Hasta cierto punto, es normal que Madrid y Barcelona se vigilen. Son las dos ciudades más pobladas del país, ambas reciben una buena cantidad de turistas cada verano y además poseen similares redes de transporte público que pueden influir en la transmisión del virus.
El ejemplo desastroso de Cataluña, primero alcanzando una incidencia de casos descomunal -quince días por encima de los mil casos por cien mil habitantes-, después saturando las UCI -que siguen al 47% de su ocupación total- y por último multiplicando el número de muertos semanales hasta los 226 de la semana que va del 24 al 30 de julio, preocupó y mucho en la Comunidad presidida por Isabel Díaz Ayuso. Afortunadamente, parece que la cosa no va a ir tan lejos.
Eso no quiere decir que la situación sea idónea ni mucho menos. Madrid alcanzó este lunes su máxima ocupación hospitalaria desde el 15 de mayo, es decir, hace dos meses y medio. Si entonces eran 1.454 los ingresados en hospitales madrileños, el último informe de la Consejería de Sanidad cifra en 1.464 los actuales. La tendencia semanal habla de un incremento del 36,82%. No son cifras escandalosas y siguen muy por debajo de lo que vimos en otras olas, pero nos podrían preocupar si siguiéramos viendo un aumento de los casos equivalente al que vimos en Cataluña.
Afortunadamente, no parece que esto vaya a ser así. Aunque la incidencia se disparó de 179 a 647 casos por cien mil habitantes en las dos semanas que fueron del 8 al 22 de julio, desde entonces, las cosas se han calmado un poco. Si bien la incidencia intersemanal sigue subiendo ligeramente y alcanza hoy los 753,89, el porcentaje de incremento es mínimo y, de hecho, si acudimos a los casos fechados, nos encontramos con que en la última semana ha habido menos pruebas positivas (24.021) que en la anterior (27.574). Es la señal de que el descenso aún no es escandaloso, pero al menos la subida se ha detenido en el momento adecuado.
Con los positivos ya cayendo, lo lógico es que esta misma semana veamos un descenso en los ingresos totales que puede llevar a una bajada del total de hospitalización a partir de la semana que viene. Algo parecido pasará con el número de camas UCI ocupadas, que, afortunadamente, no ha crecido ni mucho menos a niveles alarmantes.
Los 262 pacientes críticos registrados este lunes son un 60,73% más que el lunes pasado… pero siguen siendo prácticamente la mitad de los que registraba la Consejería ese mismo 15 de mayo que hemos tomado como primera referencia. Aunque pueda subir a lo largo de esta semana y colocarse en torno a 300-350, aún tendríamos margen hospitalario de sobra.
Otra cosa, como decimos siempre, son los Centros de Salud, que están colapsados entre tanta prueba PCR, tanto rastreo y tanta falta de personal por las vacaciones. El año pasado ya sucedió algo parecido y sorprende que este año no se haya previsto una situación similar. Recordemos que la ola de otoño de 2020 tuvo su adelanto en Madrid a finales de agosto y principios de septiembre, hasta llegar a un pico de casi 7.000 casos notificados el 18 de septiembre. Esto provocó la enésima pelea entre Comunidad y Gobierno de la nación en torno a la necesidad de un Estado de Alarma que al final tuvo que imponerse… y que apenas solucionó nada.
En cuanto al resto del país, se aprecia claramente una bajada profunda en el número de casos diarios que se detectan (55.939 este fin de semana por 61.625 del pasado). El pico ya quedó atrás el pasado viernes 23 de julio y las incidencias empezaron a bajar cuatro días después.
Según el informe del Ministerio de este martes, en los últimos siete días se han detectado 138.496 positivos, lo que supone 291,87 por cada cien mil habitantes, frente a los 338,94 del pasado lunes. Si miramos la incidencia en catorce días, apreciamos una bajada también notable aunque menos espectacular: 673,52 por 700,10, un 3,79% menos.
La situación hospitalaria del país recuerda en parte a la de Madrid. Siguen subiendo los hospitalizados totales (10.578) aunque la tendencia de incremento sea cada vez menor (un 12,72% semanal). En cuanto a las UCI, la ocupación media es del 20,02% sobre el total ampliable, destacando negativamente la situación en Cataluña (el citado 47%), Madrid (26,5%), Baleares (23,8%),Cantabria (22,9%) y La Rioja (22,6%). Tampoco están las cosas demasiado bien en las Islas Canarias, donde ya se roza el 20% de ocupación Covid en críticos y los bajos siguen sin bajar con firmeza.
Como siempre, el indicador que empieza a crecer más tarde y que más tarde empezará a bajar es el de fallecidos. En este caso, y teniendo en cuenta los retrasos en notificación del ministerio, es mejor acudir directamente a las cifras de las comunidades autónomas: según sus informes regionales, en la última semana han fallecido en España, 537 personas, cerca de 77 por día.
La cifra aún subirá y nos quedaremos muy cerca de los 1.500 mensuales si no superamos ese umbral. Obviamente, en comparación con las masacres de olas anteriores, no parece gran cosa, pero si lo miramos con ojos de febrero de 2020, sigue siendo una barbaridad a la que por necesidad hemos tenido que acostumbrarnos. Convivir con un virus letal es lo que implica. A estas alturas, ya no queda otra alternativa.