El PSOE apura los últimos instantes de la campaña electoral en la Comunidad de Madrid tratando de ahuyentar el peligro de un sorpasso de Más Madrid, la formación liderada por Mónica García, una posibilidad que toma cuerpo con los últimos sondeos.
Los socialistas siguen por delante pero cayendo en intención de voto, mientras que el partido liderado por Íñigo Errejón continúa en ascenso y se sitúa incluso a apenas dos puntos porcentuales de los socialistas madrileños, quienes ganaron las autonómicas de 2019, si bien no pudieron gobernar.
En el antepenúltimo día de campaña, Ángel Gabilondo era arropado en Alcorcón, una de las importantes ciudades del sur de la región con alcaldía socialista, por dos ministros del Gobierno de Pedro Sánchez y la número dos del partido, Adriana Lastra, también portavoz parlamentaria.
El titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska y la responsable de la cartera de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, quien sería vicepresidenta económica de un gobierno de la izquierda en Madrid, según el compromiso del candidato, pedían el voto contra Ayuso y Vox e ignoraban en sus discursos al resto de formaciones de la izquierda, que también estará en la Asamblea de Madrid, si los sondeos no fallan, con Unidas Podemos.
En la misma línea, Lastra lanzaba toda una diseñada retahíla de argumentos para movilizar al votante que, en la recta final, pueda estar indeciso entre Gabilondo o Mónica García, quien desde el debate de candidatos ha ido aumentando en conocimiento por parte de los votantes, pese a serlo mucho menos de partida que sus dos rivales en la izquierda, Pablo Iglesias y el propio Gabilondo.
"Votar en defensa de lo justo"
Así, la portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados decía que "Madrid no puede convertirse en la primera capital de Europa gobernada por la extrema derecha" y por eso pedía el voto a "todos los que se oponen al odio"; a "todos los que defienden la libertad"; "a los trabajadores hartos de trabajar más por menos"; "a los jóvenes cansados de esperar un futuro mejor"; "a los que no quieren mantener con su sudor la corrupción de esta derecha"; "a quienes se niegan a volver a ocultar su amor" concluía su enumeración, en clara referencia a la comunidad LGTBI.
Lastra, en síntesis, pedía a los madrileños "que vayan a votar en defensa de todo lo que es libre y justo, que vayan a votar en nombre de sus derechos, Que voten a un presidente limpio y honesto, como es Ángel Gabilondo".
Igualmente, Lastra decía que Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado "no han inventado nada" y que ambos representan la peor herencia del PP de Madrid, a su juicio el representante del "neoliberalismo más extremo".
La número dos del PSOE concluía, uniendo en una misma frase el lema de los populares y a Vox, que "por más que se empeñen, no pueden convencernos de que la libertad de los madrileños es pactar con el neofranquismo, gobernar con ellos y aplicar sus políticas".
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