El curso empezará con la mayoría de los adolescentes sin la pauta de vacunación completa
Un 4,8% de los jóvenes de entre 12 y 19 años tiene ya dos dosis puestas y un 25,5% tiene al menos una.
10 agosto, 2021 02:48Noticias relacionadas
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Inmunizar a los mayores de 12 años antes de que empezara el curso escolar era el gran reto de los ministerios de Educación y Sanidad para preparar una vuelta al cole lo más segura posible y cercana a la vieja normalidad. Pero las cuentas no les salen aún a Pilar Alegría y a Carolina Darias.
A falta de un mes para que empiece el curso 2021/2022, sólo el 4,8% de los adolescentes tienen la pauta vacunal completa y dos de cada 10 llevan, al menos, una dosis del preparado. Correspondientemente, es prácticamente imposible que la gran mayoría de los adolescentes puedan volver a las aulas con su pauta vacunal completa.
Y es que, las dos dosis aprobadas para estas franjas de edad (Moderna y Pfizer) precisan de una separación entre la primera y la segunda de, al menos, tres semanas en el caso de Pfizer y cuatro en el de Moderna.
Así, el 95% de los menores que todavía no tienen la primera vacuna puesta es imposible que lleguen a la primera semana de septiembre con la segunda. Como mínimo, ese 25,5% que ya tienen la primera dosis recibirán la segunda en el transcurso de las próximas semanas y, de esta forma, tendrán la pauta completa en un mes.
Al tiempo que hay que dejar entre dosis se une, además, la semana que debe pasar una vez se haya completado la pauta para asegurar la inmunidad aportada por las vacunas. De esta forma, la gran mayoría de alumnos de la ESO (12 a 16 años) y de Bachillerato (16 a 18) se tendrán que seguir vacunando una vez iniciado el curso escolar.
El ritmo de vacunación entre los jóvenes no va todo lo deprisa que le gustaría al Gobierno, y es, según los sindicatos educativos, por "dos razones": la escasez de vacunas que están llegando en comparación al mes de junio y la alta incidencia de contagios en ese grupo de edad.
La falta de vacunas es un problema que tienen todos los países de la Unión Europea, puesto que durante el mes de junio se adelantaron dosis de cuarto cuatrimestre de la farmacéutica Pfizer. En España se pusieron muchas primeras pautas a todo tipo de población que, ahora, tienen que completarse.
Por el otro lado está la alta incidencia de contagios entre los menores de 20 años. Según las indicaciones de Gobierno, aquellas personas que se han contagiado de la Covid-19 y son menores de 65 años deben de esperar al menos 6 meses, desde la fecha en la que pasaron la Covid, para poder ponerse la vacuna.
Esto deja a muchos jóvenes sin la opción de vacunarse antes de que comience el curso escolar. Aun así, fuentes sindicales afirman que en muchas regiones se está "levantando la mano" y se está vacunando a los jóvenes cuando piden cita, aunque hayan pasado el Covid hace "dos meses".
El alto número de contagios también ralentiza el proceso de una forma mucho más técnica. Fuentes de colectivos enfermeros explican que hay que cambiar "muchas citas" a jóvenes que están cuarentenados por contactos estrechos.
"Cuando más casos hay, más probabilidades hay de que esa persona no pueda acudir a la cita por su propio contagio o por el de un contacto", argumentan.
¿Quiénes vacunan?
En estos momentos, más de 10 comunidades autónomas están vacunado a los mayores de 12 años. Aragón, Andalucía, Baleares, Canarias, Castilla-La Mancha, Cataluña, Extremadura, Galicia, Murcia, Navarra, País Vasco han empezado a citar a este grupo de edad que próximamente se iniciará en Comunidad Valenciana, Castilla y León o Madrid.
El objetivo es inmunizarles a la vez que se termina de vacunar a otros grupos de más edad y con mayor mortalidad asociada al coronavirus. Es una decisión que se tomó hace apenas unos meses para intentar frenar la quinta ola que tenía una especial presencia entre los más jóvenes.
Según los datos de este lunes, 9 de agosto, los jóvenes de entre 12 y 19 años siguen teniendo la incidencia acumulada (IA) más alta de todos los grupos de edad. En los últimos 14 días, la IA de estos adolescentes ha sido de 1.203,65 casos por cada 100.000 habitantes.
