La primera noche sin estado de alarma y toque de queda se convirtió en una multitudinaria celebración para miles de jóvenes, que llenaron las calles y plazas para beber y bailar, cansados de meses de prohibiciones.
En Madrid, Chueca, Malasaña o la Puerta del Sol fueron tomadas por miles de personas sin distancia de seguridad que comenzaron la noche sin acatar el último toque de queda, que regía hasta las 23.00 horas. En Barcelona, la medianoche llegó con petardos y gritos de alegría y dio paso a que zonas como la plaça dels Àngels, el paseo del Born o las playas de la ciudad se llenaran de gente en grupos, algunos de más de seis personas -número máximo establecido- y con pocas mascarillas.