El 19 de junio de 2014, hace hoy siete años, fue coronado Felipe VI. Si un adjetivo puede definir su reinado, es el de seriedad.
Las difíciles circunstancias que le han tocado vivir hacen que el Rey celebre casi como una victoria cada nuevo año en el Trono. Este viernes, en su discurso de la entrega de la Orden del Mérito Civil, dijo: cada 19 de junio es "un día que siempre tengo presente por su trascendencia para nuestra monarquía parlamentaria, para nuestra democracia y, en definitiva, para España". Se proclamó "primer servidor de todos los españoles".
Don Felipe ha ido dando pequeños pasos para recuperar una Corona dañada en su reputación. En estos siete años ha conseguido un halo de respeto y confianza por parte de los ciudadanos, pero tiene por delante cuatro grandes retos que debe superar para salvar una Corona que está tocada.
1. Juan Carlos
Una de las cuestiones que tendrá que resolver Felipe VI en su nuevo año como Rey es la del eventual regreso a España de su padre, que sigue llamando desde su mansión a orillas del golfo Pérsico a sus amigos suspirando por una posible vuelta.
Juan Carlos continúa teniendo su residencia oficial en el palacio de La Zarzuela, pero nadie ve viable que vuelva a vivir bajo el mismo techo que el Rey. "Tendrá que esperar un poco más. Veremos qué decide el Tribunal Supremo, si lo llama a declarar o no", revela una fuente cercana al equipo del Monarca.
El regreso del Emérito podría ser un elemento más de tensión entre Pedro Sánchez y sus socios de Gobierno, así que desde Moncloa se ha pedido a Zarzuela que sea prudente.
Liberado Juan Carlos de su exilio forzoso, volvería la presión sobre Felipe VI para que le retire el título de Rey, un tema del que el actual Monarca no quiere oír hablar por dos razones: es su padre; y es consciente del dolor que supondría para él un final así. Le debe el Trono, porque el Emérito es la persona que consiguió restablecer la Corona y también quien decidió abdicar en favor de su hijo.
Si el padre del Rey vuelve a España, ¿dónde se alojaría? Mientras continúa en Emiratos Árabes, apenas han trascendido imágenes de la vida que lleva allí, pero si se traslada a Madrid o a su añorado Sanxenxo, quedaría expuesto en todas sus actividades, dando otra vez que hablar y consiguiendo, probablemente, más protagonismo que el propio Rey.
2. La pandemia
El segundo reto para Felipe VI es demostrar lo importante de su papel en un momento muy delicado: la pandemia.
"Se ha criticado mucho la desaparición del Rey durante el confinamiento, pero en aquel momento hizo lo que nos pidieron a todos: quedarse en casa. Los Reyes no han parado de trabajar desde que pudimos volver a salir. Ahora, Felipe VI es consciente de que tiene que ser uno de los motores que tire del país", relata la misma fuente.
Y es cierto que la agenda de los Reyes nunca había estado tan llena un mes de junio, que suele ser más tranquilo, ya que es el final de curso. La Casa Real ha aprovechado para intentar recuperar varios de los actos que tenía programados para el año anterior y que tuvo que suspender. Eso es lo que ha ocurrido esta semana con la visita de Estado del presidente de Corea, Moon Jae-in y su esposa.
Una cosa que los Reyes han asumido es que es un buen momento para que sus hijas vayan adquiriendo protagonismo. La Princesa Leonor y la Infanta Sofía hacen que el interés de los medios de comunicación se multiplique y, al mismo tiempo, transmiten la idea de que la Corona tiene un futuro.
Es una estrategia muy empleada. Un claro ejemplo reside en diciembre del año pasado, cuando saltó la noticia de que Juan Carlos había pagado a Hacienda 678.000 euros para evitar su causa judicial por las tarjetas de crédito. Las hijas de los Reyes acudieron por sorpresa a un acto de la Fundación Princesa de Asturias en el Palacio de El Pardo al que sólo estaban convocados Felipe VI y la Reina Letizia.
3. ¿Ley de la Corona?
Otra cuestión que el Monarca tiene marcada en rojo en la agenda para su próximo año es la nueva regulación de la Corona. La última reunión de Jaime Alfonsín, Jefe de la Casa del Rey, con Carmen Calvo, vicepresidenta del Gobierno, para tratar sobre el tema se remonta a abril.
Hay establecida una hoja de ruta entre Moncloa y la Jefatura del Estado para marcar un nuevo modelo de monarquía. Ya lo había comentado Pedro Sánchez a finales de 2020: se está trabajando para introducir algunas medidas y modernizar la institución.
El objetivo es encontrar una regulación que permita fiscalizar y controlar a la Casa Real. Una norma que satisfaga a todos y que ayude a que Felipe VI no se vea arrastrado por los errores cometidos por su padre en el pasado. En cambio, es difícil crear una ley de la Corona como piden desde Unidas Podemos y Más País. Eso obligaría a una reforma de la Constitución, muy poco apropiada en el actual clima político.
"Lo que se está negociando es una fórmula para hacer una institución más fuerte, adaptándola a los tiempos actuales, que son muy distintos a cuando nació, hace más de 40 años. Se buscará dotar a la institución de más trasparencia en el rendimiento de las cuentas", explica la misma fuente.
4. La cuestión catalana
Felipe VI encarna la unidad y debe ser un moderador de las instituciones. Por eso el Rey se mueve con sutileza, como ocurrió el pasado miércoles cuando el recién estrenado Govern de Pere Aragonès se quedó a medias en su desplante al Monarca.
Esta semana, en Barcelona, el Rey hizo lo que podía y debía como garante de la unidad de España. Como Jefe de Estado sin poderes ejecutivos -tal y como marca la Constitución-, insistió en que debe imponerse "la pluralidad, la estabilidad y el respeto" y envió a los nuevos representantes catalanes emanados de las urnas varios mensajes en esa misma dirección: "No pueden imponerse las ideas propias frente a los derechos de los demás" o "el camino del enfrentamiento no puede volver".
El Rey ha hecho más de cuarenta visitas a Cataluña, la región que más ha frecuentado con diferencia. Habla un catalán perfecto y fluido porque siempre se ha preocupado por ello.
Zarzuela tiene los ojos puestos en Cataluña. Cada paso que se da se mide al milímetro para no cometer errores. Pero también se ha sido firme cuando la situación lo ha requerido. Fue a causa de Cataluña que Felipe VI se bautizó con su primer mensaje a la nación, el 3 de octubre de 2017, coincidiendo con la crisis por el golpe independentista.
Felipe VI comienza ahora su octavo año de reinado con muchos desafíos por delante. Puede que este que termina haya sido de los más complicados para él, pero dada la situación no parece que lo vaya a tener fácil en el futuro. La visión que en 2014 tenía de la España que heredaba de su padre se ha vuelto más madura y meditada.
El Rey continúa con las mismas ganas que el primer día, según comentaba él mismo hace unas semanas en el Día de las Fuerzas Armadas. Y este viernes lo ratificó: "En un día como hoy, quiero renovar con la misma ilusión, la misma energía y la misma determinación mi compromiso personal; con el mismo sentido del deber y vocación de servir a España y a todos los españoles que ha inspirado toda mi vida y especialmente desde aquel 19 de junio de 2014".
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