" el pensamiento científico, y por eso se debían liberar las patentes.
A su parecer, la falta de dosis no se solucionaba creando la comisión que solicitaban desde Foro Asturias, sino "librando patentes". Posición a la que se unían la mayoría de los socios de investidura de Pedro Sánchez.
Lo que propone Podemos es, a fin de cuentas, usar los mecanismos "extraoficiales" y liberar patentes por la situación de emergencia que ocasiona la pandemia, no como norma. Una posición que defienden desde Más País en cuyo programa electoral elevaba esta iniciativa hasta, incluso, la creación de una industria farmacéutica propia del Estado.
El partido de Errejón ha presentado hace unas semanas una Proposición No de Ley (PNL) junto a Equo para transformar "la política de comercialización de las patentes relacionadas con la lucha contra la Covid-19". En su texto, instan al Gobierno a levantar temporalmente los derechos de propiedad intelectual y que este tipo de patentes sean tratados como "bienes públicos con licencias no exclusivas".
Dos ministras
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, también ha tratado el tema en más de una ocasión y siempre se ha mostrado contraria a reformar el sistema de patentes. A preguntas de la diputada Rosa Mendel durante el transcurso de una Comisión de Sanidad, la titular afirmó que "España no es partidaria de reformar el sistema de patentes".
De hecho, Darias descartaba esta opción y apostaba al 100% por el ACT Acelerador. "El Gobierno cree que este es el camino y que el ACT Acelerador, que estamos apoyando, es un objetivo necesario y loable para ese acceso equitativo".
Pero este cambio de vertiente no gusta nada a partidos como el PP, Ciudadanos o Vox que han liderado la voz en contra a la liberación de patentes en el Congreso de los Diputados. También lo han hecho, junto con la gran mayoría de los parlamentarios europeos desde Bruselas.
La propia portavoz de PP en el Parlamento Europeo, Dolors Montserrat, criticaba esta técnica asegurando que es de "interés estratégico" tener una industria farmacéutica europea competitiva para mejorar las necesidades de los pacientes. "Por ello se necesita un sistema global de propiedad intelectual claro y eficiente para continuar avanzado en la mejor investigación y acceso equitativo a tratamientos".
La exministra de Sanidad afirma en declaraciones a EL ESPAÑOL que "ahora" la prioridad de la Unión Europea y de los estados miembros debe ser "garantizar el cumplimiento de los contratos con las empresas suministradoras y acelerar la vacunación en Europa", con el objetivo de lograr la inmunización de la mayor parte de la población.
Con todo ello, Montserrat también apuesta por "mantener" la solidaridad de la UE con otros países en la entrega de vacunas, "porque este es un desafío global".
Sin consenso en la OMC
En la reunión informal de la Organización Mundial del Comercio de este jueves, la falta de consenso entre los países continúa siendo protagonista, según fuentes consultadas por EL ESPAÑOL. Sin embargo, sí que se ha habido cambios en los discursos de los países que, hasta ahora, se habían negado en rotundo a liberar las patentes de las vacunas contra la Covid, tal y como adelantó Invertia.
Es el caso de Estados Unidos y Australia. Se han mostrado abiertos a seguir debatiendo sobre la propuesta que hicieron hace ya seis meses Sudáfrica e India. El objetivo es encontrar fórmulas para facilitar la transferencia de conocimientos e incrementar la capacidad de fabricación.
En cambio, aunque la Unión Europea, Reino Unido y Suiza también mostraron su disposición a seguir debatiendo, reiteraron que alterar los derechos de propiedad intelectual está prohibido y, además, representan una contribución importante a la expansión de la producción de vacunas contra la Covid-19.
Esta reunión, que será la antesala del encuentro formal que se celebrará el próximo 30 de abril, ha supuesto un paso adelante en el proceso. Sin embargo, el presidente del Consejo del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC), Dagfinn Sørli, ha insistido en la importancia de llegar "cuanto antes" a un consenso por ser una "cuestión de urgencia".