La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha acudido este jueves a la Base Aérea de Zaragoza a expresar las "gracias infinitas" a los militares españoles que participaron en la evacuación de ciudadanos afganos tras la llegada al poder de los talibanes, considerada "un modelo" en la UE.
En la operación participó un contingente de 171 militares, la gran mayoría del Ejército del Aire, de los cuales 36 procedían del Ala 31 y otros 60, del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA), ambos con base en Zaragoza.
A su llegada a la base, Robles les ha transmitido la "deuda de gratitud" que tiene España con estos "verdaderos héroes", por jugarse la vida para salvar a tantas personas y "devolver la ilusión" a tanta gente, muchos de ellos niños.
Estos militares, de los que ha resaltado su eficacia y su discreción, "representan lo mejor de España" y, además, han añadido un "plus de humanidad" a su labor.
Asimismo, les ha trasladado el agradecimiento de parte de varios ciudadanos afganos con los que se ha visto recientemente por traerles a un país "libre" como España.
Tanto en el EADA como en el Ala 31, la ministra ha aprovechado para conversar con algunos de los militares allí presentes, que le han contado diversas anécdotas del operativo.
Algunos han reconocido que en ciertos momentos no pudieron contener las lágrimas ante las situaciones límite que vivieron en Kabul, como las familias por el caos reinante en el aeropuerto o el estado en el que muchos llegaban, deshidratados por las altas temperaturas e incluso un bebé de escasos días que tuvo que ser atendido por quemaduras de segundo grado producidas por el sol.
Robles les ha entregado una placa de reconocimiento a ambas unidades, que a su vez han obsequiado a la titular de Defensa con una fotografía y un cachirulo (el pañuelo tradicional que se usa en las Fiestas del Pilar de Zaragoza) con el nombre del Ala 31.
En el EADA le han explicado que su unidad fue una de las elegidas para el operativo en Afganistán porque es de referencia en el apoyo al transporte aéreo, en la protección de la Fuerza y en la defensa aérea de corto alcance.
A ello han sumado su flexibilidad y disponibilidad permanente, hasta el punto de que fueron avisados de esta operación con apenas 12 horas de antelación.
Así, de los 320 militares destinados en el EADA, desplegaron 37 efectivos en Kabul y otros 23 en Dubai, desde donde los refugiados volaban a España en un avión de Air Europa.
De hecho, esta unidad, que acumulaba 13 años en Afganistán, más que ninguna otra en toda la OTAN, fue la primera en desplegarse y la última en salir del país asiático.
En el terreno, hacían labores de protección a las fuerzas de seguridad que trataban de sacar a los afganos del aeropuerto de la capital, así como de identificación de los colaboradores a los que evacuar, que se llevaba a cabo de una manera distinta cada día -llevando un pañuelo rojo, un fondo de pantalla determinado en el móvil, entre otras-.
Pero lo que han destacado es la parte humana de la operación, con familias muy jóvenes y muchos niños con escaso equipaje.
En el Ala 31, han resaltado el papel de su flota de aviones A400M, que ahora han vuelto a entrar en acción para trasladar a personal de la Unidad Militar de Emergencias a la isla de La Palma con motivo de la erupción volcánica.
Es el avión más moderno, no tiene competidor, ha asegurado el coronel Juan Domínguez Pérez, jefe del Ala 31, quien ha agregado que, sin embargo, requiere de más recursos e infraestructura para su mantenimiento.
Ha explicado que desplegaron tres aviones en la zona, pero llegaron a mover hasta cinco, casi cuadruplicando el esfuerzo previsto en un principio.
El coronel ha ensalzado el "excelente trabajo de toda la cadena", con un tiempo de reacción "mínimo", y ha relatado las complicaciones que surgieron también en Dubai en un primer momento, cuando eran los propios aviones los que tenían que servir de almacenes y oficinas.
Además de los efectivos del Ala 31 y del EADA, participaron en la operación de evacuación 36 militares activados ad hoc del Joint Force Air Component (JFAC), así como otros 10 soldados de la Unidad Médica de Aeroevacuación (Umaer) y de la Unidad Médica de Apoyo al Despliegue (Umaad) de Madrid.
Adicionalmente, tomaron parte 14 militares de una unidad de operaciones especiales del Ejército de Tierra, 11 con funciones CIMIC, dos del Mando de Operaciones y otros dos del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (Cifas), más todo el personal del Ejército del Aire que desempeñó diversas funciones de apoyo desde territorio nacional.
Ya en España, los afganos recogidos por España, junto con otros evacuados por países de la UE y de Estados Unidos, fueron ubicados temporalmente en un campamento en el interior de la Base Aérea de Torrejón, montado por la UME.
El Ejército del Aire, además, colaboró en la instalación de otro campamento de refugiados en tránsito en la Base Aérea de Morón, en aplicación del acuerdo de entendimiento firmado con Estados Unidos para este fin.