"La plantilla de Lledoners trabaja con mucha ansiedad, demasiado estrés, desmotivados, con miedo y carencias, sin seguridad". Esta es una de las frases de la carta que acaba de enviar uno de los jefes de servicio de la prisión de Lledoners a la recién nombrada consejera de Justicia de la Generalitat de Cataluña, Lourdes Ciuró (JxCat).
En el escrito, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, el funcionario narra la complicada situación que atraviesan tanto él como buena parte de sus compañeros en el centro penitenciario en el que están presos los principales líderes del procés.
"Desde hace mucho tiempo", explica el autor, "sufro acoso laboral por parte de los miembros del equipo directivo del CP Lledoners. Este acoso lo denuncié a los anteriores responsables de la Consejería en 2019, que no hicieron nada, incluso colaboraron a la hora de acosarme utilizando el servicio de inspección".
Según el jefe de servicio, le hicieron un expediente disciplinario "basado todo él en mentiras", que culminó en una sanción por falta grave que conllevaba la pérdida del puesto de mando. "Esta sanción fue recurrida y el juzgado contencioso en enero de 2021 estimó en parte mi recurso y anuló la pérdida de mi puesto como jefe de servicio", indica.
Meses después han vuelto a abrirle otro expediente. Fue redactado, explica el funcionario, "días después de que el juzgado anulase mi degradación": "Se trata evidentemente, de un expediente disciplinario construido a posteriori y ex profeso instrumentalmente con la única intención de poder sancionarme de nuevo, con la pérdida del puesto de mando de jefe de servicios".
En su texto, el jefe de servicios apunta a que el gerente de la prisión "mantiene una actitud de desprecio constante sobre mí y sobre otros muchos trabajadores desde hace cerca de 10 años": "Gritos, insultos, humillaciones, expedientes disciplinarios, todo lo contrario de lo que debe hacer un buen responsable de RR.HH.".
33 % expedientados
Esta denuncia se suma a las críticas que en las últimas semanas han esgrimido todos los sindicatos de prisiones. Todos ellos vienen manifestando en las últimas semanas el enorme "malestar" que hay en el centro y han exigido en bloque el cese de la directora de la cárcel.
En otro comunicado de hace unas semanas, UGT Presons, CCOO, IAC CATAC, CSIF Presons, APFP CAT y ACAIP hablaban de la "caza de brujas" en el centro al conocerse la apertura de expediente a otros dos jefes de servicio.
"Basta de jugar con nuestra seguridad. Pedimos que se deje de utilizar como moneda de cambio la cara, el pan y la dignidad de los trabajadores y trabajadoras, a los que, volvemos a recordar, en lugar de agradecerles se les discrimina, se les recrimina y se les expedienta", remachaban en su comunicado.
Los sindicatos informan de que en este momento el 33% de la jefatura de servicios en la prisión de Lledoners cuenta con un expediente en su hoja de servicios.
El hartazgo de los funcionarios ha llevado a la asociación de funcionarios Marea Blava Presons a organizar una manifestación de protesta en la plaza de Sant Jaume (Barcelona) el próximo día 11, con el fin de "denunciar el uso que la Secretaría de Medidas Penales hace del servicio de inspección: constante abuso y persecución del trabajador penitenciario al que no dota de medios ni formación".
Ejemplo
El funcionario que envía la carta a la recién designada consellera remacha su denuncia explicando cómo uno de sus superiores, al terminar hace unos días su turno de trabajo, había dejado su coche bloqueando la salida del aparcamiento impidiendo que pudiera salir con cualquier vehículo. El trabajador iba con otra persona que también había terminado su turno.
El denunciante dice que el superior se les acercó, con "tono irrespetuoso" y empezó a decirles: "Pero ¿qué hace aquí? ¿Tomando cafés con los demás expedientados? Aquí no debe estar para nada, os queda muy poco aquí, os echarán".
"Al decirle que ya no estábamos de servicio, que sacase el coche, que me acababa de vacunar y que me quería irse a casa, de nuevo ha afirmado: '¿Que te has vacunado? Esto es mentira'", continúa el funcionario del centro.
"Luego me obligó a enseñarle el pinchazo con la tirita de la vacuna, y dijo luego:'¿Y porque te vacunas? ¿Tú porque te tienes que vacunar? Aquí no hay que estar, a ver si os echan de una vez'".
El funcionario asegura que, tras este episodio, se siente "amenazado físicamente, provocado, vejado y humillado, injusta e innecesariamente". Y termina su carta pidiendo "amparo y protección".