La gran ganadora del 4-M convocó el pasado 10 de marzo unas elecciones que le sirvieron para evitar una moción de censura. Y, a la larga, para gobernar en solitario con una mayoría que supera a las tres izquierdas. Para ella, es sólo el principio, por lo que ha reivindicado su triunfo como una "moción de censura al sanchismo". "El sanchismo no entra en Madrid", ha aseverado. Tras estos comicios, le bastaría con la abstención de Vox para gobernar.