Un guardia civil permanece ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) tras sufrir un infarto, minutos después de mantener una fuerte discusión con varios agentes de Policía Nacional en el puerto de Algeciras (Cádiz).
El incidente se produjo el martes, cuando un cabo de la Guardia Civil y un agente en prácticas realizaban las tareas de control de los camiones de mercancías que desembarcaban del buque procedente de Tánger (Marruecos).
Estas labores incluyen la inspección de la carga y la identificación de los conductores y las matrículas de los camiones, para comprobar si coinciden con los datos aportados por la compañía marítima.
Cuando se estaba desarrollando esta operación, se personó en el lugar una subinspectora de la Policía Nacional, que instó a la pareja de la Guardia Civil a poner fin inmediatamente a las labores de control y abandonar el recinto del puerto.
Operado de urgencias
El cabo de la Guardia Civil rechazó estas instrucciones y alegó que el servicio había sido ordenado por la jefatura fiscal y de aduanas de la Guardia Civil que tiene, entre otras funciones, la lucha contra el narcotráfico. El entorno de Algeciras y La Línea de la Concepción se han convertido en los últimos años en una zona caliente en el tráfico de hachís procedente de Marruecos.
La discusión subió de tono y pronto acudieron varios agentes de la Policía Nacional, que rodearon el coche patrulla de la Guardia Civil. La subinspectora intentó arrebatar al cabo la documentación de las manos e insitió en que el agente debía cumplir sus órdenes.
Minutos después de que concluyera la discusión, el cabo de la Guardia Civil comunicó a su compañero que sentía un fuerte dolor en el pecho. Tuvo que ser trasladado a un hospital de la provincia, donde se constató que había sufrido un infarto: ha sido sometido a una operación quirúrgica de urgencias para implantarle una endoprótesis vascular en una arteria coronaria.
Lo ocurrido ha sido denunciado ante el Juzgado, que ha abierto una investigación sobre los hechos. Las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL señalan que este tipo de enfrentamientos entre Policía Nacional y Guardia Civil se han sucedido a lo largo de todo el mes de agosto en Algeciras.
3,5 kilos de hachís
La misma subinspectora de la Policía Nacional protagonizó un incidente similar el pasado 14 de agosto, cuando la Guardia Civil estaba inspeccionando los camiones que iban a desembarcar del ferry procedente de Tánger.
Uno de los camioneros sospechaba que su vehículo había sido manipulado antes de embarcar en el puerto marroquí y lo puso en conocimiento de la Autoridad Portuaria. Una patrulla de la Guardia Civil acudió al barco y comprobó que, efectivamente, alguien había colocado dos tabletas de hachís con un peso total de 3,5 kilos, adheridas con un imán en los bajos del vehículo, al parecer sin el conocimiento del conductor.
Se trata de una práctica habitual de los narcotraficantes para burlar el control de la frontera entre ambos países: ocultan el alijo en el interior de un camión que va a embarcar en Tánger y, tras su llegada a la Península, realizan un seguimiento por carretera para recuperar la droga cuando el vehículo realiza una parada.
Después de que la patrulla de la Guardia Civil descubriera el alijo de 3,5 kilos de hachís, los conductores de otros 38 camiones que permanecían a bordo del buque pidieron que también fueran inspeccionados sus vehículos: temían que los narcos les hubieran colocado droga y se les hiciera responsables de esta carga ilegal.
Sin tráfico de pasajeros
Al tener conocimiento de estos hechos, la citada subinspectora de Policía Nacional acudió a la línea de atraque y exigió a la patrulla de la Guardia Civil que le hiciera entrega del camión en el que se había descubierto la droga, para instruir el atestado.
Esta función correspondía en realidad al Instituto armado, que es el que tiene competencias de control de aduanas sobre el tráfico de mercancías. Pese a ello, la patrulla de la Guardia Civil accedió a estas pretensiones, para evitar un conflicto.
Pero durante las últimas semanas se ha intensificado la tensión entre ambos cuerpos en Algeciras, que ha culminado este martes con el incidente en el que un guardia civil ha sufrido un infarto y ha tenido que ser ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
La línea regular de tráfico de pasajeros entre Algeciras, Tánger y Tarifa permanece cerrada desde marzo de 2010 debido a la pandemia de coronavirus por decisión del Gobierno de Marruecos, que ahora ha prorrogado el estado de emergencia sanitaria hasta el 31 de octubre.
La fuga de Samuel Crespo
Durante este verano, Rabat ha organizado una Operación Paso del Estrecho (OPE) alternativa, desde los puertos de Sète (Francia) y Génova (Italia), para evitar que sus ciudadanos atraviesen la Península.
Todo ello, en medio de la tensión diplomática provocada por el viaje secreto del líder del frente polisario, Brahim Ghali, a España. En consecuencia, en la actualidad sólo opera en Algeciras la línea de buques de mercancía con Marruecos, en la que se han producido estos incidentes.
El Ministerio de Interior envió a la Comandancia de Algeciras una amplia dotación de agentes del Grupo de Acción Rápida (GAR) y el servicio de Información de la Guardia Civil para combatir el tráfico de drogas, después de que, en febrero de 2018, una veintena de encapuchados irrumpiera en el hospital de La Línea de la Concepción para rescatar al narco Samuel Crespo, que estaba ingresado bajo vigilancia policial.
Durante los últimos meses, la acción de estos agentes de la Guardia Civil se ha saldado con la desarticulación de varias redes de narcos y la intervención de alijos que suman varios miles de kilos de hachís procedentes de Marruecos. Las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL señalan que la rivalidad por anotarse el éxito de las operaciones contra el narcotráfico está en el origen de los enfrentamientos registrados este verano en Algeciras entre ambos cuerpos policiales.