El repunte de contagios acelera su escalada ante la preocupación de una atención primaria agotada
La incidencia a siete días hace prever un aumento progresivo en las próximas semanas, especialmente en las zonas de ocupación turística.
29 junio, 2021 01:33Noticias relacionadas
Que esto iba a pasar lo sabíamos desde principios de mes sin necesidad de pecar de agoreros. Prácticamente cada cambio de estación ha tenido su pequeño repunte, el exceso de confianza ya se palpaba entonces y las noticias que llegaban de Reino Unido y después de Portugal hacían muy difícil pensar que nosotros nos podríamos librar de esa subida.
Lo que no sabemos es hasta dónde puede llegar (Reino Unido ha pasado de 60,9 a 250,9 casos por 100.000 habitantes en lo que va de mes, Portugal ha subido de 61,6 a 136,6) y en qué medida va a afectar al sistema sanitario y no solo al hospitalario.
Lo primero son los datos: España presenta este lunes una incidencia de 100,06 casos por 100.000 habitantes. En sí, no es ninguna exageración. De hecho, solo Andalucía y Cantabria superan el umbral del riesgo alto (150), pero la tendencia no invita al optimismo: en una semana, hemos asistido a un crecimiento del 8,22% en la incidencia a 14 días.
Esto preocupa aún más si nos atenemos a los casos de los últimos siete días: esta semana hemos diagnosticado un 22,35% más de positivos que la semana anterior. Son cifras que empiezan a asustar aunque hay que reconocer que la base de la que partíamos era muy baja.
Lo que llevamos advirtiendo desde hace tiempo es que estos aumentos de casos hay que analizarlos con mesura: gracias a la vacunación masiva de los grupos de riesgo, lo más probable es que el repunte se esté produciendo entre jóvenes que no necesiten asistencia hospitalaria. Sigue preocupando la escasa vacunación en el grupo de 60 a 69 años (solo el 41,2% ha recibido la pauta completa por el 69,9% del grupo de 50 a 59), pero el resto de perjudicados deberían estar entre los menores de cuarenta.
Hablamos de veinte millones de españoles, ojo, pero sería raro ver un aumento desmedido de ingresos. De hecho, en Inglaterra, a lo largo de este mismo mes, la hospitalización ha pasado de 776 a 1.465, es decir, un 88,78% más en cuatro semanas. Es bastante, por supuesto, pero no comparable a lo que estamos viendo con los positivos, que, como hemos visto, se han multiplicado por cuatro.
En España, de momento, el primer dato del lunes es relativamente bueno: 244 nuevos ingresos por 231 de la semana pasada. Subirá, y como hemos visto en Inglaterra, subirá bastante. El objetivo es no volver a llenar los hospitales, que este lunes presentan una ocupación de 2.495 pacientes Covid por los 2.832 del lunes pasado, es decir, un descenso del 11,9% para llegar a mínimos de julio de 2020.
Será muy importante ver la evolución de este dato a lo largo de la semana para tener en cuenta hasta qué punto nos afecta este nuevo repunte y comprobar que las vacunas efectivamente están haciendo su trabajo.
Ahora bien, eso no es todo. La Sanidad no son solo los hospitales. Sí es muy probable que tengamos un serio problema de nuevo con la Atención Primaria. En el momento en el que los casos semanales vuelvan a los 30.000 o 40.000, los centros de salud van a volver a verse desbordados en su actividad, y mucho más si coincide como el año pasado con las merecidas vacaciones de buena parte del servicio médico.
Pensar que un aumento en la incidencia no supone un problema grave en términos sociales es un poco inocente. Por supuesto, todo lo que no sea llenar urgencias y camas de hospital estará muy bien, pero no podemos ser excesivamente permisivos con los aumentos y convendría parar el repunte de raíz, aunque no es fácil saber cómo. Hoy mismo, Portugal anunciaba cuarentenas de dos semanas para los procedentes de Reino Unido no vacunados, pero me temo que ya es tarde para eso.
Si vamos comunidad por comunidad, nos encontramos, como decíamos la semana pasada, que los crecimientos son mayores en las regiones más turísticas: aparte de la lógica explosión de casos en Baleares, producto del macrobrote de la semana pasada, vemos que Comunidad Valenciana ha doblado sus casos de una semana a otra, mientras que Cataluña, Galicia y Cantabria suben por encima del 45%.
Algo más bajos están Canarias, Murcia, País Vasco y Asturias, mientras que las dos Castillas siguen bajando sus incidencias. Se diría que puede haber ya una relación clara entre aumento de positividad y aumento de veraneantes que llega en el peor momento posible, por supuesto.
El problema, además, es que los indicadores anuncian una semana aún más dura que la anterior: sube la positividad un 12,5% y la incidencia a siete días es más de la mitad que la incidencia a catorce, señal de que esta última aún tiene recorrido para crecer. Como digo, esto ya es de por sí un problema para la Atención Primaria y un riesgo sensible debido a los huecos de vacunación mencionados.
Ahora bien, podría haber sido catastrófico de no tener ya el 35% de la población con la pauta completa. Las vacunas no son la pócima mágica de Panoramix: habrá casos en los que fallen, que no den la respuesta inmune adecuada y sabemos que protegen a un porcentaje altísimo pero no total de la población. El riesgo individual sigue. Lo que ha bajado muchísimo es el riesgo social: da miedo pensar lo que podría haber pasado sin vacunas con la variante delta.
El futuro lo tendremos que ir viendo día a día y no tenemos mejor espejo que los datos de Reino Unido y Portugal, que no son halagüeños en términos de contagios. Si los contagios y las incidencias van a volver a medir las restricciones internacionales estamos fastidiados. Si además vamos a dejar entrar a gente de países que han preferido vacunas no tan eficaces sin poner pega alguna, la cosa se puede complicar aún más.
En términos de fallecidos, no debería ser un gran problema. En términos hospitalarios, tampoco. En términos de atención primaria, desde luego que sí. Y de la economía y el turismo, mejor no hablamos.