Cuarenta efectivos del Ejército de Tierra se sumaron este jueves a los miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) desplegados en La Palma para colaborar con la retirada de cenizas de los tejados y azoteas de la isla. Es una labor fundamental para evitar posibles colapsos de los edificios.
Los militares que se unen al operativo de seguridad son de una sección del Regimiento de Artillería de Campaña 93 de la Brigada de Canarias. Los 40 se unen a los 25 miembros del Ejército de Tierra que ya estaban presentes en La Palma y a los 190 efectivos de la UME que realizan tareas de seguridad desde el inicio de la erupción.
Además de la retirada de las cenizas, los militares llevan a cabo el seguimiento del avance de la colada, control de gases, seguimiento de nubes de humo y la toma de muestras de lava. También ayudan en la retirada de pertenencias de los palmeros que se ven obligados a evacuar sus hogares y los acompañan ofreciendo ayuda psicológica. "El ejército estará en La Palma el tiempo que sea necesario", afirmó este miércoles la ministra de Defensa, Margarita Robles.
El riesgo de colapso por la acumulación actual de cenizas no es inminente, aunque como el volcán no cesa y la lluvia de cenizas tampoco, la retirada es necesaria. En algunos puntos hay hasta 20 centímetros acumulados.
Con el objetivo de retirar las cenizas que se posan sobre los tejados y azoteas, los efectivos del Ejército de Tierra recogen las cenizas con palas, las meten en cubos y tiran el material volcánico fuera de los tejados. Todos los efectivos van equipados con mascarillas y gafas de protección por los posibles efectos a la salud de las cenizas.
Aparte del riesgo de colapso de estructuras, los riesgos para la salud que provocan las cenizas son varios. El material volcánico no es altamente tóxico, pero puede provocar problemas para personas asmáticas, por ejemplo, o respiración dificultosa, irritación y secreción nasal si las personas tienen una exposión prolongada ante las cenizas. Síntomas oculares como la conjuntivitis o abrasiones en la córnea son otros de los posibles efectos.
Terremoto, evacuación y desbordamiento
26 días después de la erupción, la isla sigue viviendo días de incertidumbre con novedades cada día. Esta pasada madrugada un terremoto de 4,5 grados ha sacudido a La Palma, el temblor más intenso desde que estalló el volcán. El pasado 7 octubre se registró uno de 4,3 en la escala Ritcher. La lava del volcán se ha desbordado del cono principal en torno a las 14:15 hora canaria de este jueves dejando una colada de gran anchura.
El barrio de La Laguna, del municipio Los Llanos de Aridane, ha sido evacuado al completo este jueves por la llegada de la lava. En total, unas 400 personas han tenido que abandonar la zona. La colada ha arrasado a un campo de fútbol y un supermercado.
El paso de la lava por esta población ha hecho que pierda fuerza y capacidad de empuje, según ha informado el director técnico del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende.