El Ministerio de Sanidad inició hace una semana la tramitación del Real Decreto ley para permitir la venta de test de autodiagnóstico de la Covid-19 -antígenos o anticuerpos- en farmacias y sin necesidad de receta. Una modificación de la actual normativa que exceptúa de prescripción médica este tipo de test de autodiagnóstico. Es decir, cualquier persona podrá ir a una farmacia para comprar una prueba y, en su propia casa, saber si está contagiada o no de Covid-19.
La iniciativa está en la línea de muchos proyectos europeos y, según el Ministerio de Sanidad, "permitirá a la población general la realización de las pruebas sin la intervención de un profesional sanitario".
La medida busca "reducir" la presión asistencial de los centros y "permitir la identificación rápida de sospechas de casos positivos". Sin embargo, los profesionales del sector le ven un 'pero': los contagiados no se van a registrar en ningún sistema de control de casos.
Si el usuario compra un test de este tipo -asevera Sanidad- está en su responsabilidad individual notificar su positivo a la autoridad competente. Si no lo hace, puede convertirse no sólo en un caso no diagnosticado por el sistema, sino en un posible agente contagiador que, para más inri, sería consciente de su condición.
Los profesionales se han postulado y creen que el proyecto de Sanidad es necesario, pero que la forma de elaborarlo deja en manos del paciente la responsabilidad de notificar un positivo, como pasa con los test de embarazo. Una opción que al sector de la Enfermería le parece "irresponsable".
Enfermería
Desde el Sindicato de Enfermería, Satse, rechazan la intención del Gobierno de posibilitar la venta sin receta de test de autodiagnóstico de Covid-19. Consideran que la Administración está eludiendo su responsabilidad, "que es posibilitar que siempre que sea necesario se hagan este tipo de pruebas asistenciales en los centros sanitarios".
"Cualquier ciudadano, como es lógico, no tiene los conocimientos y medios necesarios para realizar este tipo de pruebas, ni puede cumplir en su propio domicilio con las medidas pertinentes, como son, por ejemplo, una adecuada gestión de los recursos contaminados que genera este tipo de pruebas o el trasladar los resultados de la misma a su historia clínica y, de esta forma, dar conocimiento a la administración sanitaria competente", afirman.
Satse lamenta que el Gobierno se decante por la opción "más fácil y cómoda", responsabilizando a cualquier ciudadano de las consecuencias que puede implicar una mala realización de este tipo de actuaciones asistenciales.
Posición contraria a la de los farmacéuticos que dispensarán estas pruebas. Ellos también apuestan por una gestión de los positivos, pero creen que la venta es una buena noticia.
El presidente en funciones del Consejo General de Farmacéuticos de España, Jesús Aguilar, asegura que es "una buena noticia que se cuente con las 22.102 farmacias para ofrecer la máxima accesibilidad a las pruebas diagnósticas". Algo que desde su organismo llevan meses reclamando.
Aun así, creen que su papel no debe ser sólo la venta sino una colaboración con Salud Pública en la "inmediata transmisión de los resultados de las pruebas rápidas". Su objetivo, dicen, es "aportar la información necesaria para la vigilancia epidemiológica".
Además, Aguilar recuerda que tienen la "experiencia, protocolos y herramientas" para facilitar la notificación de los casos positivos con garantías de seguridad "y confidencialidad".
Una opinión similar a la del secretario general de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM). Gabriel del Pozo prefiere no valorar el texto por estar todavía en fase de borrador, pero asegura que, en otro tipo de test similares "como la diabetes", es el paciente el que acude a su centro.
"La persona que se lo realice debería acudir después a su centro sanitario basándose en sus síntomas para confirmar o descartar el resultado que proporciona el test, que en ningún caso puede considerarse una prueba diagnóstica o un método de cribado poblacional", explica, dejando en manos del paciente la responsabilidad social de notificar su estado de salud.
Países europeos
El proyecto de España no es nuevo y, de hecho, se ha puesto en marcha en Alemania, Francia, Austria, Holanda y Portugal. Todos esos países ya venden estos test sin necesidad de receta y es algo que, según los expertos, se adecua al mercado único.
Y es que una vez estas pruebas obtienen el sello de seguridad de la CE, pueden ser vendidos en el sistema de mercado en el que está España. La medida de Sanidad es, a fin de cuentas, adaptarse a la situación.
Tal y como está ahora mismo redactado el real decreto, no se incluyen los aspectos relativos al control de salud pública de los resultados de los test de diagnóstico in vitro en general, por lo que tampoco la notificación de resultados de las pruebas de Covid-19.
Hay que recordar que, en estos momentos, en España estos test ya se pueden vender en algunas regiones, pero con la previa indicación de la autoridad sanitaria correspondiente. El cambio que entraría es que no se precisaría de esa autorización y cualquier ciudadano podría comprar uno para hacérselo en su domicilio.
Por ejemplo, desde el mes de febrero, la Comunidad de Madrid está realizando test de antígenos en farmacias y clínicas dentales. En concreto, el Servicio Madrileño de Salud envía un SMS a todos aquellos ciudadanos asintomáticos que residan en zonas con alta incidencia para poderse realizar esta prueba de forma gratuita.
Madrid
El Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso solicitó al Ministerio de Sanidad que autorizara a las farmacias realizar test de antígenos para aumentar la capacidad diagnóstica, y con la idea de incluir a las farmacias en la estrategia de detección precoz mediante test de antigénicos en cribados poblacionales. Pero el Ministerio, finalmente, solo autorizó la segunda opción: pruebas rápidas en zonas con alta transmisión.
Es decir, la medida que solicitaba Díaz Ayuso ahora sí se ve necesaria a ojos de Sanidad y reconocen que la crisis sanitaria de la Covid-19 "hace necesario aumentar la capacidad diagnóstica del Sistema Nacional de Salud".
Por ello, tras aprobarse la norma, las pruebas de autodiagnóstico de la Covid-19 se unirán a otros test que tampoco necesitan receta, como los del embarazo y de la fertilidad, así como los destinados a la determinación de la glucemia o la detección del VIH. Al igual que estos productos, los test para detectar la Covid-19 tendrán permitido realizar publicidad.