El nuevo ministro de Exteriores, José Manuel Albares, se apunta su primer tanto diplomático poco más de un mes después de llegar al cargo en sustitución de Arancha González Laya. España y Marruecos han acordado el retorno de parte de los 800 menores que entraron en Ceuta durante el 17 y 18 de mayo y que permanecían en la ciudad autónoma. El Ministerio del Interior ha puesto en marcha la operación, que se ha iniciado este viernes en el polideportivo Santa Amelia, lugar donde permanecían alojados 234 menores.
Las salidas se están llevando a cabo en grupos de 15, excepto los considerados "vulnerables", sin que se haya concretado qué características concurren en esos casos. Además, otras fuentes del operativo han explicado que ya se han producido 15 entregas de menores a lo largo de este viernes.
Por indicación del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, se ha pedido "efectuar el retorno de los menores al Reino de Marruecos" en una comunicación dirigida a la Delegación del Gobierno en Ceuta y a la ciudad autónoma el pasado día 10. El escrito señala que Marruecos "se compromete a velar por los intereses de los menores" que planean trasladar al Centro Martín en Tetuán.
En un escrito remitido por la Secretaría de Estado de Seguridad se indica textualmente: "Rogamos se proceda a ejecutar las previsiones recogidas en el artículo 5 del Acuerdo entre el Reino de España y Marruecos de 2007 sobre la cooperación en el ámbito de la emigración ilegal de menores no acompañados, su protección y su retorno concertado".
Se indica, igualmente, que "el fin último es el de garantizar en cada caso las condiciones de reunificación familiar efectiva del menor o su entrega a cargo de una institución de tutela".
Mejora de las relaciones
La delegada del Gobierno en Ceuta, Salvadora Mateos, anunció el pasado lunes que "en días" se comprobaría que las relaciones entre España y Marruecos vuelven a ser "muy buenas" tras el cambio al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores, con José Manuel Albares como nuevo responsable.
Mateos dijo que esperaba que antes de que comenzase el curso escolar todos los menores hubieran sido ya repatriados, una muestra de que las negociaciones estaban avanzadas y que todo estaba preparado para esta actuación.
El presidente de la ciudad autónoma de Ceuta, Juan Vivas (PP), llevaba semanas reclamando una solución y alertando de que la convivencia en esta ciudad se estaba resintiendo por la presencia de tantos inmigrantes en un territorio tan exiguo como el de esta ciudad del norte de África.
Lo cierto es que desde su llegada a Asuntos Exteriores la hostilidad de Marruecos había remitido notablemente. El ministerio homólogo del país vecino, que retiró en su día a la embajadora en Madrid, ya no emitía comunicados contrarios al Gobierno español y tampoco se leen como antes en la prensa de aquel país, controlada por el régimen.
Las autoridades marroquíes, incluso, invitaron recientemente al representante de la Embajada española en Rabat a una visita guiada a la sede de su servicio antiterrorista a la que acudieron representantes diplomáticos de varios países. Un gesto más que simbólico por parte del Gobierno de Mohamed VI, que en eventos anteriores de ese tipo había excluido sistemáticamente a España.
Descontento en Podemos
Tras conocerse el operativo, el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, que dirige Ione Belarra, ha lamentado que no ha recibido ninguna respuesta a pesar de llevar meses poniéndose a disposición del Ministerio del Interior para trabajar en un protocolo de reagrupación familiar para menores que migran solos en cumplimiento de los requisitos internacionales y nacionales.
En este sentido, destaca que cualquier proceso de reagrupación familiar debe contar con un protocolo que incluya entrevistas individualizadas así como el conocimiento pormenorizado por parte de la fiscalía del procedimiento.
La organización de defensa de la infancia Save the Children ha insistido en que cualquier repatriación colectiva de niños u adolescentes es ilegal y recuerda que las reagrupaciones de menores marroquíes han de garantizar su protección y ser individuales y voluntarias.
Destaca que para que el retorno pueda ser considerada como la solución que mejor garantice los derechos del menor -incluyendo su derecho a la salud, la educación y la integridad física- ha de llevarse a cabo tras haberse realizado una evaluación de su interés superior exhaustiva e individualizada.
Además, señala que es imprescindible que su retorno no suponga un riesgo para su integridad física o moral y que se pueda garantizar un seguimiento individualizado y una garantía de reintegración que permita el cumplimiento de todos sus derechos.
Según los datos recabados por la organización a finales de junio y principios de julio, aproximadamente una cuarta parte de los niños migrantes a los que entrevistó en Ceuta había sufrido violencia física, abusos o malos tratos en su país de origen.
Asimismo, uno de cada seis declaró padecer tortura o trato degradante antes de llegar a España.