Si la moción de censura en Murcia provocó el pasado diez de marzo un terremoto en la política nacional, con la convocatoria de elecciones en Madrid y la salida, días después, de Pablo Iglesias del Gobierno, la victoria arrolladora de Isabel Díaz Ayuso el pasado martes ha agitado las aguas del PSOE.
Apenas cuarenta y ocho horas después de la deblacle de los socialistas, que se ven superados en la Comunidad de Madrid por Más Madrid, las dos principales figuras del socialismo madrileño en los últimos años desaparecían de escena, mientras que se daba inicio a la que se prevé sea una de las guerras más fratricidas en el partido, la de las primarias para elegir candidato a las autonómicas andaluzas, donde Susana Díaz se enfrentará al alcalde de Sevilla, Juan Espadas, el preferido del aparato.
El líder del Partido Socialista de Madrid (PSM) José Manuel Franco, también delegado del Gobierno en Madrid, dimitía de su cargo a primera hora de la tarde, tras no haberlo hecho al día siguiente de las elecciones, y la formación, que a final de año renovará su liderazgo en un congreso regional, pasará a estar regida por una Gestora.
A última hora de la tarde, tras conocerse el percance de salud del que se recupera, se confirmaba también que Ángel Gabilondo no recogerá su acta de diputado, poniendo así fin a una etapa de seis años, desde que Sánchez le eligiera como candidato tras fulminar al entonces líder del PSM, Tomás Gómez.
Una etapa "al servicio del partido" como destacaba elogiosamente el secretario de organización, José Luis Ábalos, en una rueda de prensa a última hora tras la reunión de la Ejecutiva en Ferraz, presidida por Pedro Sánchez, que analizaba el escenario creado tras el batacazo del 4-M.
"Franco, un ejemplo"
Ábalos destacaba que Gabilondo había llegado a ganar las autonómicas madrileñas en 2019 pero que "no le dejaron gobernar", algo de lo que responsabilizaba a Ciudadanos, que a su juicio debería haberle apoyado en lugar de pactar un gobierno de coalición con el PP. El ministro de Transportes y número tres del PSOE elogiaba también la renuncia del "compañero Franco" y la ponía como ejemplo de conduta interna.
No hacía falta echar a volar mucho la imaginación para darse cuenta de que podía estar pensando en Susana Díaz, quien horas antes había confirmado que concurría a las primarias andaluzas para ser candidata (una figura distinta a la de secretaria general autonómica, puesto que ostenta) en una rueda de prensa donde lanzaba dardos nada velados a Sánchez y al propio Ábalos.
Se quejaba la ex presidenta andaluza de haberse "enterado por la prensa" de la convocatoria de las primarias, pese a haber tenido el mismo miércoles una conversación telefónica con Ábalos, informa Inma León.
Preguntado por este extremo, Ábalos, visiblemente molesto, llegaba a decir que es "de chisme" hablar de "conversaciones privadas" que, enfatizaba, "se deberían respetar". Horas antes el alcalde hispalense Juan Espadas también comparecía ante los medios para confirmar que concurrirá a las primarias.
"Pueden contar conmigo" afirmaba, en un claro guiño a la militancia de cara a la cita del próximo 13 de enero. Lo hacía en un acto acompañado de la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, otro peso pesado del socialismo andaluz que estará del lado de Espadas.
La guerra que libraron Sánchez y Díaz hace cuatro años, que se saldó con la victoria del primero en las primarias de 2017, se recrudece ahora aun cuando no tenga tanta envergadura. La elecciones al Parlamento de Andalucía tienen que celebrarse en principio el año que viene, pero el propio Ábalos advertía de la posibilidad de que el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, las adelante de manera inminente ya que, afirmaba, "lo hará cuando más le convenga". El PSOE estará entonces preparado, tras haber elegido a su candidato el próximo 13 de junio, en una contienda que tensionará las costuras internas de la formación.