Los partidos de izquierda arrancaban este lunes la última semana de campaña electoral en Madrid alertando de la "amenaza fascista" que a su juicio se cierne sobre España tras desvelarse que la ministra de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto, había recibido otra carta amenazante similar a las que la semana pasada eran enviadas a Pablo Iglesias, Fernando Grande-Marlaska y la directora de la Guardia Civil, María Gámez.
Un relato que no cambiaba ni un ápice después de que la Policía Nacional identificase a un esquizofrénico, vecino de El Escorial, como el autor de la misiva, fechada antes de las remitidas al líder de Unidas Podemos y al ministro del Interior y con una navaja y sangre en su interior. Maroto ha sido seleccionada por Ángel Gabilondo como su vicepresidenta económica si la izquierda suma para llegar al Gobierno de la Puerta del Sol.
El propio Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mostraba en Twitter su condena asegurando textualmente que "no vamos a dejar que el odio se apodere de la convivencia en España", antes de conocerse que era un trastornado el presunto autor de la amenaza, como también hacía la candidata de Más Madrid, Mónica García, vinculando a Isabel Díaz Ayuso con las amenazas. La portavoz parlamentaria del PSOE, Adriana Lastra, por su parte, aseguraba en un mitin: "Desde aquí, al fascismo: No vais a pasar. Se acabó. Esto sí que va de democracia".
Después de conocerse este hecho Iglesias mantenía la misma línea discursiva en un mitin en el barrio de Tetuán y Gabilondo hacía lo propio en Fuenlabrada, donde pedía "no banalizar el discurso de la ultraderecha" y no justificar amenazas por el hecho de que "una persona no se encuentre bien" cuando se dejan llevar por "discurso del odio". Ambos se aferraban al relato de esa amenaza extremista pese al trastorno de la persona identificada.
En el mismo acto del PSOE, la propia Reyes Maroto decía haber vivido "un día muy duro" cuando llegó la carta, que a su juicio pone de manifiesto "que el odio de esa ultraderecha y del fascismo, todos los días, como un altavoz que resuena pues acaba, en este caso, en una persona vulnerable haciéndose eco y mandando una carta deseando mi muerte. Contra ese fascismo, contra esa intolerancia, los socialistas decimos basta" concluía recibiendo una ovación de sus simpatizantes.
Iglesias: "Cuando los nazis vinieron..."
En la misma línea, Pablo Iglesias comenzaba su mitin recitando el célebre poema atribuido a Bertolt Bretch aunque en realidad obra de un pastor luterano alemán, como recordaba el propio candidato de Unidas Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid, en el que se hablaba de "cuando los nazis vinieron a llevarse a los socialistas, guardé silencio, ya que no era comunista...".
Iglesias se dirigía a los presentes para decirles: "Imaginaos lo que se ha tenido que decir en este país para que a algunos nos lleguen amenazas de muerte".
Dentro de ese hilo argumental, Iglesias señalaba a la diputada y ex portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, y al eurodiputado de Vox, Hermann Tertsch, como responsables de ese clima por haber llamado "terrorista" a su padre. El secretario general de Podemos recordaba que su progenitor fue "detenido en 1973 por repartir pasquines", omitiendo su pertenencia al Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP), un grupo terrorista que operaba en los últimos años de la dictadura franquista.
Además, aseveraba que "el bulo repetido sobre las residencias [de ancianos] es lo que está detrás de la amenaza de muerte que yo recibo con cuatro balas. Ese bulo lo ha difundido hasta la saciedad Ana Rosa Quintana, y hemos pedido en un burofax a Telecinco que rectifiquen, y que sino iremos a los tribunales" aseguraba sobre la presentadora y la cadena de Mediaset.
La intervención de Iglesias no estaba exenta de críticas veladas al PSOE y a Más Madrid, tanto por no haberse levantado al mismo tiempo del debate electoral del pasado viernes en la Cadena SER, cuando la candidata de Vox, Rocío Monasterio, restó credibilidad a las cartas amenazantes, como por no haberse sumado a la denuncia de la "amenaza fascista" al principio de la campaña, un dardo, este último, singularmente dirigido a Gabilondo.
"Se reían de nosotros por señalar el problema del fascismo, y ahora no solamente el resto de formaciones progresistas reconocen que la pregunta política de estas elecciones se produce en los términos que nosotros planteamos, incluso muchos profesionales de los medios de comunicación se están dando cuenta de que no se puede tolerar la mentira" afirmaba Iglesias.
El ex vicepresidente segundo del Gobierno señalaba también a "reputados periodistas de la Cadena SER" que, a su juicio, entendieron gracias a él que "los fascistas no pueden tener un tratamiento normal en condiciones democráticas", afirmaba en referencia al hecho de incluir a Vox en un debate electoral.
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