El número de muertes por Covid es aún menor de lo que notifica el Ministerio: por debajo de 30 diarias
Los datos de Sanidad acumulan retrasos de notificación con respecto a los de las CC.AA., que ofrecen una imagen más "real".
8 junio, 2021 01:30Noticias relacionadas
En el informe de este lunes del Ministerio se afirma que 91 personas murieron en los últimos siete días. Sin embargo, si calculamos el número de fallecidos que se han añadido al acumulado en esta misma semana nos salen 283. ¿A qué se debe esta diferencia? Obviamente, a un retraso burocrático de incorporación de fallecidos según fecha.
Puede parecer difícil de entender pero es algo que se ha dado desde el principio de la pandemia: las comunidades autónomas dan en sus informes locales el número de muertos que les llegan de hospitales y otros lugares. Esa es la cifra más inmediata, la más "real". Después, tienen que cumplimentar informáticamente una ficha por fallecido que es la que incorpora el Ministerio a sus series, de ahí que pueda tardar días en actualizarse correctamente.
Por ejemplo, en la semana del 23 al 30 de mayo, el Ministerio añadió 242 defunciones al total acumulado. En aquel momento, nos extrañaba que fueran prácticamente las mismas que la semana anterior y no se apreciara bajada alguna, pero ya avisábamos el pasado sábado que podía deberse a un problema de atraso en notificación. Un problema, por cierto, que pinta a que se mantiene esta semana.
Efectivamente, si recogemos los datos de las Comunidades Autónomas, según sus informes locales, tal y como hacen diariamente los usuarios de Twitter @homosensatus y @ngbpadel2 nos encontramos con que la cifra de fallecidos que corresponde a esa última semana de mayo se sitúa en realidad en los 200, es decir, no llegan ni a los 30 al día.
Como se puede ver en el gráfico superior, hablamos de cifras que no veíamos desde principios de agosto del año pasado y la tendencia es claramente a la baja. Desde el levantamiento del segundo estado de alarma, el número de muertos en España se habría reducido en un 60,62% y desde el 5 de febrero, primera semana en la que se administraron más de medio millón de vacunas en nuestro país, la cifra es dieciséis veces menor.
Para hacernos una idea de qué parte tiene que ver con el bajón de la incidencia y qué parte con la vacunación de grupos de riesgo, la última semana en la que tuvimos 200 o menos muertos fue la del 10 al 16 de agosto. Dicha semana acabó con prácticamente la misma incidencia que tenemos ahora: 125,81 casos por 100.000 habitantes entonces; 115,32 ahora.
La diferencia es que en aquellos días, aunque la media de edad de los contagiados era casi tan baja como ahora, nuestros mayores estaban desprotegidos, lo que provocó un aumento exponencial de casos, ingresos y fallecidos a partir de la última semana de agosto y primera de septiembre que no llegó a cejar hasta finales de octubre. Lo que aseguran las vacunas, en principio, no es solo una menor proporción de ingreso y de defunción por caso en un momento puntual sino su continuidad en el tiempo.
Los contagios van a ser siempre entre jóvenes hasta que estos también estén vacunados y, aunque se puedan producir subidas puntuales en incidencia, no deberían hacerlo en asistencia sanitaria. Aparte, la capacidad de detección que tenemos ahora no es la de entonces. Desde la llegada de los tests de antígenos, no solo se puede rastrear más y mejor sino que los resultados se incorporan antes a las series, haciéndolas más fiables.
De hecho, la perspectiva en cuanto a defunciones sigue siendo favorable. En el último fin de semana, el Ministerio ha notificado 40 fallecimientos. El pasado fin de semana fueron 48. Como decíamos al principio, se han añadido 283 al total por los 242 de los siete días anteriores. Eso nos hace pensar que los retrasos burocráticos se siguen acumulando y nos hace esperar con especial atención las cifras que darán las comunidades cuando actualicen todos los datos -ahí también hay retrasos aunque sean menores-, que debería estar ya en torno a las 175 defunciones semanales de seguir la progresión actual.
De hecho, yendo comunidad por comunidad, observamos que, a lo largo de los últimos diez días, todas las regiones han tenido al menos un día con cero muertos en sus informes excepto Castilla La Mancha y País Vasco, que se mueven en dos o tres diarios de media, y Madrid, que notificó tres este domingo, algo que no veíamos desde principios de agosto de 2020.
No es la escasa mortalidad provocada por el virus la única buena noticia de este lunes: las hospitalizaciones siguen bajando (356 en las últimas 24 horas por 387 del informe del lunes pasado) y el número total de hospitalizados llega a 4.114, un 15,31% menos que hace siete días. En cuanto a pacientes críticos, la bajada es de un 16,55%, situándonos en un total de 1.124.
Es cierto que las incidencias siguen bajando muy poco a poco, pero lo importante es que bajen: en los últimos 14 días se han detectado 115,32 casos por 100.000 habitantes, de nuevo, números de agosto. El pasado lunes, estábamos en 121,75. Como se ve, no es un descenso vertiginoso, pero es un descenso. Con la relajación de medidas que estamos viendo últimamente, puede considerarse incluso un pequeño éxito.