El rey Felipe VI ha apelado a "la unidad, la solidaridad y la concordia" en España en su invocación al apóstol Santiago, al que ha pedido ayuda para cultivar estos principios y asegurar la "convivencia en democracia y libertad" y para "recuperar la normalidad" tras la pandemia.
Con estas palabras ha comenzado la intensa agenda institucional de la Casa Real en la región, cuya primera parada ha sido la Catedral de Santiago de Compostela, donde cumplieron con la ofrenda al Apóstol, una costumbre que la Corona mantiene desde 1643 y que el Rey defiende, en nombre del país, en los Años Jacobeos.
Durante este acto, Felipe VI ha reivindicado el papel de la Corona, que "simboliza la continuidad" de la nación española en la historia, así como su carácter "de puente entre pasado, presente y futuro".
El Monarca ha reivindicado que la cultura jacobea, "que inspira desde Galicia la unidad de España, su cohesión y su progreso", implica ahora un mensaje "que debe de ser atendido": el de que los pueblos se construyen "sobre su personalidad y también sobre lo que tienen en común con los otros pueblos".
Los monarcas han accedido a la plaza del Obradoiro después de las doce del mediodía bajo un cielo nublado acompañados por la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño. Felipe VI ha pasado revista a la compañía de honores de la Brilat y a una sección de Infantería de Marina de Ferrol.
También han estado acompañados de sus dos hijas, la princesa de Asturias Leonor y la Infanta Sofía, a las que Felipe VI ha dedicado unas palabras en las que ha destacado que participan por primera vez en esta tradición.
A la plaza se han acercado dos centenares de personas, manteniendo las distancias de seguridad, que han hecho cola desde primera hora de la mañana y han gritado vivas al rey. El Monarca se ha referido a los ciudadanos como un "faro" por su "solidaridad y entrega" durante esta pandemia y ha mostrado su "orgullo y respeto" por el pueblo español.
"Convivencia fraterna"
En la homilía pronunciada este domingo posteriormente, el arzobispo de Santiago de Compostela, monseñor Julián Barrio, ha invocado la intercesión del Apóstol para que "todos los pueblos de España" mantengan una "convivencia fraterna" y no olviden sus "raíces".
Monseñor Barrio ha agradecido a Sus Majestades su presencia para presentar la Ofrenda ante el también patrono de España y ha mencionado el presente de "incertidumbre" que afecta a "certezas que parecían consolidadas".
"Es necesario, como Su Majestad decía, volver a las raíces", ha agregado el arzobispo, quien ha lamentado que la civilización occidental tenga ahora el "alma mermada". Pero es en este contexto en el que "ya surgen no pocas voces de pensadores fuera del cristianismo, que afirman que necesitamos a Cristo".
Hacia el final de la homilía, Barrio se ha dirigido a los gobernantes "para que tengan fortaleza, generosidad y constancia en la búsqueda de la renovación ética y moral" de la sociedad.