Las vacunas son el arma para parar estos contagios, sobre todo, de cara a una vuelta al colegio en la que, aunque habrá mascarillas obligatorias, se volverán a los ratios de antes de la pandemia y desaparecen los grupos burbuja.
¿Cómo será el curso?
Tal y como ha adelantado este lunes la ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, el objetivo del Gobierno es una "presencialidad plena" durante todas las etapas educativas. Por tanto, los alumnos de bachillerato que este año no iban a clase "en algunas comunidades", deberán volver a las aulas.
También hay cambios en los denominados grupos burbuja. Hasta este año era algo que se estipulaba durante toda la etapa educativa y, ahora, queda relegado a los más jóvenes. Sólo los alumnos menores de cuarto de Primaria mantendrán grupos estables de convivencia. El resto sí podrán, por ejemplo, juntarse en el recreo.
Eso sí, lo harán con mascarilla. El método de protección se mantiene este curso escolar como también lo hace la ventilación cruzada, el lavado de manos o intentar hacer el mayor número de actividades al aire libre.
Muchas de las medidas son similares a las del curso pasado a excepción de la presencialidad para todos los niveles educativos que, principalmente, afecta a este grupo de edad que ahora necesita vacunarse: alumnos de la ESO y Bachillerato.
¿Faltan dosis?
La bajada de llegada de vacunas durante el verano ha hecho que se ralentice el ritmo de vacunación. En junio se pinchaban unos 4 millones de vacunas semanales y la cifra en las últimas semanas es de 3 millones. El Ministerio espera elevarla con una partida extra de Moderna.
Según confirmó la ministra de Sanidad, Carolina Darias, la llegada de vacunas que se vivió en junio (3 millones de dosis a la semana de Pfizer) era algo fuera de lo común que se ha parado. Por ejemplo, en julio se han estado recibiendo una media de 1,5 millones del preparado a la semana. La mitad.
Lo mismo ocurre con Moderna, durante el mes de agosto llegará una partida excepcional con la que el Ministerio pretende aumentar el ritmo de inmunización frente a la cepa Delta: pasar del actual 60% de la población inmunizada hasta el 85%.
La llegada de dosis de Moderna es algo excepcional. Durante el mes de julio se han estado recibiendo 400.000 dosis semanales y en agosto van a llegar hasta 900.000 cada siete días.
¿Adolescentes o tercer mundo?
Algunos países como Italia o Estados Unidos tienen un mayor porcentaje de jóvenes vacunados con estos preparados. Por el momento, la estrategia de España ha sido primar en la población más vulnerable.
Aun así, inmunizar a este colectivo es "imprescindible" para hacer frente a la variante delta y Sanidad lo tiene claro. Desde la Sociedad Española de Epidemiología remarcan que, para alcanzar el 85% de la población vacunada y hacer frente a las nuevas cepas, es necesario vacunar a los jóvenes.
De esta forma, y teniendo en cuenta que los niños no tienen una vacuna avalada por su corta edad, el objetivo de los epidemiólogos es llegar al 95% de los inmunizados por encima de los 12 años para poder "detener" estas nuevas cepas del coronavirus.
Aun así, esta idea no es algo extendido entre todos los asesores sanitarios. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido a los países más desarrollados no priorizar entre los jóvenes la vacunación, sino intentar inmunizar a las personas de países en vías de desarrollo.
A su parecer, a la baja virulencia que tiene la infección entre los menores de 20 años, hay que sumarle la propagación de nuevas cepas. Como ha defendido la OMS desde que empezaron a aparecer las variantes del virus, es en los países en desarrollo, sin vacunas, donde el virus tiene una mayor probabilidad de mutar.
Por ello, esta autoridad internacional defiende pinchar las vacunas a personas con menos recursos, pero mayor mortalidad que a los jóvenes para los que no se han demostrado grandes beneficios.
Incluso el Ministerio de Sanidad ha puesto este debate sobre la mesa al plantearse si era "ético" vacunar a menores de edad, para conseguir una inmunidad que torpedean los antivacunas adultos. Una discusión que, como ha confirmado este medio, sigue sobre la mesa del Ejecutivo.