Ceuta

Ceuta está recibiendo nuevas entradas de inmigrantes marroquíes, en su mayoría menores, horas después de que el país vecino cerrase las fronteras e interrumpiera el paso de personas.

A la costa de la ciudad autónoma están llegando jóvenes, de entre 10 y 15 años, que preguntan desde el agua a los militares españoles si les van a devolver a Marruecos y les piden que no lo hagan: "¡No Marruecos!", gritaba uno a un soldado.

Los chavales salen tiritando del agua por el largo tiempo que tardan en cruzar de un lado al otro del espigón que separa los dos países, y por el tiempo que permanecen en las rocas frente a la playa esperando, en vano, a que los militares y guardias civiles se vayan para poder entrar en España.

Inmigrantes entrando en Ceuta Rafa Martí

Los soldados, coordinados con lanchas hinchables de la Guardia Civil desde el mar, llevan a los chicos a la zona neutra entre ambos países donde, de inmediato, se les practican pruebas de verificación de edad para comprobar si, en efecto, son menores. En tal caso, se quedan al amparo de las autoridades españolas mientras que, en el contrario, son devueltos a Marruecos.

Muchos de los militares destacados en El Tarajal se dirigen a los chicos en árabe desde la arena, pidiéndoles que salgan del agua. Por mar, los guardias civiles les obligan a saltar de las rocas desde las lanchas e incluso nadando.

La mayoría de veces, cuando los menores salen del agua, los militares les han acompañado cogidos de la mano. Los menores han roto a llorar en múltiples ocasiones, mientras que los soldados han tratado de animarles o de explicarles que solo cumplen "órdenes".

Uno de los chicos ha aprovechado un despiste de los soldados para salir corriendo hacia la carretera de bordea el malecón, tratando de cruzar un puente hacia la barriada de El Príncipe, donde decenas de marroquíes ya asentados en España observan en un punto elevado los acontecimientos desde el pasado lunes. Desde ahí animan a los menores a cruzar. Algunos también proferían insultos a los soldados, a quienes llamaban "farsantes" o "racistas". El chico que ha tratado de escapar ha sido finalmente aprehendido después de que tres soldados lo persiguieran.

Un adolescente llora después de que un soldado español lo recogiera en la playa en la tarde de este miércoles. RM

Durante la mañana de este miércoles, las autoridades marroquíes cerraron los accesos hacia Ceuta para poner fin a las avalanchas masivas de inmigrantes que se han producido en los últimos días.

Según los datos oficiales, desde el lunes han entrado en la ciudad autónoma más de 8.000 personas, de los que 5.600 ya han sido devueltas a Marruecos, según datos de la Delegación del Gobierno de España. Cientos lo han hecho de forma voluntaria después de pasar días a la intemperie en las calles de la Ceuta, sin comida, entre otras dificultades.

Por su parte, el Gobierno marroquí guarda silencio sobre los hechos ocurridos, como hizo durante los dos pasados días, y no ha efectuado la menor alusión a lo sucedido.

Policía marroquí

De hecho, la intervención policial marroquí había sido determinante para rebajar los flujos migratorios en la zona, además de las devoluciones de los inmigrantes desde el puesto fronterizo de El Tarajal o desde el mismo espigón de separación.

Sin embargo, y aunque los grupos de inmigrantes parecían haber perdido la esperanza de poder entrar en el enclave español, a primera hora de esta tarde se han registrado nuevas entradas de inmigrantes a Ceuta. El hecho de que España no devuelva a menores ha motivado un nuevo goteo de llegadas en la tarde de este miércoles.

Hasta ahora, Marruecos, ha aceptado la devolución de 4.800 personas aproximadamente la mitad de las que entraron entre el domingo y el martes. De ellos, hay unos 1.500 menores no acompañados acogidos provisionalmente en Ceuta.

Un militar habla con dos menores después de sacarlos del agua en la playa de El Tarajal. RM

Incidentes y peleas

El teléfono único de emergencias 112 de Ceuta ha atendido desde la mañana del lunes y durante las últimas 48 horas un total de 1.716 llamadas que han derivado en la resolución de 416 incidencias, en su mayoría motivadas "por peleas, asentamientos ilegales, molestias a viandantes e intentos de robo y allanamiento de viviendas y locales", ninguna con consecuencias graves, según ha informado el Gobierno de la Ciudad en un comunicado a los medios.

El mayor volumen de trabajo se concentró durante la madrugada del martes, cuando se gestionaron 599 llamadas y 133 incidencias solamente entre las 22,00 y las 2,00 horas, cuando existía un mayor número de migrantes vagando por la ciudad. En comparación, entre las 22,00 y las 7,00 horas de este miércoles se han atendido 200 alertas que dieron pie a 50 incidencias.

La mayoría de llamadas se ha recibido desde barriadas como Hadu, Juan Carlos I, Benítez, San Amaro o el entorno de la antigua prisión de Los Rosales, aunque en la zona centro también se alertó de la existencia de reyertas entre los propios indocumentados, en algún caso con heridas de arma blanca que no revistieron mayor gravedad.

La Policía Local ha atendido requerimientos por intentos de robo en locales comerciales de la zona de Juan XXIII, a aproximadamente un kilómetro de la frontera, y desde el Centro de Realojo Temporal 'La Esperanza' y Los Rosales se ha dado cuenta de apedreamientos. El vecindario de otros barrios ha alertado de la realización de hogueras en la vía pública y de la existencia de "asentamientos ilegales". En la avenida Madrid se ha avisado de tentativas de allanamiento de moradas que tampoco se consumaron.

En el Hospital Universitario de se han practicado 172 asistencias, 141 durante la jornada de este martes y 31 a lo largo de la mañana de este miércoles. En Atención Primaria se ha asistido a 27 personas, siete en el Servicio de Urgencias y veinte por el 061. Ninguna de ellas ha exigido el ingreso de los pacientes.

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