El feminismo vuelve a abrir una brecha entre el PSOE y Podemos. La nueva secretaria de Estado de Igualdad y número dos de la ministra Irene Montero, Ángela Rodríguez, pide públicamente "más porno" y apoya al sindicato de prostitutas, mientras que el PSOE quiere "abolir" ambas actividades.
Ángela Rodríguez, conocida como Pam, tiene 32 años, es licenciada en Filosofía por la Universidad de Santiago de Compostela y estuvo alineada con el sector errejonista de Podemos hasta que se sumó al equipo de colaboradoras de Irene Montero. El pasado día 2 se convirtió en la nueva secretaria de Estado de Igualdad, después de que renunciara al cargo Noelia Vera.
Ya en la campaña de las elecciones generales del 28-A de 2019, el PSOE incluyó en su programa electoral el objetivo de "abolir" por completo la prostitución, "uno de los rostros más crueles de la feminización de la pobreza, así como una de las peores formas de violencia contra las mujeres".
Este mismo viernes, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, abundaba en el augurio: "Vamos a abolir la prostitución. Se va a acabar el utilizar el cuerpo de las mujeres y lo vamos a hacer porque es indigno en una sociedad avanzada y democrática que exista la prostitución", proclamó entre aplausos en la escuela de otoño del PSC, en Barcelona.
También, en una entrevista concedida a TVE en septiembre de 2020, el presidente Pedro Sánchez se reafirmó en este propósito: "Queremos abolir la prostitución. El compromiso del Gobierno es firme. Pretendemos llegar a un acuerdo transversal para dar solución a esta lacra social que sufren las mujeres".
También la ministra de Igualdad, Irene Montero, se declara "abolicionista de la prostitución", aunque se plantea objetivos más modestos: luchar contra la trata de mujeres y contra la existencia de establecimientos en los que se prestan servicios sexuales.
El Gobierno de Pedro Sánchez había sufrido un traspié en septiembre de 2018, cuando Concepción Pascual se vio obligada a dimitir como directora general de Trabajo por haber permitido la inscripción del primer sindicato de prostitutas, la Organización de Trabajadoras Sexuales (Otras), en el registro oficial del Ministerio.
"Me han metido un gol por la escuadra. Es el peor disgusto que me he llevado en toda mi vida política", se sinceró Concepción Pascual, antes de abandonar el cargo debido a la polvareda que había provocado esta decisión. Varias asociaciones feministas próximas al PSOE presentaron un recurso ante la Audiencia Nacional, en el que pedían la ilegalización del sindicato de prostitutas Otras.
La actual secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez, firmó entonces un manifiesto en el que argumentaba que no se puede criminalizar la actividad de las prostitutas ni privarles de "su legítimo derecho a la libre sindicación".
"Impactada por el cese de la directora general de Trabajo", escribió Pam en las redes sociales, "algo va mal cuando molesta más un sindicato de prostitutas que millones de mujeres en paro o en precario. Más que nunca necesitamos un debate sereno sobre la prostitución, en definitiva, trabajar un pacto sexual nuevo".
Los tribunales finalmente han dado la razón a la Organización de Trabajadoras Sexuales (Otras). En un auto dictado el pasado mes de junio, el Tribunal Supremo estimó el recurso presentado por esta asociación y determinó que las personas que prestan servicios sexuales "gozan del derecho fundamental a la libertad sindical y tienen derecho a sindicarse" para defender sus derechos laborales.
La postura de la nueva secretaria de Estado de Igualdad choca con los postulados del PSOE. Pero Pam no está sola: la ministra Irene Montero colocó el pasado mes de mayo como directora del Instituto de las Mujeres a María Antonia Morillas, quien durante su etapa como concejal del Ayuntamiento de Málaga se mostró partidaria de habilitar solares en los polígonos industriales de la ciudad para que las prostitutas puedan atender a sus clientes.
Las tesis abolicionistas del PSOE no encuentran demasiado eco en sus socios de Gobierno. Pero las discrepancias no acaban aquí. En una entrevista concedida a EL ESPAÑOL en junio 2019, la diputada más joven del PSOE, Andrea Fernández, afirmó que personalmente es partidaria de "abolir" la pornografía. Aunque, más pragmática, apostó por regular y limitar su acceso en Internet.
"Abolir el porno"
"Personalmente soy abolicionista", declaró a este diario, "pero el porno tiene que estar regulado en cuanto al consumo, especialmente para menores de edad. Es sintomático que el porno que se consume esté basado mayoritariamente en la violencia y en las agresiones hacia las mujeres. Aquello con lo que nos excitamos también es político y debemos trabajar a través de la educación y la regulación".
En cambio, la nueva secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez, pide alegremente "más porno" en las redes sociales. "Menos feministómetros y dobles morales. Más Amarnas, sexos, pornos, deseos y feminismos. ¡Mujeres, hola 2016!", escribió en mayo de aquel año.
Ángela Rodríguez anunció así su participación en un debate sobre "Sexo, porno y feminismo" celebrado en La Morada, en el que también intervinieron la actriz porno Amarna Miller y la entonces responsable de Igualdad de Podemos, Clara Serra, tal como muestra el cartel del acto.
A través de su canal de Telegram, Pam comentó luego las reacciones que había suscitado en Podemos el cartel del acto: "Unos compañeros se pusieron a hablar del tamaño de sus penes, otros bromearon diciendo que se quedaban en Podemos por el porno, otras que era inadmisible que una mujer protagonizara un cartel así cuando se trata de hablar de feminismo y así una gran retahíla de ejemplos aburridos".
Entre divertida y resignada, la nueva secretaria de Estado de Igualdad concluyó de todo esto que "se consume mucho más porno que feminismo".