El Gobierno pretende evitar que el clima de tensión que se ha originado a lo largo de esta semana en Ceuta altere la "convivencia pacífica" en la ciudad autónoma. Agarrándose a este argumento, ha decidido prohibir las concentraciones, lo que afecta directamente al acto que Vox tenía previsto celebrar este lunes "en defensa de las fronteras".
La Delegación del Gobierno en la ciudad ha tomado esta decisión "ante la posibilidad de que las movilizaciones supongan un riesgo para la seguridad ciudadana". En un comunicado, apuesta por aunar esfuerzos para recuperar la normalidad y asegura que "no es momento de tensar más la situación y crispar la pacífica convivencia de los ceutíes".
Desde principios de semana han llegado a la ciudad autónoma más de 8.000 marroquíes, según las últimas cifras aportadas por el Ministerio de Interior, aunque la mayor parte de ellos -unos 7.500- ya la han abandonado, bien por su propia voluntad o tras ser expulsadas por el Ejecutivo español.
Con todo, la formación de Santiago Abascal ha encontrado un filón en esta crisis y ha vuelto a desplegar un discurso bélico y antiinmigración. El líder de Vox cargó desde el primer momento contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que considera el principal culpable de la situación, y negó que se tratara de una crisis migratoria.
"Es una auténtica invasión del territorio nacional del país vecino. Muchos de los que llegan son varones en edad militar y vemos cómo Marruecos está lanzando también a menores, a niños y mujeres, utilizados como arietes humanos", dijo el pasado miércoles.
Bajo este discurso, el dirigente de ultraderecha tenía previsto volver este lunes a Ceuta para encabezar un acto "en defensa de nuestra fronteras" en la Plaza de los Reyes, junto al edificio de la Delegación del Gobierno.
Este anuncio desencadenó desde el primero momento otras convocatorias paralelas en redes sociales, algunas de ellas de asociaciones musulmanas, con el objetivo de boicotear el acto. A razón de estas previsiones, la Delegación del Gobierno ha decidido cortar por lo sano.
"Dictatorial y arbitrario"
No obstante, el partido ya ha anunciado que recurrirá ante la Justicia la cancelación del acto y que este lunes Abascal "estará con los ceutíes sin pedir permiso ni perdón al Gobierno". "Que pierdan toda esperanza si piensan que van a impedir que Abascal vaya a Ceuta", ha reaccionado la formación de ultraderecha desde sus redes sociales.
"Un gobierno que da derechos a los que asaltan nuestras fronteras y restringe derechos a los españoles que sufren el asalto, un gobierno enemigo de los españoles. Estaremos junto a los ceutíes de una manera o de otra. No nos van a parar", ha escrito en su perfil de Twitter el propio Santiago Abascal.
Antes, presidente de la formación en Ceuta, Juan Sergio Redondo, ya había reaccionado a la medida, tildándola de "dictatorial y arbitraria" y apuntando que "sólo busca silenciar a Vox". El partido, ha dicho, no va a consentir que "Mohamed VI y quienes se arrodillan ante ese sátrapa condicionen el derecho de los ceutíes a manifestarse libremente y a alzar la voz en defensa de la españolidad de Ceuta".
La inmigración es una de las banderas que Vox ha agitado desde su formación, aunque en los últimos meses ha incrementado el tono. De hecho, fue el tema estrella que acuñó el pasado mes de febrero para intentar marcar la agenda durante la campaña catalana, una estrategia que intentó replicar en Madrid.
La crisis de Ceuta le ha dado ahora el marco perfecto. De hecho, Abascal se trasladó el pasado jueves a la ciudad autónoma, donde pidió la construcción de "muro infranqueable" con Marruecos y defendió la militarización de las fronteras españolas. A su llegada, se encontró con un grupo de militares de la Primera Compañía de Regulares, que se cuadraron ante su presencia, se fotografiaron con él y lo despidieron con un grito de “¡viva España!”.
Muy diferente fue el recibimiento que se encontró el martes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuando medio centenar de personas que se concentraron en las inmediaciones del helipuerto donde aterrizó, comenzaron a lanzar objetos y patadas al coche oficial al grito de "hijo de puta".
No ha sido el único movimiento de Vox estos días. El jueves, después de que Gobierno andaluz confirmara la acogida de 13 menores migrantes procedentes de Ceuta, rompió con el Ejecutivo liderado por el popular Juanma Moreno y anunció que no apoyará ninguna iniciativa o proyecto que no lleve su firma o que no esté vinculado con los acuerdos de investidura o presupuestarios.