El verdadero objetivo de Marruecos en esta crisis diplomática es arrancar una postura clara al Gobierno español sobre la soberanía del Sáhara Occidental, aseguran a EL ESPAÑOL fuentes de Rabat. Dentro de esa estrategia, la acogida del secretario general del Frente Polisario, Brahim Ghali, en el hospital San Pedro de Logroño para recibir tratamiento médico, es solo uno más de los agravios que Rabat reprocha al Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Mientras, este lunes ambos se han cruzado acusaciones de romper la confianza y el respeto mutuo. Marruecos justificaba en un comunicado de su Ministerio de Exteriores la crisis señalando la indefinición de España en relación al Sahara, explicación que ha sido calificada de "inadmisible" por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Representantes del Gobierno y la diplomacia marroquí vienen lanzando en los últimos días mensajes de ultimátum dirigidos a la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, y al propio presidente Sánchez, amenazando con que las relaciones diplomáticas penden de un hilo.
Coincidiendo con la declaración del líder del Polisario ante el juez de la Audiencia Nacional este martes, sectores del Gobierno magrebí están tensando la cuerda y hablan ya de romper directamente las relaciones, aunque pretenden que no afecten a los acuerdos comerciales.
Rabat tiene hoy la mirada puesta en la declaración por videoconferencia de Ghali ante el juez Santiago Pedraz. En Madrid está el abogado del líder saharaui, Manuel Ollé, mientras el denunciado permanece en su habitación del hospital.
Tiene que responder por casos: por la querella del activista Fadel Breica por “presunta comisión de delitos de detención ilegal, torturas y lesa humanidad”, y por la querella de la Asociación Saharaui de Derechos Humanos (ASADEDH), “por crímenes cometidos contra disidentes y militantes saharauis, en su mayoría nacidos en la colonia española, que tenían diferentes visiones políticas a las de la clase dirigente del Polisario”.
Esta asociación, formada por antiguos miembros del Frente Polisario, disidentes, que actualmente viven en España y Marruecos, presentó una querella en 2012 en la Audiencia Nacional por “genocidio, en concurso con delitos de asesinato, lesiones, detención ilegal, terrorismo, torturas y desapariciones”.
Sin embargo, la causa se archivó en dos ocasiones ante las dificultades para obtener datos de filiación y para identificar a las personas querelladas. Pero ASADEDH solicitó su reapertura de nuevo el 23 de abril al poner de manifiesto que uno de los querellados -son 28 personas denunciadas-, concretamente Brahim Ghali, se encontraba en España, “en un hospital de Logroño bajo la identidad falsa de Mohamed Bembatouche”, según aparece en el auto.
“Entrada ilegal”
A las acusaciones anteriores, añaden la posible comisión de los “delitos de entrada ilegal, identidad falsa y falsedad documental”. Sin embargo, el Ministerio de Exteriores español ya aclaró que la entrada de Ghali al territorio nacional se produjo con pasaporte diplomático argelino y que, simplemente, se inscribió con el nombre de Mohamed Bembatouche en el hospital para preservar su privacidad.
Por su parte, la querella de Breica se depósito en la Audiencia Nacional en agosto de 2020, y en septiembre se dictó un auto inadmitiéndola y acordando el archivo por falta de datos sobre los denunciados. Sin embargo, se alude a que tienen nacionalidad y residencia en España.
En diciembre se desestimó de nuevo el recurso “tras investigación policial del paradero y nacionalidad de los querellados, con resultado negativo”. Ahora, con Ghali en España, se reabre.
Desde la llegada de Ghali a España, en Rabat se inició un juicio paralelo en las esferas política, mediática y civil marroquíes que califican al acusado de “verdugo” o “criminal”. Después de mes y medio, Ghali sigue en el hospital. Actualmente reside en planta y está en una habitación sin balcón por protocolo de seguridad, y con ayuda para comer a través de una goma gástrica.
“Su estado es débil. Hay mucha seguridad en la planta, le han cambiado un par de veces de habitación. También baja acompañado de la Policía Judicial a las pruebas que le realizan”, detallan a EL ESPAÑOL en el centro sanitario.
Desde el Frente Polisario aseguran que a Marruecos “le ha cogido por sorpresa el hecho de que Ghali no se opusiera a colaborar con la Justicia española”, y que “no les interesa que se cierre este proceso”. En todo caso, el Frente Polisario se mantiene cauto respecto a la comparecencia, sin hacer declaraciones oficiales “para no entorpecer las labores de la Justicia”.
Sánchez lo ve "inadmisible"
Para Sánchez, el que Marruecos diga "que se atacan las fronteras, que se abren para que entren 10.000 personas en un país vecino por desavenencias y discrepancias en política exterior" es "absolutamente inadmisible".
Junto a su homólogo polaco, Mateusz Morawiecki, en una conferencia de prensa, Sánchez ha contestado así al Ministerio de Exteriores de Marruecos, que este lunes manifestó en un comunicado que la crisis bilateral no se debe al hecho de que el líder del Frente Polisario, Brahim Gali, esté ingresado en un hospital español, sino a la posición de España sobre el Sáhara.
"La crisis no se reduce a un hombre: no comienza con su llegada, ni terminará con su partida. Se trata, ante todo, de una cuestión de confianza y de respeto mutuo rotos” entre ambos países, ha advertido Marruecos, que espera “una aclaración, sin ambigüedades, por parte de España, de sus elecciones, sus decisiones y sus posiciones" sobre la cuestión del Sáhara.
En respuesta, Sánchez ha expresado su perplejidad y rechazo: “Si lo que se está diciendo es que Marruecos ha utilizado la inmigración, el asalto de las fronteras españolas por más de 10.000 marroquíes en 48 horas, a mí me parece absolutamente inaceptable y por tanto rechazo esa declaración", ha asegurado.